El primer fin de semana de abril fue importante para la UDI. En medio de una agenda marcada por la muerte de la carabinera Rita Olivares y la discusión de la Ley Nain-Retamal, el partido realizó un consejo general extraordinario que, tras cuatro años, se hacía en forma presencial en Espacio Riesco, Huechuraba.
Comenzó el viernes 31 de marzo con un homenaje al fallecido exsenador y fundador del partido Jovino Novoa, que reunió después de mucho tiempo a las figuras históricas del gremialismo.
La agenda continuó la mañana siguiente del 1 de abril –día en que se cumplían 32 años del asesinato de Jaime Guzmán- con una romería a su tumba en el Cementerio General, que, a diferencia de los últimos años marcados por las restricciones de la pandemia, contó con la presencia de muchos militantes de todas las edades. De ahí, los dirigentes volvieron a Huechuraba para retomar el consejo.
La reelecta directiva liderada por Javier Macaya y la secretaria general, María José Hoffmann, rindió cuentas, se eligió a la nueva comisión política y al nuevo Tribunal Supremo.
La encargada del discurso que cerró la jornada fue la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, señal que fue interpretada como una proclamación presidencial adelantada.
La edil pronunció un discurso en que criticó los extremos de nuestra política, sin nombrar eso sí, al PC ni a Republicanos. “Estas posturas extremas pueden ser populares, pueden crecer mucho, pero no pueden gobernar. Miren Miren la molestia de aquellos que ven que en los ministerios más importantes no están los de sus filas, sino aquellos que despreciaron”, dijo, siendo ovacionada.
La última vez que Matthei había hablado ante un consejo general de su partido fue en 2008, cuando compartió lista con José Antonio Kast -él como presidente y ella como vicepresidenta- para competirle al senador Juan Antonio Coloma, quien finalmente ganó esa primera elección interna elegida por votación.
El gesto de Macaya a Matthei, para que la tarde del pasado 1 de abril que cerrara la máxima instancia partidaria, coronaba un largo proceso de reconciliación. Esto, luego de que en mayo de 2021 su directiva -con el respaldo del consejo general- decidiera llevar a Joaquín Lavín como candidato presidencial a las primarias de Chile Vamos, quien perdería ante Sebastián Sichel.
“No es bueno para un partido acomodar las reglas a último minuto”, denunció en esa oportunidad Matthei muy dolida por la afrenta y no volvió a contestarle el teléfono a Macaya ni a ningún miembro de la mesa.
Por esos días, la economista recibió un sinnúmero de llamadas de respaldo desde la propia UDI, de dirigentes de RN y Evópoli, apoyos que se fueron intensificando cada vez más con el pasar de los meses y que se transformaron en una constante peregrinación de parlamentarios de Chile Vamos a su oficina en el segundo piso del Palacio Falabella. Al mismo tiempo, la alcaldesa empezaba a aparecer en las encuestas como una de las figuras de la derecha mejor evaluadas por la ciudadanía. Comenzaron a sonar las alarmas en la UDI.
La “divina” señal
“Tengo muy claro que a mí nunca me van a dar la batuta presidencial en la UDI si tengo posibilidades de ganar”, afirmó Matthei el sábado 4 de junio del año pasado en el programa La Divina Comida, de Chilevisión.
A casi un año de su bajada, la experimentada política -ocho años diputada y 13 años senadora- notificaba a su partido que las heridas permanecían abiertas.
Coincidencia o no, por esos días (junio 2022), Macaya y Hoffmann sostuvieron un íntimo encuentro con la alcaldesa en su despacho en la municipalidad, en que le explicaron las razones que los había llevado a respaldar a Lavín y no a ella.
No fue una catarsis, dicen conocedores de los diálogos, ninguno de ellos tampoco pidió disculpas, pero todo terminó en buen ánimo.
Luego vinieron una serie de gestos de los dirigentes gremialistas a Matthei, hasta que el plebiscito constitucional los volvió a unir en torno a la campaña del Rechazo.
Ayudaron a la reconciliación varias conversaciones y cafés de ella con otros referentes de la UDI, como la exministra Isabel Plá, con quien Matthei también quedó sentida, pues esperaba un apoyo por ser la única candidata mujer en ese entonces en una primaria de cuatro hombres. Otro que colaboró mucho fue el diputado por Coquimbo Juan Manuel Fuenzalida, muy cercano a la alcaldesa.
El quiebre con Lavín, a quien ella consideraba un aliado, también se prolongó por meses, pero se apaciguó cuando ambos hablaron por teléfono, estando el exalcalde en España.
Tras el amplio triunfo en el referéndum del 4 de septiembre la relación se consolidó y hoy la UDI está más cerca que nunca de Matthei, dicen en el partido. Al punto que nadie duda que para las próximas presidenciales la mayoría se inclinará por ella, que es militante, y no por su par de La Florida, Rodolfo Carter, quien si bien también marca muy bien en las encuestas, renunció al partido en 2015.
