Paula Narváez (PS) se quedó -a último minuto- sin poder competir en primarias legales tras el veto de miembros del FA y el PC a partidos que respaldaron su candidatura para participar en una competencia amplia de la izquierda. Ahora piensa en partir una gira por el país y rearmar su comando. Antes, da su relato de la bochornosa negociación que truncó la unidad de la oposición.
¿Con qué sensación termina esta semana?
Reenergizada. Los contextos desafiantes me potencian, es más desafiante aún esta carrera con estos nuevos obstáculos, pero también tengo realismo de lo que pasa en la centroizquierda. Este llamado a la unidad, del que no sólo fui parte sino que también impulsé desde un inicio de manera decidida y convencida en lo público y lo privado, se constató que para algunos era simplemente fingir unidad. No es sincera la unidad, se plantea porque es políticamente correcto, pero no es lo que realmente quieren construir. Eso genera un hiperrealismo para asumir este momento. Aquí no hubo un interés honesto por poner lo que necesita el país por encima de cualquier otra cosa.
El miércoles tras el fracaso de las negociaciones apareció una candidata distinta. No era lo que se acostumbraba ver de usted: fue la que utilizó conceptos más duros al momento de dar a conocer que no habría primarias amplias…
Viví una profunda desilusión. Cuando deposito confianza en otros y eso se traiciona, me moviliza un legítimo enojo frente a ese engaño. A nadie le gusta sentirse engañado, ni que le mientan. Hubo una traición a la palabra que son elementos vitales en la construcción de cualquier relación. Si lo llevamos a la relación política, sobre todo en momentos de fragilidad institucional en el que estamos, si no honras tu palabra, ¿qué te queda? Lo que sucedió el miércoles es muy grave, porque habíamos hecho una apuesta a que todos los actores concurrieran con su máximo esfuerzo a construir esa unidad, porque el país no puede seguir siendo gobernado por la derecha, tenemos una responsabilidad mucho mayor de ponernos de acuerdo. Aparecer con argumentos de última hora, acomodaticios, es simplemente indignante para la responsabilidad que tenemos como actores políticos. Si no se entiende la política desde ahí y más bien unos se atrincheran en la idea de fortalecerse en su propia identidad, no es posible hacerse cargo del país. Ellos no dan garantías para hacerse cargo del país, porque tienen una visión estrecha, de crecer ellos mismos, no tienen la vocación sincera de gobernar el país con generosidad. No la tienen y lo demostraron ese día.
Cuando dice que se sintió personalmente engañada, ¿a qué se refiere?
Yo tenía dos fuentes de información fundamentales. Una directa, como fue mi conversación con Gabriel (Boric) ese mismo día en la mañana (miércoles), donde le comenté de los apoyos que yo podía recibir como parte del panorama que íbamos a enfrentar y él me planteó su postura respecto a que no podía haber vetos. Y en la tarde me encuentro con que su partido es el que notifica a mi partido que hay veto al Partido Liberal y al PPD. Yo entiendo que ese partido (Convergencia Social) es muy influenciado por el PC. Para descifrar qué estaba pasando, mi jefa de campaña tiene una conversación con Daniel Jadue y él confirma que hay un veto directo al PPD. Aquí no se estaba vetando a Heraldo Muñoz, ni al PL, se estaba vetando a la militancia, y ese es un ejercicio profundamente antidemocrático. Son los mismos electores, los mismos militantes que en el pasado han incluso trabajado por militantes comunistas y del Frente Amplio. De repente al PC se le olvida que fueron parte del gobierno de la Nueva Mayoría y que gobernó junto con el PPD, y de repente era un sacrilegio tener que ir juntos en un esfuerzo de unidad por el país, donde las controversias se pueden conversar para ir a primarias que nos permitan dejar la fragmentación para enfrentar a la derecha y ganar. Con esta actitud demostraron que no están a la altura.
Ellos argumentan que el acuerdo no era sólo presidencial, sino que implicaba un pacto parlamentario. ¿Eso estuvo sobre la mesa?
