Lo primero que hizo Natalia Piergentili cuando se decidió que el PPD mantendría su voluntad de ir en dos listas -sin Apruebo Dignidad y pese al abandono del PS- fue tomar el teléfono y llamar al Presidente Gabriel Boric. La líder PPD le explicó al mandatario que había cumplido su compromiso de dialogar una última vez con sus correligionarios pero que se mantenía la posición mayoritaria de no suscribir a una lista única.
“Tengo la certeza de que confía en que la definición del PPD fue por convicciones. Él puede decir, esta mujer está equivocada, pero no puede decir que a este partido le faltó una convicción de construir mayoría para apoyar sus reformas”, dice Piergentili al reflexionar sobre las frenéticas horas de negociaciones electorales oficialistas que terminaron por reconfigurar el mapa del sector.
Terminó la semana de candidata y eso no estaba en sus planes al iniciar las negociaciones...
Efectivamente no estaba en mis planes. Varias cosas no estaban en mis planes porque para nosotros ir con el Socialismo Democrático era lo evidente, lo que habíamos transmitido y eso no ocurrió. Cuando hay que hacer golpes de timón, también hay que ponerse al servicio de esos golpes. Lo hago contenta, tranquila: creo que la apuesta de mi partido es consecuente y razonable.
El costo personal de ser candidata no es menor, no podrá postular a las parlamentarias ni a las municipales, ¿por qué aceptó?
Nunca he pensado que mi cargo es un trampolín para ser candidata a algo. No siento que estoy haciendo una pérdida por no poder acceder a otros espacios políticos. Uno contribuye desde donde está, desde donde puede, desde donde las circunstancias te llevan.
¿Cómo evalúa las negociaciones? El tono de una mala partida lo marcó Guido Girardi cuando señaló que Apruebo Dignidad sería la “lista del indulto”...
La racionalidad detrás de las dos listas tiene que ver con que hay un 62% de personas que votaron Rechazo y no creemos que se haya rechazado una nueva Constitución progresista con derechos sociales garantizados sino que rechazaron otras cosas. La opción de ir en las dos listas correspondía a poder hablarle a ese mundo que quizás no iba a concurrir a una lista del Frente Amplio, pero que sí podía concurrir a una lista que tuviese una mirada socialdemócrata sobre el proceso constitucional y sobre la política. Todo ese argumento se desdibujó con la caricatura de la “lista del indulto”. Entiendo también que para el gobierno fue una antesala de que si así iba a ser la campaña nos íbamos a terminar matando.
Para ustedes la decisión de no ir en una lista única ¿tiene un componente político más profundo más allá del electoral?
Ambas cosas. Electoralmente esto es una apuesta correcta, pero por cierto que es una apuesta política. Un partido no puede renunciar a tener una identidad que contribuya a un proyecto de fondo. Cuando tú quieres relevar tu identidad para apostar a un proyecto colectivo de transformaciones para el país, ¿quién pudiese negarse a eso? Eso es lo que no logro comprender de la altisonancia que se ha generado y lo dramático que ha sido. Yo le resto todo drama a esto. A pesar de la decisión del PS, ya que uno no puede condicionar sus decisiones, en las cuales cree profundamente, a las decisiones del aliado. Ha sido importante caminar con el PS todos estos años, pero esta vez creemos que sigue siendo necesario poder generar un espacio identitario de centro-izquierda que contribuya a un buen proceso constitucional y que -por cierto- contribuya al gobierno. Y cuando digo esto último es porque contribuye a construir mayorías para las reformas. Quiero ser parte de un espacio que no quiere claudicar en construir mayorías, no para atrincherarme en el porcentaje del Apruebo, sino ampliar esa mirada para generar una masa crítica de discusión sobre reformas y transformaciones para Chile.
En las últimas horas hubo una fuerte arremetida interna en el PPD para reevaluar la decisión de dos listas. ¿Sintió falta de respaldo?
El mito del poder de Girardi y su influencia que genera una ola de como si fuera así, tortuoso o presionante. ¿Me sentí presionada? Sí, pero porque el PS se fue con Apruebo Dignidad no porque mis dirigentes me decían que había que analizar esto. Diría que cuando una opción tiene el respaldo del 94% de un consejo, que además convoca una mesa extraordinaria y de los 12 miembros de la mesa 10 aprueban continuar en una definición partidaria, nunca me sentí en las cuerdas. Tenemos la convicción sobre dos puntos importantes: uno, tenemos la obligación ética de reivindicar a la centro izquierda como un espacio que ha sido valioso para Chile. Y por otra parte, porque no claudicamos en la idea de que existiendo esa centro izquierda podemos contribuir a construir las mayorías que el gobierno necesita.
¿Hubo otros episodios que tensionaron la discusión?
