Es la hora de almuerzo del jueves y Camila Requena, presidenta del Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile, se pasea por los patios de la facultad -ubicada en Pío Nono- invitando a los estudiantes a una reunión para organizar el comando por el Apruebo a la nueva Constitución. “Hay que aunar fuerzas, chiquillas, falta poquito para el plebiscito, tenemos que organizarnos por el Apruebo”, les dice la estudiante de tercer año a sus compañeros de carrera que a esa hora leen, fuman nerviosos comentando una prueba, discuten de fútbol y política y almuerzan sentados en el borde de la pileta bajo el tibio sol otoñal de esa tarde. A quienes se excusan, Requena les comenta que el próximo martes (31) vendrá a hablar a la escuela la presidenta de la Convención, María Elisa Quinteros, y que no se la pueden perder.
Precisando que ella es parte de un grupo de casi tres mil estudiantes de Derecho, la dirigenta (que en octubre de 2021 ganó la elección del centro de alumnos liderando una lista independiente de izquierda) asegura que en su escuela prevalece el Apruebo a la nueva Carta Magna. “La verdad es que no he escuchado comentarios de (alumnos y profesores) que estén por el Rechazo”, dice.
Y antes de entrar a la reunión en la Sala 16 del segundo piso, Requena cuenta los planes de su directiva: ”Como estudiantes de Derecho, no podemos quedarnos quietos mirando lo que pasa. Vamos a crear un comando para salir a explicar, en palabras simples a la gente, los principales puntos de la nueva Constitución. Explicar primero a nuestros vecinos de aquí del barrio Bellavista cuáles son los nuevos derechos de la Constitución y, de paso, desmentir ciertas noticias del terror que aparecen de repente, como que se les van a quitar todos sus ahorros previsionales”.
Francisco Soto Barrientos, profesor de Derecho Constitucional y Ciencias Políticas de la U. de Chile, tiene una apreciación distinta. Dice que en Pío Nono hoy se está analizando el borrador, lo que resulta muy complejo, debido a su gran extensión (499 normas permanentes). “Más que un debate entre partidarios y opositores, en la Facultad nos encontramos en una etapa de reflexión, que supone un análisis meticuloso del borrador en sus diversas partes y estableciendo cómo los diversos órganos se coordinan mutuamente”, señala.
Soto, quien integró el Consejo de Observadores del Proceso Constituyente en el gobierno de Michelle Bachelet, dice que esperará el trabajo de la Comisión de Armonización para definir su postura frente al plebiscito de salida que, a juicio de él, “será clave para conformar un texto coherente y que esté a la altura de las demandas de nuestra ciudadanía”. Y asegura que muchos de sus colegas harán lo mismo.
La preocupación de la UC
Unas cuadras más abajo por la Alameda, el ambiente en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica es más proclive al Rechazo, según cuentan profesores y estudiantes. “Queremos una Constitución que nos una y no que nos divida”, dice un cartel pegado en uno de los patios de la Casa Central, firmado por el movimiento socialcristiano Solidaridad UC.
“El ambiente aquí en la escuela, al igual que en el país, es de mucha incertidumbre frente a la nueva Constitución. Con el borrador ya sabemos hacia a dónde van los tiros y en nuestra facultad hay preocupación por varios puntos que se han cuestionado públicamente, como el fin del Senado, los quórums y la deconstrucción del Poder Judicial, pero especialmente por las normas sobre financiamiento de la educación no estatal”, afirma el presidente del Centro de Alumnos de Derecho UC, Santiago Ruiz-Ezquide (independiente de centroderecha).
Sobre este último punto, el dirigente asegura que la inquietud se extiende a todas las facultades: “La entrega de fondos públicos a la educación no estatal dependerá del cumplimiento de una serie de adjetivos y principios”. Pese a este clima de preocupación que narra Ruiz-Ezquide, dice que esperarán hasta que esté listo el texto final (5 de julio) para definir la postura oficial de la escuela a través de una consulta abierta a los estudiantes.
Pero la presidenta de la Feuc, Maite Estay Casanova, subraya otro aspecto de este proceso: “La discusión pública ha sido sumamente incisiva y crítica -lo cual es positivo- con el Apruebo y los escenarios que esta abre. Pero no hemos visto ese mismo nivel de profundidad en los análisis de los escenarios que trae consigo el Rechazo, ignorando que nos mantenemos en un contexto de conflicto social y desorden institucional producto de una Constitución completamente deslegitimada y una sociedad fragmentada”.
¿Nuevo Derecho Constitucional?
Profesores de Derecho Constitucional de diversas escuelas coinciden que no ha sido fácil adecuar este año sus cursos y conectarlos al proceso constituyente. No solo porque durante años enseñaron las leyes fundamentales de la Constitución de 1980 (incluidas sus reformas), que podrían cambiar en los próximos meses, de ganar el Apruebo, sino también por el clima de polarización que ha caracterizado el trabajo de la Convención y que se ha expresado en las salas de clases.
