El escritor de Lionel Messi, el autor de su biografía autorizada. Guillem Balagué, 51 años, barcelonés, el contador del fútbol español para Inglaterra, y viceversa, colaborador de infinidad de medios, cronista también de Guardiola, Cristiano, Pochettino, el propio Barcelona y casi de Maradona, su siguiente proyecto. Dueño de un club británico de fútbol. Un español convertido en personaje del momento por culpa de la Pulga. Una voz a la que leer con atención para interpretar la maniobra que ha sacudido el planeta, el amago de fuga del mejor jugador del mundo.
¿Se siente capaz de descifrar a Messi?
Ha cambiado. Está el Messi que estudié hasta los 27 años, que requería de una serie de condicionantes para sacar su mejor fútbol, cuyo mundo era muy pequeño y giraba sobre sí mismo. No se convertía eso en egoísmo, pero necesitaba tener todo muy ordenado a su alrededor. Y llegaron los hijos y de repente el mundo se le abrió. Se hizo cada vez más grande dentro de su pequeño círculo. Empezó a descubrir que perder no era lo peor, que no hacía falta pasarse tres días sin hablar tras una derrota. Y esa relativización del resultado vino acompañada con una madurez personal y sobre el campo. Los entrenadores, quitando Setién, le empezaron a consultar, por su gran compresión del juego. Y ahora estamos en la fase de renovación de ilusiones, a la que se ha visto más o menos forzada. Han sido años de frustración que se reflejan en el resultado, y se viven en el día a día. Ha estado bien seguir la evolución de la persona y del futbolista.
¿Dice que lo de ahora es síntoma de madurez?
Lo que ha pasado es consecuencia de una reflexión y eso ya es síntoma de madurez. En el pasado hubo calenturas espectaculares, algunas salieron a la luz y otras no, y que su gente aprendió a manejar. El primero, su padre. En 2016, cuando dijo “me voy” por los impuestos y sentirse perseguido, su padre, conociéndolo, le dijo que vale. Y hablaron con el City y cerraron. Y a la vuelta del verano, cuando ya se vio con su gente, con Luis Suárez, tras el primer entrenamiento, llamó y dijo “no, nos quedamos”. Ese era el Leo de entonces.
¿Y ahora no estamos ante una calentura?
Es un burofax. Supone un análisis de la situación, un paso adelante y lo tiene muy claro. Otra cosa es que se confirme todo, porque sabemos como es el fútbol y ahora están jugando una partida de ajedrez. Pero si se llega al burofax, tienes que tenerlo todo claro, las consecuencias del paso. Va más allá de una calentura. El año pasado trató de convencer a Neymar diciéndole: “mira, vente, que en dos años te haces cargo tú del equipo”. Estamos hablando de alguien que lleva ya un tiempo pensando que esto se acaba. La pregunta que se hacía era “o me quedo como líder de una transición o me voy a un sitio donde se pueda ganar ya, porque no veo que aquí la cosa siga adelante”. Y la contestación está clara: se quiere ir.
¿El hartazgo es de resultados?
Es del día a día, que se confirma en los resultados luego. A este Barcelona le ha faltado criterio en lo más alto. Si pones a cargo de este barco a alguien que no tiene criterio y que va un poco según el viento es imposible hacer nada. Se toman decisiones políticas que no son un análisis deportivo. No se deja hacer. Si no hay proyecto, no sabes hacia dónde vas. Y cuando el vestuario ya no respeta al que manda y al que dirige, cuando se le pregunta a Messi, o a Piqué, que sugiera algo y ya ni te hacen caso porque se escogen caminos contrarios, es señal que tampoco hay confianza. Se habla del peso de Messi, pero él hubiera preferido que Neymar llegara de nuevo antes que Griezmann, o que Valverde no se fuera en enero.
En una no se le hace caso y se enoja. ¿El problema no ha sido consentirle antes casi todo?
Es verdad que desde arriba no se ha reforzado la autoridad. Bartomeu ha dejado hacer y no se sabe muy bien hacia dónde. Se van acaparando parcelas de poder en el vestuario y eso es muy difícil de redirigir. Pero estoy convencido de que si Messi se hubiera sentido partícipe de todo, de hay que hacer esto, esto y esto, habría sido el primero en sumarse. Lleva tiempo diciendo que hay que tomar decisiones, que por aquí no, pero no se le ha hecho caso. El problema es de falta de liderazgo y de criterio, pero ahora es muy tarde para todo.
¿Hay alguien capaz de pagar lo que cuesta?
