En mayo pasado, un reporte de Ciper daba cuenta de la expansión del Tren de Aragua en Chile. Así, mientras en febrero de 2022 un informe de la PDI indicaba que 26 miembros de la organización criminal de origen venezolano operaban en el país, a mediados de 2023 la Fiscalía ya había identificado a 350, con 123 de ellos en la cárcel.
En los últimos días, el Tren de Aragua ha hecho noticia luego de que el fiscal jefe de la Fiscalía Regional Metropolitana Sur, Héctor Barros, presentara una denuncia por las amenazas vinculadas a la temida banda internacional que afectaron a jueces. “Hay información plausible de que existen amenazas (a jueces), las cuales estamos abordando en conjunto con otras instituciones del Estado, porque lo consideramos algo grave”, admitió el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, en entrevista con Radio Pauta.
Sin embargo, desde mediados de 2022, el Ministerio Público investiga amenazas que se manifestaron en contra de fiscales de la zona norte que realizaban indagatorias sobre el Tren de Aragua.
En momentos en que el clan de Los Gallegos, una fracción de la megabanda venezolana que opera en Arica, está siendo enjuiciado por delitos como homicidios, secuestros, extorsiones y, entre otros, tráfico de personas con fines de explotación sexual de adolescentes y mujeres migrantes, la Fiscalía abrió una investigación penal a raíz de la polémica decisión que tomó Héctor Barraza, juez de garantía de Arica, quien resolvió entregar las identidades de 57 testigos protegidos, entre ellos policías encubiertos, a la defensa de 44 integrantes de Los Gallegos.
“Estamos sorprendidos, porque va en contra de todo lo que como sociedad y sistema de justicia debemos a las víctimas en materia de protección”, dijo el fiscal regional de Arica y Parinacota, Mario Carrera, al anunciar la presentación del recurso por la decisión de Barraza.
Tan sorprendida como Carrera se muestra la periodista venezolana Ronna Rísquez, quien lleva varios años siguiendo el rastro y tratando de comprender la estructura del Tren de Aragua y sus singularidades. “No tengo conocimiento de que hubiera pasado antes”, comenta Rísquez a La Tercera sobre las denuncias de amenazas de miembros de la banda contra jueces chilenos.
Autora del libro El Tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina (Planeta), donde explica cómo esta organización criminal, nacida en la cárcel de Tocorón, se convirtió en una de las estructuras delincuenciales más temidas de América Latina, Rísquez visitará Arica el 23 y 24 de octubre para participar en un seminario organizado por la Fundación Chile Plural.
En cuanto al grado de extensión que tiene el Tren de Aragua, ¿dónde está operando actualmente?
Es de Venezuela al sur, pero, por ejemplo, no está en Argentina. Y en Bolivia la presencia es más común. Es una zona que han usado, por lo menos hasta el momento en que yo estuve investigando, para resguardarse. Es decir, no tienen una operación concreta en Bolivia, sino que se refugian allí, se esconden allí. Y el resto pues sí, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Chile. Y tienen una presencia también en la frontera entre Brasil y Venezuela.
¿A Brasil no entran o solo tienen pactos con los grupos delictivos locales?
En Brasil tienen alianzas con el Primer Comando de la Capital (PCC). Hay un reporte de la fiscalía del estado de Roraima donde explican que han identificado una alianza entre este grupo y el Tren de Aragua. Entrevisté a funcionarios policiales de la frontera, de la Policía Federal, que también reportaban la presencia del Tren en esa zona. Pero básicamente es en las fronteras.
¿Y hay alguna razón que explique por qué aún no entran a Argentina?
No tengo una explicación concreta para lo de Argentina. Eso es algo que creo que hay que investigar. Pero tengo dos posibilidades. Una es que Argentina es uno de los países que ha puesto menos resistencia, o que ha puesto ninguna resistencia, al ingreso de los migrantes venezolanos. El poner restricciones facilita que estos grupos consigan allí un nuevo negocio criminal en el tráfico de migrantes. Y luego el uso de migrantes para tráfico de droga, extorsión, explotación sexual. Entonces esto les abre como un abanico de negocios, que en el caso de Argentina no es posible, porque no hay una restricción migratoria en el caso de los venezolanos. Y la otra posibilidad es que, a pesar de la situación económica que está viviendo Argentina en este momento y que muy recientemente se vieron algunas situaciones de saqueos en algunos sectores, no ha habido una situación de conflictividad social ni política en Argentina similar a la que ha habido en otros países de la región, como Perú, Ecuador, Chile, incluso Colombia. Mientras las autoridades se están ocupando de situaciones de conflictividad social y política, los grupos de crimen organizado avanzan y se consolidan.
