“Investir a un vicepresidente con la autoridad unilateral para decidir el resultado de las elecciones sería algo totalmente antiético”. Con una declaración de tres páginas -publicada el miércoles, justo antes del inicio de la ceremonia de certificación del triunfo de Joe Biden como el próximo Presidente de Estados Unidos-, el vicepresidente Mike Pence se mostró contrario a las pretensiones de Donald Trump. En casi cuatro años, fue la primera vez que se atrevió a hacer algo de esa envergadura.
El mandatario republicano llevaba días insistiendo a Pence que, en su calidad de vicepresidente y titular del Senado, tenía la facultad de anular el resultado y rechazar los votos del Colegio Electoral en aquellos estados donde, según él, hubo fraude. Todo eso, a pesar de que el cargo de Pence no lo faculta para aquello.
“Espero que Mike haga lo correcto. Eso espero, porque si Mike Pence hace lo correcto, ganaremos las elecciones”, vociferó Trump ante una multitud en Washington, alentando al vicepresidente a rechazar el resultado de una elección que el demócrata Joe Biden ganó de manera legítima.
Pero Pence, de 61 años, omitió la orden de Trump y cuando apenas llevaban dos estados certificados, con el vicepresidente como maestro de ceremonias, se desató el caos en Washington cuando una turba protrumpista irrumpió en el Capitolio. Las autoridades y la propia policía observaron atónitas la violenta acción, que para muchos ha puesto en riesgo la democracia del país.
Los partidarios de Trump, a instancias de las “órdenes” del Presidente para rebelarse contra los resultados de las elecciones, fueron disuadidos por las fuerzas de seguridad. Incluso, el propio Pence debió ser evacuado. Transcurrieron varias horas hasta que el Congreso pudo ser desocupado. De hecho, la certificación de la victoria de Biden se concretó recién en la madrugada, y la violenta acción de los seguidores del mandatario republicano provocaron cuatro muertos.
“Mike Pence no tuvo el coraje para hacer lo que debería haber hecho para proteger nuestro país y nuestra Constitución (…)”, tuiteó el mandatario tras la negativa del vicepresidente de rechazar los votos del Colegio Electoral. “¡Estados Unidos exige la verdad!”. Nunca antes Trump había mostrado abiertamente su descontento con el actuar de Pence, en el primer quiebre público entre ambos.
Bajo perfil
En 2016, Mike Pence se convirtió en el compañero de fórmula de Trump y desde entonces ha cultivado un bajo perfil. De personalidad moderada, antes de ocupar la vicepresidencia, el segundo cargo más importante del país, Pence fue gobernador de Indiana, su estado natal. Según el libro The Art of Her Deal: The Untold Story of Melania Trump, la esposa del Presidente tuvo mucho que ver en la designación de Pence, a quien se le considera como una persona “leal”.
En tres años y 11 meses de gobierno, Trump ha cambiado a decenas de funcionarios -ha tenido cuatro jefes de gabinete, igual número de asesores de Seguridad Nacional y cuatro secretarios de prensa. Sin embargo, la figura de Mike Pence se ha mantenido firme, aunque todo cambió esta semana.
Tras llevar a buen término la ceremonia de certificación del triunfo de Biden, la atención ha estado puesta en Pence, porque sólo él puede activar la llamada Enmienda 25, que posibilita la destitución del Presidente previo acuerdo del gabinete. No obstante, los líderes demócratas del Congreso intentaron comunicarse el jueves con Pence para tratar este tema, aunque no tuvieron éxito, ya que la oficina de la vicepresidencia dejó la llamada en espera, según reveló The New York Times. Si Pence no activa la Enmienda 25, los demócratas pretenden abrir un impeachment contra Trump. Esto podría ocurrir el lunes.
¿Carta para el 2024?
La aparente distancia respecto de Trump que ha mostrado en los últimos días el vicepresidente no solo le ha valido elogios al haber defendido la democracia, sino que también lo ha posicionado como eventual carta presidencial para las elecciones de 2024.
Aunque el vicepresidente ha sido hermético y no ha expuesto públicamente sus ambiciones presidenciales, las versiones se intensificaron luego de que a principios de diciembre visitara Greenville, en Carolina del Sur, para participar en una serie de discusiones sobre la vacuna contra el coronavirus con los habitantes de la ciudad. Este estado se ha inclinado por los republicanos desde 1980 en adelante y es de los primeros en celebrar las primarias presidenciales.