Hubo filtraciones que confunden y sacan de la discusión lo importante. La discusión no era si al Presidente le doblé la mano o esas cosas. Al Presidente le tengo respeto personal y él nos hizo un llamado a poder volver a conversar en nuestros partidos este tema. No me voy a restar jamás de ese diálogo y -por cierto- que lo realicé. Distinto es que ese diálogo llegue a conclusiones distintas. Creo que además eso que se instaló también maliciosamente de parte de, nunca sabré quién, de que esto era una posición negociadora para una transacción sobre posiciones en el gobierno, me parece que es bajo y que tampoco contribuyó a generar un clima positivo para poder plantear argumentos legítimos.
El 2021, Apruebo Dignidad vetó al PPD en las primarias presidenciales apuntando a problemas de supuesta “corrupción” y ahora son ustedes los que no quieren mezclar identidades con ellos. ¿Qué piensa de eso?
Que hay un tema de fondo superdistinto porque cuando ellos nos rechazan de la primaria por hacernos imputaciones sobre las cuales no estoy de acuerdo nos hicieron un juicio moral. Nosotros ahora estamos rechazando ir en la lista con ellos porque creemos que eso va a achicar la masa crítica de apoyo al gobierno, para contribuir a un gobierno que ellos encabezan.
Es razonable pensar que el gobierno no quisiera competencia entre sus alianzas porque siempre se podrían generar desencuentros que, al final, terminan rebotándole. ¿Esa era la razón por la que impulsaban la lista única?
No lo sé. La apuesta lógica, un poco en la línea de lo que dice Pepe Auth, era tener a tus dos coaliciones compitiendo por públicos distintos, pero complementarios para ampliar nuestra base. Pero lo que se hace es que se prefiere juntarnos a todos con un relato que se desdibuja entre todos para -a mi juicio- apuntar al Apruebo que es hoy día una minoría. Y nosotros necesitamos mayorías. Lo que me importa no es que estén de acuerdo con mi argumento sino que respeten su legitimidad y la construcción de buena fe de ese argumento.
Hay quienes señalan que el Presidente Boric -en realidad- lo que quería era salvar a su coalición original, al Frente Amplio, de un mal resultado electoral y diluir el temor al fracaso de la izquierda más radical frente a la centroizquierda. ¿Hay algo de eso?
Creo que él se convenció de una tesis que no es la mía, pero no creo que sea por el interés de andar salvando coaliciones.
Es conocido que Apruebo Dignidad ha privilegiado estar con el PS más que con otros partidos. ¿Se sigue el PPD sintiendo dejado de lado?
No es una infidencia decir que ha costado construir relaciones. Acá no estamos hablando de relaciones personales sino institucionales. Nosotros nos sumamos a un proyecto con un programa que estaba zanjado, que no fuimos parte de su construcción. Es como subirte una micro andando, siempre va a ser un poco forzado, y nos han faltado espacios de discusión política, nos han faltado espacios para establecimiento de confianzas y de construcción. Yo no tengo ni la misma llegada, ni la misma sintonía, ni la misma capacidad de empatizar con muchos miembros del gobierno, pero porque no tenemos una historia común y porque venimos de un rechazo, de prejuicios, de reconstrucción, y esos son procesos más largos. A lo mejor en dos años esto mejora, cuadra y podemos avanzar hacia un frente grande de centro izquierda, pero diría que eso hoy día no es posible porque el amor a la fuerza no funciona.
Usted dijo que fue una sorpresa que el PS no siguiera en la lista de Socialismo Democrático, ya que en muchas ocasiones sí lo había asegurado. ¿Se enteró por la prensa de esto?
No, pero vi que iba a haber algún sismo el día sábado pasado. Mientras nosotros estábamos en el consejo, el PS estaba en su comité central y no puso este tema a votación. Y cuando tú no pones un tema a votación es porque existen problemas que no te permiten cerrarlo. Desde ahí entendí que el PS se estaba tensionando y que lo más probable es que resolviera de otra forma.
Porque el diseño original de la negociación era que en caso de competir en dos listas, sí o sí, el PS iría con el Socialismo Democrático.
Así es. Cuando sin discusión, sin mediar una reflexión política, ni intrapartidaria ni con los socios, salía Camilo Escalona diciendo que el PS va para allá (Apruebo Dignidad)... pienso que así no se hacen las cosas. Los secretarios generales no son voceros de los partidos, tienen otro rol y además uno no hace vocería de su partido cuando hay instancias colegiadas de decisión y éstas no han decidido.
¿Qué le dicen a aquellos que señalan que lo que el PPD está haciendo es un suicidio político?
Con el voto obligatorio -a no ser que nos veamos el tarot- no podemos determinar cuál va a ser el comportamiento del electorado. En la vida las elecciones son siempre un riesgo, sin duda, pero déjeme decir que prefiero equivocarme y decir, ‘chuta, este país se polarizó y yo no me enteré, y la centro izquierda y la centro derecha no tienen ningún espacio’, a sentir que no di una pelea por mis convicciones y por las convicciones del colectivo al cual represento. Eso sí que sería penoso, pero equivocarse no es penoso.