¿Entonces las medidas que ha tomado el gobierno chileno de endurecer el control en la frontera norte sería contraproducente al estimular el tráfico de migrantes?
Me parece que eso hay que mirarlo. Creo que puede ser, porque, definitivamente, es uno de los negocios que el grupo no tenía y que comenzó a tener y que incluso fue la base para que el Tren de Aragua comenzara a moverse a los países de la región donde está yendo la migración. Es justamente por la posibilidad de traficar migrantes que el grupo ha logrado, además, establecer de alguna forma presencia en todas las fronteras de los países de la región y tener control sobre pasos fronterizos.
En los últimos días se han conocido amenazas del Tren de Aragua a fiscales y jueces en Chile. ¿Ese fenómeno se ha visto en Venezuela u otros países?
No. Esto no es algo que se hubiera visto o, por lo menos, no en Venezuela, pues no tengo conocimiento de que hubiera pasado antes. Hemos visto también algunas amenazas en Perú, no sé si en Colombia, no recuerdo, pero no necesariamente había visto amenazas a jueces. El grupo es muy práctico, es decir, ellos intentan no involucrarse en muchas cosas, no llamar mucho la atención de las autoridades, porque lo que más les interesa en realidad es mantener sus negocios ilícitos, y para poder mantener sus negocios ilícitos pues tienen que mantenerse con bajo perfil. Pero entendamos también que existe la posibilidad de que sean imitadores del grupo, porque no necesariamente todos los que estamos viendo son del Tren de Aragua, eso es una cosa que no tenemos que perder de vista, porque definitivamente eso pasa.
De acuerdo con sus investigaciones, ¿el ingreso del Tren de Aragua a Chile ha sido más explosivo que en otros países de la región?
Lo que ocurre con Chile es que tenía un mercado o una actividad criminal un poco más reducida que otros países. Era un mercado donde para ellos resultó más fácil entrar, porque no había una competencia criminalizada. Entonces, eso de alguna manera facilitó que pudieran instalarse en Chile con más amplitud, pues había un mercado que estaba allí disponible, creo que eso es algo que los ayudó de alguna manera.
Y así como en el norte tienen el negocio del tráfico de migrantes, ya una vez que se instalan en un país como Chile, ¿qué otras actividades criminales empiezan a desarrollar?
Tienen un portafolio de más de 20 actividades delictivas, como secuestros, sicariatos, microtráfico de drogas, tráfico de drogas, trata para explotación sexual, tráfico de migrantes, contrabando de algunos tipos de productos, minería ilegal, están involucrados en una serie de delitos. Cuando llegan a algún mercado tienen la posibilidad de adaptarse, de identificar qué puede ser interesante o qué puede ser rentable para ese mercado y se involucran en eso.
¿Cómo operan en los países? ¿Por ejemplo, tienden a establecer vínculos con grupos criminales locales?
En general, tratan de tener vínculos con grupos locales, porque una de sus virtudes o de sus habilidades es que negocian, pues no necesariamente van a ir y simplemente imponerse, sino que buscan cómo entrar con los locales. Pero no sé en el caso de Chile, porque como la actividad criminal es quizás un poco menos competida que en Colombia o en otros países como Ecuador, no sé si también hayan hecho algún tipo de pacto con grupos locales.
En Perú se denuncia que el Tren de Aragua ha prácticamente hecho desaparecer a algunas bandas rivales. ¿Ahí opera con una lógica distinta entonces?
Es probable, porque a cada sitio que llegan me imagino que tendrán que ver cuál es la dinámica y van tomando decisiones, pero en general buscan un poco más el tema de la negociación, esa es una de sus características de hecho.
¿Qué está haciendo el gobierno de Nicolás Maduro para combatir al Tren de Aragua en Venezuela?
Sobre todo con los últimos ministros de Defensa y de Relaciones Interiores, pareciera que están haciendo más, han mostrado más interés en combatir ciertas estructuras criminales, pero todavía no se ven políticas claras y concretas, y no se ve tampoco que estas políticas estén dirigidas a todos los grupos criminales por igual. También hay que considerar que existe un Ministerio de Servicio Penitenciario que es el que se encarga de todo el tema carcelario en Venezuela. Entonces también tiene de alguna manera una tarea, una responsabilidad.
¿Dice eso porque el Tren de Aragua aún sigue manejando sus operaciones en el resto de la región desde la cárcel de Tocorón?
Sí, claro, desde la cárcel hasta toda Sudamérica. Así es.