Guillermo Pereira Hinke (31 de marzo de 1995), Mito para los amigos y para el mundo entero, que hoy lo ve como una de las grandes revelaciones del golf internacional, después de lograr lo que muy pocos consiguen: ganar tres torneos del Korn Ferry Tour en una misma temporada y conquistar el ascenso inmediato al PGA, donde lo espera su gran compañero de infancia Joaquín Niemann.

Se dio una vuelta más larga que el talagantino, con quien creció, entrenó y compitió desde que ambos eran pequeños. Pero ya están los dos donde quieren. A partir de este jueves, en Detroit, Pereira hará su estreno oficial en el circuito más exigente y también el más rentable de su disciplina. Ha debido lidiar desde hace un tiempo con las ganas y la ansiedad de la primera vez. Los últimos días han sido de locos, dice. “He recibido muchos mensajes, saludos. De todo”, explica luego entusiasmado, mientras afina los últimos detalles antes de vivir el día más importante de su carrera, hasta ahora.

¿Cuánto le ha cambiado la vida después de sus triunfos en el Korn Ferry Tour?

Después de ganar dos veces seguidas, me cambian varias cosas. Fueron tres campeonatos en el año, que quizás nunca o pocas veces pasan, y lo acabo de hacer. Y para mí es increíble pensar que pude hacerlo y me da una confianza enorme de que sí se pueden conseguir más cosas.

¿Cuál es el secreto?

No sé en verdad cuál es el secreto, pero venía jugando muy bien hace dos o tres meses. Muy, muy sólido. Gané el primer torneo en playoff, jugué increíble y después ya estaba en el PGA Tour para jugar en la próxima temporada. Y, entonces, es típico que después de ganar algo, a la semana siguiente uno se relaja y le baja todo el estrés acumulado. Pero no, también seguí jugando muy bien, se dieron las cosas y seguí ganando y subí de inmediato al PGA. Como que no le puse mucha atención a lo que estaba haciendo.

Ya viene el debut la próxima semana. ¿Tiene todo listo?

Así es. Jugaré en el Rocket Mortgage, en Detroit.

¿Y ya definió el resto de su calendario?

Voy a jugar siete campeonatos seguidos, va a ser un maratón. Aparte de jugar el Rocket Mortgage, iré después al John Deere, cerca de Chicago; luego me voy al Barbasol, que queda en Alabama; después me voy al 3M, en Minnesota; sigo en los Juegos Olímpicos; después vuelvo y me voy a California, para después jugar el último en North Carolina.

¿Qué le parece que dos chilenos estén en el PGA?

Es algo increíble porque, sobre todo, somos dos personas que hemos estado haciendo lo mismo y trabajando desde chicos, dándole y dándole. No es fácil llegar desde Chile a Estados Unidos; lleno de gringos y con los mejores del mundo. Y estar ahí, viniendo desde un país muy chico, siendo muy amigos, los dos con la misma onda... Entonces, va a ser increíble para nosotros y ojalá sea increíble para los que están en Chile mirando y apoyando.

¿Lo imaginó cuando era pequeño y entrenaba en Las Palmas del Oliveto junto a Niemann?

Es típico que uno tiene el sueño de jugar en el PGA, pero es tan complicado que pocas veces se cumple.

¿Lo hablaban con Niemann?

No todo el rato. Solamente tratábamos de entrenar juntos, todos quieren llegar al PGA. Íbamos paso a paso, cada uno iba a su ritmo, porque me hice profesional primero; Joaco es más chico... Pero yo creo que los dos teníamos en la mente estar en el PGA al mismo tiempo.

¿Cuánto ayuda que él ya esté ahí?

Va a ser bueno tener a alguien que sea chileno, igual que yo, porque obviamente se hacen muy buenos amigos en el tour, pero porque uno los conoce allá. A Joaco lo conozco de acá y conozco su vida afuera del golf. Entonces, es bueno tener a alguien que apañe y que haya estado dos o tres años en el tour y conozca casi todo.

¿Qué espera de esta transición al PGA?

Voy a tener unos seis campeonatos antes de que parta la próxima temporada. Entonces, van a ser campeonatos para poder adaptarme bien. Es muy bueno poder jugar esto, ya que me da experiencia para la próxima temporada, que va a ser importante. Obviamente, quiero jugar lo mejor posible, hacer los mejores resultados, pero también adaptarme, pasarlo bien. Acabo de ganar dos veces en el Korn Ferry, he tenido un año tremendo, y quiero tratar de hacerlo lo mejor que pueda, pero sin ningún tipo de presión.

¿Qué significa para usted haber clasificado a los Juegos Olímpicos?