Era un acuerdo parlamentario general, no era cerrar una lista, ni establecer un número limitado de listas; era tener un compromiso para avanzar en un acuerdo parlamentario que tiene todo el sentido, porque las transformaciones hay que hacerlas viables. Así que esa es una excusa de última hora para justificar lo injustificable. Aquí lo que hicieron fue la utilización histórica de una métrica de la antigua política, de decir cuántos votos yo podía tener en función de los apoyos recibidos y decir “esto no nos conviene”. Política chica, no edificante, de la que no quiero formar parte. Lo que me carga es la inconsecuencia, porque yo tengo la valentía de estar en un espacio político sin ninguna plataforma, con desventajas, porque se constata que no tengo conocimiento en las encuestas, no soy diputada ni alcaldesa, y a pesar de eso, estaba dispuesta a ser una más en una primaria. Y te enfrentas a dos señores que lo que hacen es calcular.
Es decir, el tema era que usted podía ganar esa primaria...
Era un llamado a la unidad falso, fingido, inconsistente. Esta gente avanza y retrocede en función de sus propias conveniencias, por eso digo que no dan garantías de gobernabilidad, porque depende de cómo les vaya a ellos. Y no pues, tenemos que levantar y dar esperanza al país, tenemos que recuperar la economía, dar garantías al proceso constituyente, escribir una nueva Constitución. Todas tareas de una envergadura gigantesca que no son consistentes con liderazgos pequeños, mezquinos, que sólo piensan en sí mismos, que además se llenan la boca de conceptos que no manejan y que no son capaces de sostener hasta el final. Hablan de feminismo, de paridad, unidad, pero a la hora de los quiubos, a quién excluyeron: a la mujer. ¿Le habrían hecho esto a un hombre? Vale la pena preguntárselo.
Tras las primarias fallidas y lo que se han recriminado mutuamente. ¿Cómo ve la restauración de la convivencia con el FA y el PC? ¿Será una tarea de largo plazo, corto plazo?
Soy una demócrata. A pesar de la molestia y las dificultades siempre estoy dispuesta al diálogo y a la conversación. A tender puentes. No se puede claudicar de ello, aunque debe pasar agua bajo el puente.
¿Por qué desecharon la posibilidad de inscribir primarias con otras fuerzas disponibles? El PR se quedó con el candidato en el Servel…
Tenemos que ser sinceros. Entiendo que hay una utilidad en la primaria legal desde el punto de vista de la visibilidad, pero ese no es su propósito, sino que sea una oferta de alternativas competitivas para que el país pueda decidir.
De no ser por los vetos levantados desde el PC y el FA, ustedes habrían participado en una primaria de la izquierda dejando de lado una alianza histórica con la DC, sus socios de 30 años, con los que recuperaron la democracia. ¿Cuánto le pesaba ese escenario?
Yo no veté a nadie. Desde el inicio dije que esto tenía que ser amplio -del centro a la izquierda-, porque nos necesitamos todos para gobernar. Se dieron concomitantemente dos hechos: había que arribar a un acuerdo de primarias en un momento en que la DC estaba pasando por una situación muy crítica. Y los tiempos no coincidían. No pudieron sincronizarse esos dos hechos. Esa es la explicación que me doy. Es la fuerza de los hechos lo que nos lleva a la primaria (de la izquierda).
Ustedes han hecho un tema de los vetos del FA y el PC, pero desde la DC se acusa un veto de ustedes a su candidata, Ximena Rincón, para participar de las primarias. ¿No estaba al tanto de esas negociaciones?
Yo desconozco esas negociaciones absolutamente. Lo único que puedo decir con seguridad absoluta es que yo nunca he vetado a nadie, y si otros lo hicieron no es información que me conste.
Lo concreto es que estuvo a punto de inscribirse una primaria de la izquierda sin la DC. ¿Le alcanzó a pesar de la ruptura con sus, hasta entonces, socios?
Entiendo su pregunta, pero aquí hay una cosa que tiene que ver con el análisis de los tiempos. La política de los años 90 está completamente superada y tenemos que adaptarnos desde la articulación de las fuerzas políticas a todas aquellas configuraciones que se necesitan para el país que somos. Este es un país distinto y no podemos verlo con claves del siglo XX. La flexibilidad de las formas de aliarnos en políticas tiene que estar sobre la mesa. Yo a eso estoy disponible. Y para eso necesitamos de todos los actores políticos madurez histórica y eso es lo que el miércoles no se dio.
Con como quedó todo, sus exsocios de la DC están molestos, sentidos. ¿Valió la pena dejarlos de lado para terminar en este fiasco?
