Dice la ministra Maya Fernández que cada 11 de septiembre su familia se reúne a almorzar. Es el ritual con que el círculo más íntimo del expresidente Salvador Allende recuerda el Golpe militar, pero sobre todo la muerte del entonces mandatario. “Hablamos de diversos temas, nos reímos, recordamos”, cuenta.

Esta vez no será la excepción, pese a que la fecha no sólo tiene el simbolismo de cumplir medio siglo, sino que, además, Fernández, nieta del expresidente, hija de Beatriz Allende, se desempeña como titular de Defensa, es decir, está al frente de las Fuerzas Armadas.

Los 50 años del Golpe la encuentran a usted, nieta de Allende, a cargo de las Fuerzas Armadas. ¿Cómo asume esa situación?

Soy ministra de Defensa porque me lo pidió el Presidente Gabriel Boric, estoy acá por su confianza más que por el simbolismo y mi propia historia. Déjeme decir, además, que estoy en paz con mi historia y eso me permite la tranquilidad de desempeñarme como ministra de Defensa. Recordemos al exministro José Antonio Gómez, él estuvo detenido. La expresidenta Michelle Bachelet... En todos ha estado el compromiso del ministro o ministra respecto de que las Fuerzas Armadas son un patrimonio de todas y todos los chilenos.

Pero imaginamos que estas fechas también las vive en lo personal con una carga emocional distinta a la de cualquier autoridad...

No, claro. Pasan estas fechas y es imposible... Se han hecho reportajes muy buenos que tienen que ver con la historia y la memoria..., es imposible no pensar, no tener sentimientos. Creo que es lo que nos pasa a todos los seres humanos finalmente, ¿no? Que tenemos sentimientos, historias, cicatrices, pero seguimos avanzando, cumpliendo nuestro rol. Y creo que eso es importante también.

Cuando asume el llamado del Presidente, asume un rol que es institucional. Sin embargo, ¿no le parece que, a propósito de los símbolos, también se cierra un ciclo cuando la nieta de Allende dirige la relación con el poder militar?

Es una forma de verlo. Lo que pasa es que estando en la Cámara yo solicité estar en la Comisión de Defensa. Me interesaba conocer los temas. El rol de las Fuerzas Armadas en nuestro país es muy importante. Es un patrimonio de todos y todas. Y me ha tocado en este año y medio recorrer mucho, entre Arica y la Antártica, ver todos los despliegues, el personal que está a lo largo de todo Chile en distintas tareas. Y eso es muy potente. A veces no podemos ver esas cosas cuando no estamos involucrados en los temas. Y sobre todo cuando hemos tenido catástrofes, a propósito de los incendios, a propósito de las inundaciones. Ver a todo el personal de las Fuerzas Armadas, del Ejército, de la Armada, de la Fuerza Aérea con un vínculo con la ciudadanía muy potente en ayudas. Y eso es muy bonito.

Señala que las Fuerzas Armadas son patrimonio de todos y de todas. ¿Le parece que a 50 años del Golpe la izquierda ve a las Fuerzas Armadas como las ve usted o siguen subsistiendo distancias?

Le nombraba a exministros. La exministra, después Presidenta Michelle Bachelet, la primera mujer ministra de Defensa, socialista. Esto no parte ahora. Creo que creemos realmente que las Fuerzas Armadas son patrimonio de todos los chilenos y chilenas. Otra cosa son los dolores, diría yo. Hay familias que tienen muchos dolores. El Golpe trajo muchos dolores. Pero lo importante de este compromiso de las Fuerzas Armadas con la democracia, con los derechos humanos... Cuando tuvimos incendios, lluvias, durante la pandemia, cuando no solamente alcaldes de derecha, sino alcaldes de izquierda dicen, ‘oye, necesitamos apoyo de las Fuerzas Armadas’, necesitamos que nos apoyen en momentos muy duros para la ciudadanía. Y eso es una realidad.

Pero en Apruebo Dignidad -el Frente Amplio, el Partido Comunista- todavía hay diputados que votan en contra del estado de excepción, por ejemplo, o que fueron confrontacionales a la intervención de las Fuerzas Armadas durante el estallido social. ¿No cree que por ese lado de la izquierda aún hay prejuicios sobre las Fuerzas Armadas?

Yo creo que son cosas distintas. Es muy difícil contestar por cada uno, pero no veo un prejuicio respecto del rol de las Fuerzas Armadas. Distinto es, en el caso del estado de excepción, uno de los temas que siempre planteamos, es que es importante que para la paz esté el Estado en todas sus dimensiones, no solamente las Fuerzas Armadas. Necesitamos servicios sociales, necesitamos educación, salud, y eso es importante. Yo no llevaría el debate del estado de excepción a lo que usted dice.

Una cosa es como uno asuma su rol y otra tiene que ver con cómo la miran a uno. ¿No les generaba algún tipo de incertidumbre cómo iba a ser recibida como ministra siendo nieta de Allende?