Les he comentado a varias personas que yo fui a los Panamericanos la primera vez y esperaba súper poco, porque los torneos en Estados Unidos son muy buenos, la organización es tremenda. Sin embargo, fui a los Panamericanos y, la verdad, me encantó. Entonces, no me puedo imaginar lo que van a ser unos Juegos Olímpicos; estar con los mejores deportistas del mundo, poder competir por tu país… Va a estar increíble.

¿Vislumbra la posibilidad de alcanzar una medalla?

Uno siempre trata de ir a ganar, el golf es un deporte que, en los Juegos Olímpicos, todos los que están ahí tienen posibilidades de ganar. Ojalá saque una medalla para Chile, lo que sería increíble.

Esta semana se habló mucho de la renuncia de Christian Garin a los Juegos Olímpicos. ¿Qué le pareció esa determinación?

Fue una decisión de él, de cómo viene su planificación. Uno nunca sabe lo que puede tener él. Yo banco su posición, quizás hay gente que no. Pero, siendo deportista, de repente hay decisiones complicadas y hay que tomarlas, nomás.

¿Qué importancia tiene su entrenador Eduardo Miquel en lo que usted consiguió?

Ha sido súper importante para muchos. No solo para Joaquín y para mí, sino que para muchas personas que estamos jugando golf y tratando de llegar a la elite mundial. Las tres personas que han llegado al PGA Tour han entrenado con él. Y eso dice mucho.

¿En qué aspectos de su juego se siente más sólido?

Yo creo que en el último tiempo en el driver desde el tee y en los fierros a green he estado muy, muy bien. Me hicieron varias entrevistas antes de haber ganado y yo decía que estaba jugando increíble, sobre todo desde el tee y los fierros y que el putter estaba un poco bajo. Pero en las últimas dos semanas putteé bien y gané las dos semanas. Entonces, significa que todos los otros aspectos están increíbles. En las estadísticas se puede ver lo bien que voy desde el tee a green.

Hace unos días, su papá comentaba que conservaba un informe en el que un especialista vaticinaba que usted iba a estar entre los 30 mejores del mundo. ¿Cómo tomó esa revelación?

Yo no tenía idea, supe cuando lo publicaron ustedes. Cuando lo leí, me contó y no tenía idea. O sea, es bacán, pero hay que lograrlo.

También después de esa etapa hubo una época en que usted no quería saber nada del golf. ¿Por qué decidió retirarse?

Venía jugando desde los tres años y desde los seis, campeonatos. Viajaba harto, estaba poco en Chile, no veía a mis amigos, a la familia. Entonces, fue una etapa a los 14, 15 años en que me quería salir. Me salté hartas etapas; de cumpleaños de niños chicos, cosas así, y me pasó la cuenta a los 15. Así que chao, nomás. Hice una vida normal, colegio normal, otros deportes... Y no me arrepiento, porque fue una etapa en la que hice muy buenos amigos y en la que hice una vida en Chile, que la sigo teniendo.

¿Cómo le picó el bichito por volver?

Fui a jugar un día y lo hice muy bien. Ahí me di cuenta de que tenía que volver a jugar golf.

Mito Pereira, posando con la tarjeta que acredita su ascenso inmediato al PGA. Foto: Hunter Martin/Getty Images/AFP

Usted cuenta que practicó otros deportes. ¿Lo sigue haciendo?

Ahora ya no mucho por las lesiones. Desde chico jugaba harto tenis. Cuando me retiré, empecé a andar un poco en moto y en bici por los cerros... Hasta que en 2018 me quebré la clavícula en bici y ahí se acabaron todos los deportes.

¿Y también jugó fútbol?

Sí, también. Jugué un año por la selección del colegio, pero no había mucho talento. Jugaba de lateral izquierdo, aprovechando que soy zurdo.

Dicen que no hay zurdo malo.

En mi caso, no había mucho talento, le ponía huevos, nomás.

¿Qué equipo le gusta?

Soy de la Católica.

¿Algún jugador preferido?

Ahora no veo tanto, pero me gustaba harto (Lucas) Pratto. Pipe Gutiérrez…

Fue en la época de Pizzi, con el título y también con esa final perdida con la U en el Apertura 2011.

Claro. De hecho, fui al partido de ida con un amigo de la U y su papá, y les ganamos 2-0. Mi amigo estaba emputecido. Pero después nos ganaron 4-1. Mal.

Otro de sus pasatiempos es jugar al Call of Duty. ¿Cómo anda ahí?

Jugamos al Call of Duty porque podemos hablar y es entretenido. Somos varios.

Un talento suyo son los asados, según sus propios amigos y colegas.

Lo que pasa es que yo soy de Pirque, un poco más del sur de Santiago. Hay harta zona rural. Entonces, me manejo.

¿Con qué corte la rompe?

Me gusta la punta de ganso, pero me manejo en todos los cortes.

¿A punto, tres cuartos, cocida?

La carne, siempre a punto.