Con respeto le digo que no hemos abandonado a nadie, que la DC está viviendo su propio proceso, que la elección del pasado fin de semana le impactó de manera específica a ellos y tenemos que ser respetuosos con su proceso. Hay un profundo reconocimiento y cariño por lo realizado por años, en especial al mundo DC. Hay que tener una mirada amplia, sin fanatismo, sin dogmatismo y, por lo tanto, siempre seguir tendiendo puentes. La DC va a salir de este proceso y siempre podemos seguir conversando.
Ximena Rincón declinó su candidatura y aparece en el horizonte la presidenta del Senado, Yasna Provoste. ¿Visualiza un reencuentro entre el PS y la DC?
Me veo conversando con cualquier candidato o candidata que establezca la DC. Respeto su autonomía.
¿Habló con Gabriel Boric o Daniel Jadue tras el intento fallido de primarias?
Sólo tuve un breve mensaje de Gabriel, donde lamenta la situación sucedida.
¿Cómo se viene el proceso de diferenciación con los candidatos del PC y el FA que enfrentan su propia primaria?
Las diferencias quedaron evidenciadas ese mismo día, en términos de que yo cumplo mis compromisos, que tengo un mismo discurso en lo privado y lo público, que encarno un proyecto transformador y feminista respetuoso de las diversidades y sin autoritarismos. Represento a una izquierda democrática a diferencia de una izquierda patriarcal y autoritaria.
¿Cómo habría sido la historia si Unidad Constituyente hubiera surgido victoriosa y no el FA y el PC fortalecidos? ¿Habrían también extendido invitación a competir?
Por supuesto, porque es un asunto de principios. No comparto hacer política desde la métrica de sumar votos. Se trata de un proyecto de largo plazo: o construimos una alianza duradera para hacer las transformaciones profundas, en las que estamos de acuerdo en el centro y la izquierda, necesitamos una amplia mayoría. Nadie va a gobernar solo, nos necesitamos. No se trata de la competencia de una noche, se trata de una mirada larga de país. Y sobre Gabriel y su llamado hasta última hora a sumarnos, le quiero decir con cariño que no sirve una llamada políticamente correcta, pero que no se funda en la capacidad real del ejercicio del poder de su liderazgo sobre su propia fuerza política.
¿Usted descarta la posibilidad de que hubiera habido una puesta en escena mayor en la negociación del miércoles para dejarlos en ridículo y sin primarias a última hora?
No me hago parte de teorías conspirativas, aquí hubo sólo temor disfrazado de palabras grandilocuentes.
¿Será una ventaja su condición de mujer en la disputa que se abre para los próximos meses?
No soy una persona que defienda definiciones esencialistas. Pero sí creo que un proyecto genuinamente transformador desde un enfoque feminista es consistente con lo que soy y mi trayectoria. Y, además, eso sintoniza con lo que está sucediendo en el país.
¿Hay ideas de fondo distintas de lo que usted ofrece respecto de la alianza Boric-Jadue?
Tenemos ideas compartidas, pero los cómo son muy importantes en política. En cómo se llega a construir esa mayoría para hacer una transformación forma parte no menor de ese proceso político. Tenemos ideas muy significativas acerca de cómo vigorizamos desde un punto de vista estratégico nuestra economía, cómo revitalizamos la idea de un Estado que es capaz de emprender a través de empresas públicas que tengan la fuerza para transformar nuestros procesos productivos y que no deja de lado al sector privado y lo integra con normas claras. Llegó la hora de que las personas tengan cubiertas sus necesidades básicas, que el Estado dé garantías en materia de energía para las familias, dé seguridad, una renta básica para mujeres cuidadoras y todo con énfasis en medioambiente y también digital. Nuestra visión transformadora tiene la ventaja de que lo podemos construir con gobernabilidad asegurada. Es nuestra fortaleza y está asegurada desde el punto de vista de la experiencia y nuestra historia. Y, además, estamos disponibles a hacerlo de manera colectiva, con los demás.
¿Cómo se hace cargo de la lectura de las elecciones del fin de semana pasado, en que hubo una crítica a la manera en que se han hecho las cosas? ¿Se tienen que hacer parte el PC -que ha sido gobierno- y el FA -cuyos miembros han integrado administraciones anteriores- de ese cuestionamiento?
Ha habido una crítica a la institucionalidad, al sistema de partidos, a la manera en que la política le ha fallado a la gente. Y ahí nos inscribimos todos y todas. Tiene que haber un aprendizaje.