Eran la 2.09 de la madrugada del martes, cuando el Presidente Gabriel Boric aterrizaba en Los Ángeles para participar de la IX Cumbre de las Américas. Al bajar del avión lo esperaba Sebastián Kraljevich, quien fuera uno de los principales estrategas de su campaña presidencial y a quien, poco antes de llegar a La Moneda, designó como su embajador en la Organización de Estados Americanos (OEA). Un abrazo efusivo entre ambos cerró la escena.
-¿Cómo tomó el ofrecimiento del Presidente para ser su embajador?
-No lo esperaba. Lo tomé con reflexión, con orgullo y pensando lo que consideró él que podía ser útil en este momento. Es una decisión interesante aplicar mi experiencia trabajando con la política de tantos países de la región en un puesto multilateral.
-Ha sido tema cómo se ha configurado el mapa de embajadores. Se le ha criticado al Presidente por apostar por algunos de sus amigos o por replicar los denominados “premios de consuelo”. ¿Se considera un amigo?
-No. No me considero amigo del Presidente. Mi relación con él es profesional y de respeto. Trabajamos en su campaña el 2013. Lo que es mi trabajo, no es otra cosa. Nunca he escuchado una referencia de premio de consuelo respecto de mi nominación. Y no quisiera referirme en particular a otros casos, pero es gente con formación y experiencia.
-No venía del mundo de la diplomacia ni del ejercicio de la política. ¿Cómo se asume un cargo de esta naturaleza?
Hay un aprendizaje respecto de los códigos, que es relevante y útil. He traído una experiencia que también es relevante y útil, que es haber trabajado en buena parte de la región y entender la política de cerca de 13 países. Mi impresión es que la suma de esta experiencia con las capacidades que el cuerpo diplomático tiene, que es de muy buen nivel en la misión de Chile, está dando resultados virtuosos.
-En algún momento se pensó que podía asumir como jefe del Segundo Piso por el rol estratégico que tuvo durante la campaña.
-Hay equipos supercapaces ahí. Estoy muy contento en la misión que se me asignó. El Segundo Piso estaba lejos de mis aspiraciones.
-La instalación del gobierno ha sido compleja. ¿Qué mirada tiene?
-Estoy lejos, y quisiera ser bien prudente. Hay hitos importantes en un contexto especialmente complejo en nuestro país. Se viven momentos de cambios de relevancia histórica y, desde mi nueva posición la región, he visto que está muy atenta y expectante. Nunca deja de sorprender la atención de toda América a lo que pasa en Chile. Creo que la Cumbre ha sido bien elocuente al respecto. Da cuenta de cosas que tal vez de cerca no vemos, pero no deja de sorprenderme la instalación a nivel internacional del gobierno y la atención sobre el liderazgo del Presidente Boric.
-¿Reconoce que hay un desajuste? Para afuera es distinto lo que se ve de Chile, respecto de una instalación que nadie podría negar que ha sido compleja.
-No quisiera dar una opinión apresurada, pero Chile vive un momento de cambios importantes, cruzado por presiones relevantes que afectan a todos los países. Ayer leía que en Estados Unidos la inflación ha llegado a niveles que no había tenido en 40 años. En Chile están pasando cosas parecidas.
-¿Pero más allá del contexto que enfrenta el gobierno, cómo ve las dificultades que se han instalado? ¿A qué lo atribuye?
-A que son momentos especialmente complejos.
-¿No hay otros factores? El Presidente reconoció, por ejemplo, que les ha costado adaptarse a los cargos. ¿No hay ahí un aprendizaje de una generación distinta?
-El gobierno del Presidente Boric es un espacio de encuentro de generaciones. Mi trabajo ahora con el embajador Juan Gabriel Valdés (PS) es muy elocuente al respecto. No nos conocíamos, somos de generaciones distintas. Y lo interesante es que en este momento de cambios que está viviendo Chile, la emergencia de nuevos liderazgos y nuevas coaliciones permite que se encuentren esas experiencias, que son muy distintas, pero complementarias. Eso no es instantáneo, pero va a ser virtuoso… Está siendo virtuoso.
“En Chile hacen falta cambios fundamentales para encontrarnos”
-¿Cómo lee el asunto de las expectativas? El gobierno ha reconocido que se ha roto la ilusión de que las cosas se podrían resolver de forma más fácil. ¿El diagnóstico fue el correcto?
-Hay un tema que lo comparte una amplia mayoría social en Chile, y radica en que nuestro país requiere cambios sustantivos para encontrarse, sanar heridas, construir cohesión social, volver a crecer. Y ese diagnóstico es sensato. No son pocos los países de la región que están viviendo tiempos relativamente similares. Cuando estamos conscientes de que un país requiere cambios sustantivos es inherente comprender la dificultad del proceso.
-Se ha visto al gobierno con dificultad de instalar su agenda. Ha tenido que enfrentar contingencias. El tema de la seguridad, por ejemplo.
-La preocupación por la seguridad es bien transversal en la región. Eso da cuenta de la necesidad de hacer cambios de magnitud, para resolver problemas que tenemos que son de larga data. Cuando somos conscientes de ese desafío, la respuesta debe ser ir articulando soluciones que desde luego no van a ser fáciles en ningún país de la región.