¿Quedó dolida con el Presidente con toda esta situación que se generó? Hay quienes transmiten que, quizás se involucró más de lo debido en las negociaciones.
O sea, tengo preocupación por eso. Creo que no es bueno que la máxima autoridad esté tan pendiente de definiciones partidarias, que además tienen que tomarse de manera autónoma. Pero molesta o dolida no.
¿Participó más de lo que se esperaba, entonces?
Manifestar tan rotundamente un deseo respecto de una lista cuando tiene dos coaliciones puede generar una situación compleja. Siento que eso o se hace de manera más reservada o simplemente no. Porque también puede ser un daño para él.
¿El Presidente tensionó al Socialismo Democrático a un punto sin retorno?
Creo que él planteó una legítima posición. Pero uno sabe cómo empiezan las cosas, no cómo terminan. Aunque no creo que esa haya sido su intención. Vuelvo al inicio, como nosotros no hemos sido capaces de construir relaciones políticas más afianzadas, más de confianza, más profundas, ese solo llamado, generó lo que generó. Y yo creo que eso es un gran aprendizaje. El Presidente manifestó un deseo. Puedo evaluar si estuvo bien o mal que él lo planteara, pero finalmente es el Presidente. Si para abajo, la embarrada que quedó tiene que ver con la incapacidad de generar construcción política de las coaliciones, que no hemos sido capaces de hacerlo, que ha sido muy difícil y que no hemos querido enfrentar.
¿En qué pie queda su relación con Boric?
Institucionalmente creo que para el PPD ha sido complejo sentirse parte del gobierno. Sin perjuicio que tenemos a la ministra del Interior, nos gustaría ser parte de las discusiones en materias relevantes en las que hoy no estamos. Es cómo somos parte de la discusión sobre el nuevo modelo de desarrollo, si vamos a tener una empresa nacional del litio, cuál es el modelo de descentralización con el cual este gobierno va a dejar el país. En los espacios donde esas cosas se discuten no estamos. Dicho eso, siento que eso tensiona un poco. Eso es en lo institucional. Pero en lo personal, tengo una muy buena relación con el presidente.
Ha trascendido que el Presidente va a hacer un cambio de gabinete, lo que suponía un mayor espacio para el Socialismo Democrático en el gobierno. ¿Usted cree que hay que empezar a despedirse de la posibilidad de que el PPD aumente su representación?
Creo que la representación, es el último eslabón de la cadena y creo que son dos preocupaciones distintas. Pero si a propósito de esto la presencia del PPD por una cosa de imagen o porque en el Frente Amplio están enojados, no se va a considerar, bueno, es porque finalmente en esa reorientación no era necesario que estuviéramos. No creo, en todo caso, que esto sea el garrote o la zanahoria. Las listas no son una medida de coerción o de presión ni para uno ni para el otro lado. Así no se hacen las cosas.
¿No dejan en una situación frágil a la ministra Carolina Tohá, siendo que es una correligionaria del PPD y ella también era partidaria de la lista única?
Es entendible que ella se sienta contrariada, pero sabía de nuestro planteamiento, sabía de nuestros argumentos. Distinto es que no estuviera de acuerdo. Pero desde que ella asumió, hemos trabajado con lealtad para acompañar su liderazgo. Ella ha sentido y ha palpado el apoyo de su partido en todo este tiempo. Creo que tiene la suficiente fortaleza política, intelectual y de gestión para seguir adelante. Porque además esto no es un drama. Son dos listas que apoyan un gobierno desde su diversidad.
Los grandes perdedores son el Socialismo Democrático: El PS quedó quebrado, el PPD resentido y se dividió la alianza histórica en la centro izquierda. ¿Valió la pena hacerlo frente a estos comicios en particular? Si igual hasta tenían un grupo de trabajo con Apruebo Dignidad en materia constitucional.
Justo este año, a 50 años del Golpe, uno no puede renunciar a ningún espacio electoral para reivindicar la renovación socialista. Somos un partido que nace por la renovación socialista, por un PS que quedó quebrado por una mirada ideológica que fracasó y que además cobró vidas para ellos, para sus amigos y para el país. Yo no puedo como presidenta de un partido que nace por esa definición no bregar en cada espacio electoral porque la socialdemocracia, la centro izquierda, la renovación socialista tenga un espacio en la sociedad, un espacio político, un espacio de debate.
¿Descartan desmarcarse del PS en elecciones futuras?
Teníamos la convicción de que íbamos a ir como Socialismo Democrático en esta elección y no fue posible. Pero eso no significa que en el Partido Socialista muchos de sus militantes, José Miguel Insulza y muchos otros que me han llamado por teléfono no sientan que esto es un hasta pronto. Esto es como que nos pedimos un tiempo.