Las muestras de cariño se comenzaron a dar de lado y lado. A Matthei la han invitado a seminarios de mujeres en la UDI y a una serie de visitas a regiones para apoyar a los candidatos al Consejo Constitucional.
Este viernes estuvo con Hoffmann y Constanza Hube en Arica respaldando a los candidatos UDI -Brunella Vinet y Raúl Gil- y a los RN_-Josefina Letelier y Juan Carrasco-.
“Estamos frente al complejo fronterizo de Chacalluta haciendo campaña con candidatos a consejeros que van a trabajar porque la nueva Constitución establezca reglas que impidan lo que hemos tenido por muchos años, que es una inmigración absolutamente descontrolada”, dijo a través de un video en redes sociales.
La alcaldesa tuvo también una aparición estelar en la franja electoral de Chile Vamos, y tenía contemplado grabar hoy un mensaje para la recta final de la franja.
Sin cantar victoria
En el partido reconocen que este podría ser finalmente el momento presidencial de Matthei. Es quien marca mejor en las encuestas y la mejor carta para enfrentarse a Kast. Mientras que en la izquierda las figuras presidenciales asoman incipientemente.
Pero cercanos a la edil no cantan victoria. Más allá del tiempo que queda para las definiciones presidenciales, también está presente una historia de desencuentros entre ella y la UDI, aparte del portazo del 2021.
Matthei se fue acercando lentamente a la UDI tras renunciar a Renovación Nacional en 1993, tras conocerse su participación en el Piñeragate.
Recién en 1999 decidió firmar por el partido fundado por Jaime Guzmán, y aunque lleva más de 20 años de militancia nunca ha sido una dirigenta asidua a la sede de calle Suecia 286, como lo son otros militantes.
Otro momento difícil entre ella y el gremialismo se produjo en la presidencial de 2013, donde enfrentó a Michelle Bachelet, quien siempre fue la favorita para ganar esa elección, con una ventaja en las encuestas irremontable.
La carta de la UDI en ese momento era Pablo Longueira, quien debió bajar su candidatura por una depresión, y Matthei debió tomar su lugar casi obligada por las circunstancias.
“Me cayó una candidatura presidencial encima que no la busqué, en que sabía desde un principio que iba a perder. Les dije: ‘¿Ustedes se dan cuenta la mierda que me están ofreciendo? ‘Sí’, me respondieron. Y acepté igual, porque alguien tenía que tomar la batuta en ese momento”, reconoció la jefa comunal de Providencia en el mismo capítulo de La Divina Comida mencionado anteriormente.
Tras la amplia derrota ante Bachelet, la hija del general de la Fach Fernando Matthei sintió que no tuvo apoyo de parte de la derecha y que la dejaron compitiendo prácticamente sola.
Balotaje y parlamentarias
De todas formas, tanto la alcaldesa como la UDI han señalado con mucha claridad que falta mucho camino por recorrer para las presidenciales, y que a diferencia de Carter –que se ha desplegado mediáticamente y en terreno-, a Matthei no le conviene lanzarse en este momento. De hecho, ese fue el mensaje que ella misma recalcó en el pasado consejo general.
En la UDI tienen el trauma de lo que fue la experiencia con Lavín. Un candidato que estuvo siempre en la pole position marcando primero en las encuestas, que llevaba mucho tiempo en modo candidato y que fue derrotado en las primarias por Sichel.
Parte de esta enseñanza es que en esta campaña constituyente Matthei ha respaldado a candidatos de todos los partidos del bloque, transmitiendo a la directiva de la UDI que espera que no se le critique por ello. En el partido lo han comprendido, pues en su rol de presidenciable debe convocar a todos los mundos de la derecha y no solo al gremialismo, como -quizás- fue el error de Lavín. Más aún si los expertos constituyentes analizan la posibilidad de juntar las parlamentarias con la segunda vuelta presidencial, para que exista más armonía entre los legisladores y el mandatario(a) electo(a).
También la alcaldesa ha marcado distancia con Carter, pues siente que es ofensivo para los chilenos ver a un alcalde pensando en candidaturas, cuando las prioridades de la ciudadanía están en temas contingentes, como la seguridad.
Pese a ello, en las últimas semanas ha tenido un gran protagonismo político en la crisis por seguridad, volviendo a participar en los matinales y hablando todos los días en distintos medios.
Sus cercanos señalan que no tiene definido si buscará o no la reelección en Providencia en las municipales del próximo año (sólo lleva dos periodos y legalmente puede ocupar un tercero antes de la presidencial del 2025). Sin embargo, ya suenan nombres de posibles sucesoras, entre ellas, las exsubsecretarias de Piñera 2 Paula Daza y Katherine Martorell (RN).