Lo que cuesta Messi aún no lo sabemos. El sueldo se puede reducir, eso no será un impedimento. Si hay traspaso, solo lo podrían asumir los clubes estado, que han cambiado la partida. Mucha de la confusión que hay ahora en el Barcelona, y otros grandes, es porque han llegado el PSG y el City y han puesto dos marchas más. Se están viendo superados a nivel financiero y no saben cómo seguir ese ritmo.
¿Messi cree que ya tiene destino? ¿Da este paso porque sabe que hay alguien al otro lado?
Estoy absolutamente convencido, y lo sé, que no ha tomado esta decisión teniendo algo fijo. Pero en el momento que da el paso, hay media docena de clubes que dicen “si vienes gratis, me apunto; si no, me borro”. Aún así, si al final cuesta, hay varios clubes, y lógicamente el City es su favorito, dispuestos a ceder.
¿A Messi no le importa la imagen que deja?
Estamos en medio del huracán. Veremos cómo queda cuando salga toda la foto. Ahora solo ha dado un paso legal necesario para una salida que no iba a ser fácil. Si Messi sale, se explica y se va como un caballero, igual la gente piensa que lo suyo tiene sentido. Una persona de 33 años que de repente tuvo otra ilusión.
¿Ha tenido que ver en el hartazgo el desprecio final a su amigo Suárez?
No, si lo de Suárez fue el día anterior al burofax. Todo es consecuencia de lo mismo. No ha habido interés en acabar las cosas bien, A Koeman lo están utilizando. Pero no es tonto, sabe que es el precio a pagar para estar en el banquillo del Barça. No se si le va a ir bien. Pero bueno, ya está en el banquillo, convertido en el escudo del presidente, que ha desaparecido de las portadas. Koeman sabrá por qué lo hace.
Si no formas parte de la guardia de Messi, lo pasas mal en el Barça. Llevándolo a lo chileno, le pasó, en contraste, a Alexis y Vidal.
Yo no tengo pruebas de eso. Sí he visto que Griezmann no ha encajado. Y que siempre hay alguien que sufre. Para el libro pregunté que por qué. Y según los entrenadores, el que lo pasaba mal es que sobraba, a nivel deportivo. ¿Ibrahimovic? Está justo donde hace la diagonal Messi, se le dice que se tiene que apartar, “pero yo soy Ibra” y ya está el conflicto. Son decisiones deportivas y las toma el entrenador, no es mafia de Messi. A Alexis se le pidió hacer una serie de cosas que a lo mejor no era capaz, o no le salía natural. Pero es que si no, se chocaban. Si utilizas el mismo espacio que Messi, te tienes que adaptar. Le das el equipo al que te gana los partidos. Messi es una roca cayendo por una montaña, imparable. Mejor que te apartes, que le limpies el camino, para que la roca caiga antes.
Más allá de Messi, el Barça, del que usted también es historiador, es un club muy raro.
A nivel internacional la gente no es consciente. Pero su continua lucha de poder, cruyffismo o nuñismo, le da un sentido autodestructor que explica lo que le pasa. El verso libre o el establishment es un combate eterno que bombardea al Barcelona por dentro. Absurdo.
¿Qué es el ADNBarça que tanto le han echado en cara a Vidal?
No sé lo que es. Ahora mismo solo es un palo que utilizan unos para dar golpes a los que no están de acuerdo con ellos. No contratan a Pochettino porque no es ADN Barcelona y llega Koeman que de todos los jugadores que han pasado por el club es el que menos tiene su esencia. Lo del ADN hace rato que no se estudia. El Barcelona se empeña en reproducirse a sí mismo, copiarse, pero llegó hasta ahí de casualidad. Intentar reproducir la fórmula de la Coca-Cola no funciona en el fútbol. Ahora mismo están perdidos. Cruyff solo ha habido uno. Y Guardiola solo ha habido uno. Intentar buscar lo mismo es complicado.
Messi, como Cristiano, decide que quiere irse cuando España les sube los impuestos. ¿Casualidad?
Si Messi acaba en el Inter, porque en Italia están protegiendo a los futbolistas en impuestos, pues sí. Pero me da que son casos diferentes. No creo que lo haga por dinero. De hecho, con el cambio de sueldo, perderá.
¿Hasta dónde le dejó entrar Messi para escribir su biografía?