Se especula que este viaje, el segundo realizado a la ciudad desde octubre, reflejaría las aspiraciones de Pence a la Presidencia. Además, al ser una figura menos controversial y polarizante que Trump, los analistas estiman que podría atraer a los conservadores tradicionales y a los votantes indecisos. Eso sí, podría terminar enfrentado al propio Trump si este decide postular nuevamente a la Presidencia, aunque un juicio político podría dejar al mandatario fuera de carrera.
“A los republicanos les gusta Pence porque ha sido leal a Trump”, aseguró a La Tercera John J. Pitney Jr., profesor de política estadounidense en el Claremont McKenna College. Sin embargo, esa lealtad, o parte de ella, está siendo cuestionada por varias voces republicanas, incluido -aparentemente- el propio Presidente.
“El miércoles (Pence) apareció como este gran héroe, que dice ‘regresemos a trabajar y sigamos con esta certificación’. Ha estado jugando al equilibrio para no despertar la ira de Trump”, dijo a La Tercera Jerónimo Cortina, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Houston.
Para Cortina, la reprimenda de Trump hacia Pence es, nada menos, que una jugada política para favorecerlo. “En el momento en que Pence dice ‘yo no puedo certificar el voto electoral porque no tengo las prerrogativas jurídicas legales de la Constitución”, le da una salida política bellísima a Trump. Lo que está diciendo es ‘yo gané la elección, pero es Pence y estos secuaces que están en contra de la democracia y están en contra de que yo gané’”, señaló.
Varias encuestas sitúan a Mike Pence como la opción más clara de los votantes republicanos de cara a las primarias del partido en 2024, siempre y cuando Trump desista o no pueda presentar una nueva candidatura.
Según un sondeo de Politico/Morning Consultant, conocido a fines de noviembre pasado, en una hipotética primaria republicana, Trump lideraría con el 53% de los votos, mientras que Pence lo seguiría con un 12%. En tercer lugar se situaría el hijo del actual Presidente, Donald Trump Jr., con un 8% de intención de voto.
“Pence es vicepresidente y eso lo coloca en el centro de atención. También es apuesto, bueno para debatir y tiene una base sólida entre los cristianos”, afirma John Zogby, analista político y encuestador estadounidense. “También es del Medio Oeste y eso puede ser clave para recuperar Wisconsin, Michigan y Pennsylvania”, estados que Biden le arrebató a Trump.
“Si Trump se postula, hay pocas posibilidades de que Pence obtenga la nominación”, señala Pitney. “Trump tiene un electorado numeroso y apasionado dentro del partido. Pence no”. Sin embargo, tras los sucesos ocurridos el miércoles, el escenario podría cambiar.
“La Constitución dice que si un Presidente es acusado suceden dos cosas: una es la destitución y la segunda es que podría haber una votación separada, donde el Congreso decidiría si también se les impide postular nuevamente a un cargo público”, explica a La Tercera Chris Edelson, profesor del Departamento de Gobierno de la American University.
“Pero si (Pence) se opusiera a Trump, la premisa de que es leal se desvanecería y con ello también su popularidad”, especula Pitney. Para Jean Cohen, académica de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia, “Pence permaneció leal a Trump, aunque su propio interés lo superó. No quería hacer el ridículo y fingir que tiene poderes de los que carece. Sin embargo, nunca ha repudiado a Trump”.
“Solo Pence sabe qué hará en el futuro”, afirma Cohen. “Trump ahora está desacreditado y el Partido Republicano está en un desorden y Pence no se ha distinguido lo suficiente. Además, hizo un trabajo terrible dirigiendo el despliegue de la vacuna contra el Covid-19 y lidiando con la pandemia en general”, agrega.
Si finalmente es precandidato, Pence deberá competir con otras importantes figuras del partido, como el senador tejano Ted Cruz o el gobernador de Florida, Ron DeSantis. “Mike Pence no era una figura nacional antes de ser vicepresidente y, para muchos estadounidenses, su asociación con Trump lo empañaría”, afirma el académico de la U. de Houston. No obstante, esa percepción podría cambiar dado lo ocurrido el miércoles y debido a que el Partido Republicano se ha quebrado por el accionar de Trump. “Es un momento muy incierto, así que no sé con certeza qué va a pasar”, sostiene Cortina.
Zogby dice que los próximos pasos que el vicepresidente debería seguir si quiere posicionarse como candidato es empezar, de manera silenciosa, a hacer campaña y recaudar dinero para legisladores y representantes republicanos estatales. Pero el camino todavía es largo e incierto.