Programada para las 11.30 horas de este domingo, el arribo de Javier Milei al poder se concretará a tres semanas de ser electo. Y, como cabía esperar de un candidato singular, tendrá un inicio singular. A diferencia de sus antecesores, el economista libertario decidió que se dirigirá a la nación desde las escalinatas del Congreso en vez del interior, en un signo de que, al menos en la forma, será un gobierno diferente.
Lo que no se sabe si será distinto será el Javier Milei que asumirá el poder. Antes de llegar a ser diputado, cargo que obtuvo en 2021, era conocido por sus gritos y garabatos en televisión, lo que, en parte, también se vio durante la campaña. Destacaron momentos como cuando, en julio de este año, llamó al Presidente de Chile, Gabriel Boric, un “empobrecedor”. Más adelante, cuando se acercaban las instancias finales de votación, dijo que Lula da Silva, mandatario brasileño, era un “comunista” y un “corrupto”.
Pero, al mismo tiempo, tras llegar al balotaje, se notó un cambio en su manera de expresarse. Menos explosivo que antes, la situación llegó a un extremo con la alianza con el expresidente Mauricio Macri, y su exrival en la primera vuelta, Patricia Bullrich, tras obtener la presidencia. Incluso, sumó a quienes antes denostaba como “casta”, pero entendiendo que necesitaba de ellos para organizar el Estado que ahora tendrá que dirigir.
De ahí la pregunta sobre qué versión del nuevo mandatario argentino será la que asumirá a partir de la tarde de este domingo. Y según el historiador y analista argentino Rosendo Fraga, “la historia muestra que los líderes políticos cambian de ideología por conveniencias, intereses y circunstancias, pero no cambian de personalidad, y Milei no va a ser la excepción a esta regla”, planteó a La Tercera.
Pareciera que en la figura de Javier Milei existen, al menos, tres almas. La del economista/filósofo, la del político de campaña y la del político electo, todas con sus propios matices. ¿Cuál es la que cree que predomina en él?
Creo que Javier Milei ha sido, primero, un economista, después una figura mediática y, finalmente, un líder político. Hoy, las tres personalidades coexisten en él, pero la dominante es la última: ser un líder político.
¿Cómo conviven esas almas en un gobierno y una coalición sin experiencia en la dirección de un país, donde gran parte del poder emana de la figura de Milei, mas no se traspasa a sus aliados, como se observó en las elecciones de gobernadores, donde no obtuvo ninguno?
Su desafío como líder político es alcanzar la gobernabilidad, cuando su partido tiene solo siete de 72 senadores, 39 de 257 diputados y ninguno de los 24 gobernadores. No resultará nada fácil. Logró que sea electo presidente de la Cámara Baja el diputado nacional Martín Menem, sobrino del expresidente Carlos Menem, y fundador del partido de Milei en la provincia de La Rioja.
¿Es correcta o es parcial la lectura sobre que Milei ha disminuido su disruptiva forma de pensar y hablar posterior a su victoria, el 19 de noviembre?
Ya en la campaña de la segunda vuelta se moderó, y en las semanas posteriores a la elección y durante el armado de su equipo, mostró pragmatismo. Pero la historia muestra que los líderes políticos cambian de ideología por conveniencias, intereses y circunstancias, pero no cambian de personalidad, y Milei no va a ser excepción a esta regla.
Con todo esto en mente, y de cara al cambio de mando de este domingo, ¿qué versión de Milei cabría esperar que gobierne en los primeros meses de su gestión?
Creo que Milei va a dar nuevos pasos en dirección al pragmatismo, pero al mismo tiempo irá construyendo su liderazgo político, construyendo a su alrededor poder y atención pública. Ya ha comenzado a hacerlo al limitar la influencia del expresidente Mauricio Macri y poner un límite a las atribuciones de la vicepresidenta Victoria Villarruel.
¿Afectará, por ejemplo, el gabinete con el que se rodee a la forma en que gobierne? Algunos apuntan a que incluso podrían generarse acercamientos con el peronismo menemista.
La composición de su gabinete pone en evidencia la coalición que se está gestando: liberales del PRO, libertarios de su propio partido, radicales moderados, peronistas del interior, peronistas menemistas, técnicos, empresarios, independientes y nacionalistas. Desde el centro, hasta la derecha más conservadora.
¿Podría cambiar a otra de sus facetas, por ejemplo, la que mostró durante la campaña, con duras críticas y descalificaciones incluso a autoridades de otros países, como ocurrió con Lula?
Como dije, puede cambiar de ideología, pero no de personalidad. Ha recibido el respaldo público del expresidente de Estados Unidos Donald Trump y del empresario Elon Musk; a su asunción asistirán el Presidente de Hungría, Viktor Orbán, y también el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, con gobernadores y legisladores de su partido. Milei seguirá siendo este tipo de personalidad política, más allá de adecuaciones al pragmatismo.
Posiblemente, la versión que más asusta es la del Milei desmedido, gritando a su interlocutor por diferencias ideológicas. ¿Le parece posible que ocurra un hecho como ese una vez investido como Presidente, o no debería ocurrir?
Probablemente, reaccionaría como lo han hecho varios de los mencionados en análogas circunstancias.