“Ha sido bien desafiante”, dice la constituyente Manuela Royo (independiente electa en la lista de Apruebo Dignidad), quien hace clases de Derechos Fundamentales en la Universidad Andrés Bello. “Yo enseño los artículos de la actual Constitución, pero debo explicar a mis alumnos que las posibilidades de que estos sean modificados existen y ahí no tendría ningún sentido que se aprendan hoy de memoria las normas de la Constitución del 80″.
¿Cómo han resuelto esa disyuntiva los profesores?
Lo que yo estoy haciendo es hacer comparaciones entre normas de la Constitución del 80, las propuestas del borrador y lo que dice el derecho internacional. Eso ha generado un debate súper interesante dentro del aula, pero también intenso. Entre los profesores constitucionalistas también ha habido harto debate, dice la abogada, quien cuenta -con voz de orgullo- que llevó a todos sus cursos a conocer el trabajo de la Convención en el ex Congreso y a escuchar los debates que se dieron en la Comisión de Derechos Fundamentales.
Miriam Henríquez, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), desdramatiza los eventuales futuros cambios al Derecho Constitucional -que ella imparte- de imponerse el Apruebo. “Lo haremos de la misma forma en que se han enseñado las últimas grandes reformas, como la reforma procesal penal y los cambios al derecho de la familia. El derecho siempre cambia y la formación jurídica tiene en cuenta eso”.
En lo que sí coinciden los constitucionalistas es que, sea cual sea el resultado del domingo 4 de septiembre, se abrirán nuevos escenarios jurídicos y políticos.
Libertad de cátedra o prescindencia
Henríquez cuenta que en la UAH existe “plena libertad” para que profesores y alumnos expresen sus preferencias políticas abiertamente. “Sí fomentamos entre los estudiantes el valor de la tolerancia y el respeto por quien piensa distinto”, precisa. “Yo como decana no he sido imparcial frente al objetivo de tener una Constitución nacida en democracia. Por algo fui candidata a convencional constituyente (Independientes No Neutrales), apoye públicamente el Apruebo en el plebiscito de entrada y trabajé arduamente por una Convención paritaria”, cuenta la abogada, quien el lunes pasado acudió con uno de sus cursos a una sesión de la Comisión de Armonización. (foto de abajo a la izquierda).
Pero el profesor de Derechos Humanos de la U. de Chile Felipe Abott asegura que pese a la libertad de cátedra con que cuentan sus cursos, “en ningún momento -de este año- me he sentido tentado en dar alguna opinión de campaña. Y en estricto rigor tampoco procede. Sí busco llamar la atención a los estudiantes diciéndoles que ellos serán los protagonistas de un cambio histórico en el derecho chileno y, de ganar el Apruebo, a ellos le cabrá la mayor responsabilidad de implementar la nueva Constitución en los próximos años. Ahí veo inmediatamente una primera efervescencia entre los estudiantes”.
Alejandra Ovalle, profesora de Derecho Constitucional de la UC, cuenta que a pesar de la insistencia de sus alumnos para que ella dé alguna opinión política en sus clases, se la guarda: “Hay que ser muy cuidadoso y no perder de vista que lo que estamos enseñando se inserta en un contexto político muy polarizado”.
Ovalle cuenta que en sus clases explica la norma actual y las actuales modificaciones, trato de identificar argumentos a favor y en contra, y presentarlos de la forma más leal posible, sin caricaturas. “Entre las preguntas, los comentarios y la discusión que se produce, evidentemente que uno va dando una aproximación respecto de su opinión”, agrega.
La doctora en Derecho Verónica Undurraga -docente de la Universidad Adolfo Ibáñez- cuenta que en su facultad existe total libertad para profesores y alumnos, pero que la UAI no tendrá una postura frente al plebiscito. “Hay una diversidad de opiniones en ambos grupos, se dan conversaciones interesantes, pero muy lejos del nivel de efervescencia que hubo el del plebiscito del 88″, comenta la abogada, que vivió en la U. de Chile la disputa entre el Sí y el No.
Matías Pascualli, profesor de Derecho Tributario de la Universidad del Desarrollo, cuenta abiertamente que él votará Rechazo, pero que en su facultad existe un especial cuidado para presentar a los alumnos el tema de la nueva Constitución de la forma más imparcial. “No puede haber un foro, por ejemplo, en que no estén representadas las dos posturas... Uno podría pensar que en Derecho de la UDD existe una postura política más de derecha, a favor del Rechazo, pero las opiniones están muy mezcladas”.
Jaime Couso, decano de Derecho de la Unicersidad Diego Portales recalca la importancia de salir a explicar el borrador de la Nueva Constitución: “Nuestros principales especialistas están explicando el borrador a los estudiantes y a sus familias, para favorecer el voto informado”.