Cuando llamé a su puerta, los Messi me dijeron que no, que ni libros ni escritores. Les dije que en Argentina y España se le conoce perfectamente, pero que a nivel internacional solo se sabían dos cosas: que es muy bueno y que de pequeño necesitó hormonas para crecer. Pero insistieron en que no, que los habían engañado y no se fiaban. A las dos semanas, me llamaron y me dijeron que hiciera lo que quisiera. Que solo les dijera con quién hablaba y me dirían luego con este sí o con este no, esto es verdad y esto es mentira. Fueron dos años viajando. Me salieron 650 páginas y quedaron contentos: “Si quieres, pon que es autorizada”.Sigue siendo su única biografía autorizada. Y actualizada cinco o seis veces.
¿Al ser autorizada, se puede decir que es la versión que Messi tiene de sí mismo?
No, todos los libros que hago son mi versión de los personajes. En todo caso, Pep estuvo contento con la suya y hasta la firma como propia. Messi quedó contento. El de Cristiano es otra cosa. El libro empieza con un posteo suyo de Facebook diciendo que me quiere llevar a juicio. Ha sido el más premiado internacionalmente. Ahora estoy en su lista negra, pero empezamos bien, me cuidó mucho. Pero puse algo en la actualización del libro de Messi que no le gustó y acabó la cosa como acabó.
¿Y qué es lo que escribió que no le gustó?
Que en la época en que eran los grandes rivales, Cristiano se refería a Messi como “cabronazo”. Se lió una gorda.
¿Cómo los compararía por su forma de ser?
Pues tienen mucho en común. El camino a lo más alto, cómo entienden la profesión, cómo se relacionan con su gente más cercana... Luego, cuando saltan al escenario, son dos personas diferentes.
No ha llegado a hacer libro, pero sí un reportaje de cuatro días dentro del Bielsa de Leeds. ¿Logró descifrarlo y a ese boom?
Una pasada. Bielsa necesitaba al Leeds como el Leeds a Bielsa. Es uno de esos encuentros cósmicos que aparecen a veces en el fútbol y son para disfrutar. Es un encantamiento. Leeds es una ciudad que se ha quedado atrás, que ha sufrido mucho, también el club, Y llega alguien con ese misterio, que no habla inglés, que es distante, pero al tiempo es el referente de Pochettino y Guardiola, los grandes nombres de la última década en la Premier, junto con Mourinho. Esa sensación de que alguien les quiere, para una cultura como la británica, donde se tiene tantísimo respeto a la figura dominante, cuando encaja todo eso, es memorable. Lo que está viviendo la afición del Leeds es inolvidable. Pase lo que pase, Bielsa se les quedará para siempre,
En esa lista de referentes no ha metido a Pellegrini. ¿Qué recuerdo dejó en el City?
Lo ayudó a crecer, no hay duda. Le agregó sofisticación. Pep, que siempre ha dicho que es un ladrón de ideas, dice que recogió mucho de su Villarreal. A nivel personal, Pellegrini no tuvo ningún interés en vender la idea mesiánica de un Bielsa. No hay quejas ninguna con él de la afición del City. Lo llevó a la semifinal de la Champions, ganó la Liga. Se le está agradecido. Confirmó al City en la élite. Dio un montón de capas, que lo hizo más competitivo. Luego, a nivel personal, nunca demostró interés de ir a programas o darse a conocer.
¿Y Bravo? ¿Qué imagen deja en Manchester?
Pues no se ha visto al mejor Bravo, al que se vio en el Barcelona. Algo pasó, no algo visible, algo en su cabeza. Los porteros son tan especiales... Cuando dejan de parar en los entrenamientos, cuando les cuesta tanto, esas dudas se reflejan en el campo. Y eso a Bravo le pasó muy pronto. Fuera lo que fuera. No sé si no se sintió a gusto o que no era su sitio en el mundo, y no le salió. Lógicamente no está considerado uno de los grandes aciertos. Y falta entender por qué. Algún día lo explicará. Y tiene que ser sólo de cabeza, porque a nivel técnico es la hostia como portero. Y para el estilo que se le trajo, era el portero.
¿Y Vidal, qué deja en el barcelonismo?
Ha sido muy útil. Que no es estilo Barcelona... pues depende. No hay centrocampistas que entren en el área. Y si se echa la mirada atrás, en el Barça de Pep había centrocampistas que se metían en el área. Keita, Yaya, el mismo Xavi. Y ahora no había nadie. Vidal era el único que lo hacía y rompía el ritmo y rompía desde dentro. Tanto en el vestuario como en la secretaría técnica han estado encantados de la vida con Vidal. Pero como está ese discurso tan tribal, o eres ADNBarcelona, sin saber lo que es, o estamos contra ti, pues ha tenido mucha crítica desde la prensa.