El ajuste para subsanar la golpeada economía argentina, que el cierre del Banco Central, que la dolarización o la disminución del Estado. A días de cumplir sus primeros 100 días al mando de la nación, el balance de lo cumplido, lo denegado y lo ni siquiera nombrado entre las promesas electorales de antaño toma relevancia en el gobierno de Javier Milei.
“Es un gobierno muy activo, que lanzó en los primeros días de gobierno medidas muy drásticas, y yo creo que, en general, el cumplimiento de lo que Milei proponía va relativamente bien”, planteó a La Tercera Julio Burdman, politólogo y académico de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Él no engaña a nadie. Dijo que iba a ser un ajuste importante y lo hizo”.
María Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina, añadió a la discusión general que si bien “el problema es que hay enunciados, y después el cumplimiento está dificultoso, porque no tienen tanto conocimiento de lo público y no es tan fácil el desarme que plantea”, sí “está cumpliendo mucho en lo que tiene que ver con recortar el gasto público y lograr el equilibrio fiscal. Eso me parece que es un logro”.
Equilibrio fiscal
Ya electo, pero previo a asumir, Milei aseguró que “vamos por un Estado acotado. Se respeta y se van a honrar los compromisos. Pero voy a hacer un ajuste de shock y poner a la economía en equilibrio fiscal. El 2024 tiene que terminar con equilibrio fiscal”.
Para Puente, “el primer objetivo de él era lograr el equilibrio fiscal y está en ese camino. Para eso habló de recorte en el gasto público y está haciendo un recorte feroz”, dijo a este periódico. Según la académica, se están cumpliendo “las promesas de campaña vinculadas al equilibrio fiscal y al recorte del gasto público”.
En enero, el mandatario aseguró, orgulloso, que se logró el primer superávit financiero de Argentina en 12 años, con un resultado positivo también durante febrero. La proeza, sin embargo, está anclada al incumplimiento de otra promesa de campaña, según cuestionan los opositores: que el ajuste lo pagaría “la casta”.
Reducción del Estado
Fue cuando ganó las primarias que un video de Milei se viralizó en redes. Se le veía frente a una pizarra en la que se mostraba parte de la plana mayor del organigrama estatal argentino. Fiel al estilo televisivo que lo catapultó al poder, inició su puesta en escena.
Anunciaba que, de vencer en las elecciones, cerraría 11 ministerios. Además, aseguró que echaría a todos los trabajadores del Estado -salvo los de carrera- contratados durante 2023.
Y nada más llegar al poder, cumplió su palabra. “El Estado es la principal causa del empobrecimiento de los argentinos”, aseguró. El mismo 10 de diciembre, fecha del cambio de mando, firmó su primer decreto de necesidad y urgencia (DNU), el que permitió pasar de 22 a nueve ministerios.
El ajuste y la economía
Desde el minuto uno se sabía del duro ajuste que aplicaría el economista libertario. Dentro de las medidas inmediatas destacaron la devaluación del 54%, lo que tuvo repercusiones inmediatas en los precios de los supermercados, comercios y todo lo relacionado con las importaciones. Y los bolsillos empezaban a crujir.
Cuando el gobierno cumplió sus primeros 100 días, este martes, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, dijo que “este fue el único gobierno (...) que en los primeros días de gobierno ha cumplido puntillosamente con cada uno de los puntos que había prometido en campaña”.
Los recortes alcanzaron a diversos sectores. “El decreto que está en vigencia permitió algunos de los grandes recortes, como en salud, transporte o combustible”, detalló Puente. La eliminación de subsidios durante febrero llevó a que usuarios no residenciales, como pymes, edificios, hoteles y municipios, pagaran hasta cuatro veces el valor previo al recorte. Según el gobierno, esto permitirá un ajuste cercano a los 3.000 millones de dólares.
¿”La casta” paga?
“Los argentinos que dependen de la asistencia estatal para sobrevivir son las víctimas del sistema, no los victimarios. Los victimarios son los políticos. Por lo tanto, no vamos a tomar ninguna decisión que les traslade el costo del ajuste que hay que hacer a las víctimas del sistema”, dijo Milei previo a su asunción. El ajuste caería “sobre la casta”. En el discurso inaugural de su mandato, sin embargo, la palabra casta fue reemplazada por “Estado”. El ajuste caería “con toda su fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado”.
En conversación con el periódico Perfil, Diego Giacomini, economista y antiguo amigo del mandatario, con el que trabajó 15 años, aseguró que “Milei siempre prometió que el plan de ajuste lo iba a pagar la casta, no la gente, (pero) cuando miramos las medidas con los números oficiales del Ministerio de Economía, uno se encuentra que el 67% del ajuste lo está pagando la gente”, aseguró. “Siendo generoso, solamente un 37% tendría chances de no ser pagado por la gente”.
Según Burdman, no solo es técnico, también es de percepción. “En las encuestas, la mayoría de la opinión pública cree que esa parte no fue cumplida y que, por el contrario, el ajuste cae sobre la gente en forma de alta inflación”.
“La motosierra hoy se siente más del lado de los jubilados, los trabajadores y los pobres, que del lado de la casta, aun cuando la reforma del Estado con cierre de organismos y contratos pretende mostrar que es contra ‘los políticos’”, complementa Puente.
Las grandes promesas
Dos de las propuestas más rimbombantes eran la dolarización y la destrucción del Banco Central. Ambas están completamente fuera de agenda, y nada indica que cambie en el corto plazo.
“Tenía que desarmar la bomba financiera que venía de antes, y en eso tiene un rol muy fuerte el Banco Central. Él había dicho que lo quería cerrar, pero por ahora es promesa no cumplida”, explicó Puente. “Sin embargo, con Milei hay que pensar que todo puede pasar. Si logra alinear las variables macroeconómicas sin que la micro le explote, por lo menos un sistema bimonetario puede ocurrir”, añade.
La otra gran promesa fue la de reformar a gran escala el modelo argentino, e intención no le faltó. Prueba de aquello es el megadecreto y la Ley Bases. Pero la pared con la que chocó no la puede saltar con sus armas habituales, puesto que su nula presencia en las provincias y una baja tasa de apoyos parlamentarios ya botaron la segunda medida, y la primera se tambalea. El rechazo del DNU en el Senado le permite seguir en vigencia, pero si llega a ser negado nuevamente en Diputados, se cae definitivamente. “Creo que es un desastre”, señaló Puente.
Para aprobar su macroproyecto para la desregulación de la economía argentina, “tiene que negociar con el resto de las fuerzas del sistema político. Y uno podría decir el Congreso, pero en realidad detrás del Congreso están muchos gobernadores, porque Argentina, al ser un país federal, los legisladores nacionales, tanto senadores como diputados, muchas veces tienen jefaturas políticas regionales. Por lo tanto, Milei tiene que hacer un acuerdo con los gobernadores para lograr aprobar leyes”, explicó Burdman.