La verdad es que no.

¿Cómo describiría su experiencia como ministra?

Ha sido una gran experiencia, no solamente por las reuniones que me tocan acá, en este ministerio. Ha sido muy potente estar en terreno no solamente durante el día, sino durante la noche en los despliegues. Y poder conversar. El personal que está desplegado tiene familia, tiene hijos. Me acuerdo que una vez estábamos en Los Álamos y me decían ‘estuve de aniversario de matrimonio’. Es decir, la mayoría son jóvenes, que tienen sueños, que están ahí cumpliendo una tarea. Es bueno el acercamiento, el conocer. He estado en Arica, Colchane, La Araucanía, en Biobío. Estar acá permite conocer mucho más todos esos roles que no sabemos, que no solo es la defensa de la soberanía, no solo están los estados de excepción. Y creo que en ese sentido ha sido una muy buena experiencia.

¿Y ha cambiado su visión del mundo militar liderar el Ministerio de Defensa?

No. Siempre he pensado, desde que estoy en la Comisión de Defensa, en la importancia del rol de las Fuerzas Armadas en la defensa de nuestra soberanía. Otra cosa es con lo que pasó y con ciertas personas. Pero otra cosa son las instituciones.

Con ciertos militares...

Sí, en la época del Golpe.

Con Pinochet, por ejemplo.

Es que no es el único.

En este cincuentenario, las Fuerzas Armadas han tenido un rol secundario. ¿Eso es parte de un diseño?

Yo creo que las Fuerzas Armadas están cumpliendo todas las tareas que se les han encomendado, tanto en el norte como en el sur. Creo que estas conmemoraciones de repente exacerban, pero uno ve hacia atrás cómo han sido las conmemoraciones, y tampoco había un rol.

Es decir, estuvo el nunca más...

No, no. Estoy hablando directamente en la participación del 11. Pero este año, la ida a Dawson, a propósito de lo que hace el almirante De la Maza como comandante en jefe de la Armada. Que la sala de edecanes de la Presidencia lleve el nombre del edecán Araya. Rescato mucho lo que ocurrió en Dawson. De verdad fue muy potente y no se había dado.

¿Ha habido gestos suficientes en el marco de los 50 años?

Yo creo que ha habido gestos, pero además somos parte del Plan de Búsqueda, donde también tenemos compromisos, por primera vez, con una política de Estado. Y eso de verdad son grandes avances.

La ministra Maya Fernández. Foto: Mario Téllez.

En algunos sectores se planteaba que por el contexto general, un gobierno de izquierda que coincide con los 50 años, con la nieta de Allende y la hija de José Tohá en cargos claves del gobierno, era una oportunidad para exigir gestos más explícitos de los militares, por ejemplo en exigir información sobre los detenidos desaparecidos. ¿Cómo lo ve usted?

Hemos sido desde el primer momento parte de la mesa, como Ministerio de Defensa, del Plan de Búsqueda. Hemos estado ahí, tenemos compromisos. Yo separaría, desde el punto de vista de la información, lo que son las instituciones, donde vía proceso judicial han entregado toda la información que tiene que ser solicitada. Otra cosa son las personas. Puede ser que exmilitares en retiro aún tengan información. Nosotros no tenemos incidencias sobre los retirados, eso es importante decirlo. Pasan a ser civiles. Y, por tanto, uno siempre espera que aquellas personas, siempre lo hemos dicho, que tienen información, que ayude a que las familias puedan saber qué pasó con sus seres queridos. Siempre hemos dicho: que se entregue. Pero quiero decir que se ha producido un recambio generacional en las Fuerzas Armadas. Los hombres y mujeres que hoy en día son oficiales, suboficiales, son la generación de la vuelta de la democracia. Hoy en día no tenemos oficiales activos que tuvieron un rol para el Golpe, que eran oficiales ya para el Golpe. Entonces creo que es importante también ese punto.

¿Se hicieron gestiones concretas para solicitar a los uniformados que incidieran en quienes pueden tener información, pero ya están fuera?

El rol institucional que compete, no solamente ahora, desde siempre, ha sido a través de los procesos judiciales. Cuando se ha solicitado la información, se ha entregado lo que se ha tenido. Y además tenemos un compromiso con el Plan de Búsqueda.

¿Está claro cuál es el rol que van a jugar ustedes en el plan?

En algún momento se dará a conocer más en detalle. Se está terminando de afinar aquello.

Pero por lo que se deduce, evidentemente tiene algo que ver con la entrega de información, ¿o no?

Es que vuelvo a decir el tema: en el rol institucional, desde la institución, no estoy hablando de personas que ya no son parte de la institución, nuestro rol tiene que ver a través de los procesos judiciales, donde se ha solicitado información, y cuando han existido esas solicitudes, se ha entregado la información.

¿A usted le asiste la convicción de que las Fuerzas Armadas han entregado de manera institucional toda la información disponible respecto a lo que pasó con los detenidos desaparecidos o en casos de violaciones a los derechos humanos?

No tengo por qué desconfiar que no sea así. Y espero que sea así.

El presidente Boric habló de que la figura del expresidente Allende tenía luces y sombras. ¿Comparte esa apreciación?

Yo creo que todas las personas tenemos sombras en nosotros. Es decir, no somos perfectos.

Fue parlamentaria. ¿Le ha tocado reflexionar sobre el rol más político de Allende?

Sí, pero por eso lo decía el Presidente, yo creo que no existe un proceso perfecto. Siempre uno aprende de los procesos, uno saca lecciones, ejemplos y hay grandes debates. En un país como el nuestro, donde defendemos la democracia, es muy bueno este debate que se está dando. Creo que es importante a propósito de la memoria para las próximas generaciones. Y en ese sentido yo valoro mucho que como sociedad seamos capaces de debatir y tener puntos distintos y miradas distintas, incluso sobre una persona, sobre un proceso.

Isabel Allende señalaba que cada uno vive los acontecimientos desde su punto de vista y que no iba a haber nunca una verdad oficial o consensuada, ¿comparte esa idea?

Claro, es decir, el gobierno del Presidente Salvador Allende tenía detractores, seguramente quienes son sus detractores ven la historia desde otro punto. Es una democracia legítima. Lo que a mí me parece que no corresponde y lo que nunca puede ocurrir es un quiebre democrático.

La ministra Fernández. Foto: Mario Téllez.

En este aniversario del 11 también se ha repuesto el debate por Punta Peuco, una cárcel para militares vinculados a violaciones a los derechos humanos. ¿Cuál es su posición sobre el tema?

En esto fue muy claro el subsecretario de Justicia, le corresponde a Justicia. Salió hace poco ya aclarando el tema y, por tanto, no me voy a referir.

Hay quienes dicen en el oficialismo que hubiese sido más fácil el cincuentenario siendo oposición, pudiendo plantear las cosas más libremente, como el cierre de Punta Peuco y otros temas. ¿Cree que es así?

Yo creo que la historia es esta, estamos acá, somos gobierno. No sé, es medio raro que uno piense si yo fuera oposición. No, en el momento nos tocó estar acá, con grandes desafíos, es el momento también del 11, sin olvidar nuestra historia, por eso hablamos de la memoria, pero pensando también en el futuro de Chile. ¿Qué queremos para el Chile del futuro? ¿Cómo nos queremos encontrar todos los chilenos y chilenas?

¿Está completamente normalizada la relación cívico-militar?

La primera imagen que se me vino a la cabeza fue cuando estuve en Doñihue la semana pasada. Y nos tocó estar en una casa con personal del Ejército femenino, ayudando a una casa porque no daban abasto, porque el barro les llegaba hasta arriba... No solo tiene que ver con los temas de seguridad, sino la tranquilidad de la gente que requiere en ese momento ser trasladada, ser evacuada o que llegue un remedio.

Hay un sector de la izquierda que sigue teniendo cierta desconfianza. ¿O usted no lo ve así?

Creo que la palabra no es desconfianza. Podemos tener visiones distintas del rol y eso no es desconfianza.

Cuando se habla de la militarización de La Araucanía desde la izquierda, de lo que se habla es de la potencialidad de que se pudieran cometer violaciones a los derechos humanos...

Creo que todos aprendemos. Y la vivencia también nos enseña. Desde que hemos tenido estado de excepción constitucional, no hemos tenido ni una violación de los derechos humanos en este gobierno.

Pero algunos siguen votando en contra.

Pero tiene que ver con otras cosas.

El Presidente se refirió al fallecimiento de un exbrigadier, que se suicidó, diciendo que falleció de manera “cobarde”. ¿Cómo lo tomó usted?

Primero, yo creo que hay que separarlo. Estamos hablando de personas que fueron condenadas, que ya no son parte de las Fuerzas Armadas. Creo que el Presidente ya aclaró el tema.

El comandante en jefe que asistió al funeral lo habló con usted y le pidió permiso, porque había una relación más cercana...

La ministra Tohá fue muy clara respecto a esto. El gobierno fue avisado y yo recibí una llamada ya cuando iba a ser la ceremonia, en el fondo, respecto a la relación más personal que tenía.

¿Le preocupa lo que se ha advertido como reivindicación del Golpe militar en sectores de la derecha?

Es importante analizar esto. Una de las cosas que nos tiene que hacer reflexionar en estos 50 años es un compromiso con la democracia, con los derechos humanos. Valoro que todos los expresidentes desde la vuelta de la democracia hayan firmado la declaración con ese compromiso de los derechos humanos, con la democracia. Podemos tener diferencias, podemos pensar distinto, pero siempre tenemos que cuidar nuestra democracia en este diálogo político.