-Pero no me responde la pregunta del diagnóstico. Los énfasis se han ido moderando.
-No estaría seguro de eso. Le insisto, creo que sí le estoy respondiendo su pregunta, el diagnóstico, que no es del Presidente, sino de la gran mayoría en Chile, es de que hacen falta cambios fundamentales para encontrarnos.
-Él ha puesto mayor hincapié a dar certezas y en la gradualidad de los cambios. De hecho, ha reconocido que se ha visto frustrado respecto del tiempo que cuesta que las acciones de su gobierno se vean reflejadas en la vida de los chilenos.
-Pero eso es Boric siendo Boric. El Presidente ha enfatizado permanentemente que los cambios son graduales, son con diálogo, son con más democracia, dice él. Creo que en eso no hay novedad alguna.
-¿No ha percibido esa frustración?
-Lo he visto ahora en la cumbre. Estoy muy concentrado en mi trabajo, que es lo que me corresponde no solo con él, sino con nuestro país. Está motivado, contento, está entendiendo la complejidad de gobernar hoy. Y eso les pasa a todos los líderes de la región. Si hay un tema que los pone de acuerdo es lo difícil que es gobernar en un tiempo donde además de las tensiones sobre las instituciones, además de los temas de cohesión social, hay una pandemia, hay una guerra que es lejos, pero que impacta cerca.
-¿A qué responde la caída de su aprobación y sus atributos? Cadem mostró un aumento, pero en la CEP se reafirma una baja considerable respecto de sus antecesores.
-Sería muy prudente con las encuestas. Son solo un antecedente más y no la verdad revelada. Dicho eso, hay un fenómeno interesante, que es estructural en Chile. Si uno sigue las cuatro últimas elecciones presidenciales, los presidentes salen con cada vez menor apoyo inicial. Esas cuestiones no debieran sorprender tanto. Son parte de un paisaje que está pasando en Chile hace rato.
-¿No tiene que ver también con que el Presidente ha tenido que salir a contener crisis? Su comité político pareciera no ser lo necesariamente fusible. Lo hemos visto con la ministra del Interior.
-Es que lo que uno ve acá es que esto de contener crisis en un mundo que vive una pandemia y una guerra, es parte del día a día de los presidentes.
-Por lo mismo, en medio de crisis complejas, generar otras evitables y que sea él quien deba contenerlas… ¿No hay un riesgo ahí que toma el Presidente?
-Estando lejos de Chile tengo menos información que la que usted tiene al respecto. Y no sé qué idea tenían, pero el tomar riesgos es bien inherente al Presidente Boric, estamos hablando de un dirigente que asume el peso de conducir el acuerdo por la nueva Constitución con una resistencia relevante en su mundo. Asumir crisis y enfrentarlas es parte natural de su estilo.
“Cuando generaciones nuevas llegan al poder, pasan periodos de ajustes relevantes”
-¿Qué opinión tiene de Izkia Siches? Se ha dicho que le ha pasado la cuenta su personalidad para habitar el cargo.
-La mejor opinión. Me tocó trabajar con ella en campaña. Y, sí, a todos nos impacta nuestra personalidad respecto a las responsabilidad que asumimos, no creo que sea algo singular de ella.
-Respecto del discurso crítico, y quizás menos ponderado, con el que llega el FA hace años atrás, ¿qué mirada tiene?
-Cuando uno ve la historia de Chile y generaciones nuevas llegan al ejercicio del poder, pasan periodos de ajustes relevantes. Le pasó a la Concertación. Hay un aprendizaje del Estado que es necesario y útil, tal como es útil la emergencia de nuevas generaciones.
-En La Araucanía se ha visto particularmente eso. El gobierno criticó muchas veces el estado de excepción y hoy lo está aplicando.
-Estoy bien lejos de ese tema.
-Me imagino, pero es un ejemplo de la idea de “otra cosa es con guitarra”. ¿Lo comparte?
-Cualquier generación que asume el ejercicio del Ejecutivo le va a tocar complicaciones relevantes. Ese aprendizaje es parte del camino.
-¿Usted cree que le ha sumado el gobierno haber abierto la base de apoyo hacia la ex Concertación?
-No me cabe duda, y lo veo yo aquí con el trabajo del embajador Valdés. Es un aporte sustantivo en lo que puede hacer el gobierno en política exterior, gente con sus capacidades y su talento.
-¿Esa alianza entre Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático, va a tener viabilidad?
-En Chile está instalado culturalmente un sistema proporcional de ejes. Entonces, es muy aventurado en este momento pensar qué va a pasar con las coaliciones hacia el futuro.
John Kerry: “Un error menor, corregido”
-Lo llevo ahora a la Cumbre de las Américas. Fue el debut del Presidente en un foro multilateral. ¿Cuál es su balance?
Vi al Presidente muy bien, muy entusiasmado, con mucha energía para asumir los desafíos que tiene Chile, tanto a nivel local como global. Un tanto sorprendido también por el protagonismo que tuvo. La convocatoria de los nueve países firmando la alianza por la protección de los océanos es excepcional.
-Chile asumió una postura crítica sobre las exclusiones de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
-No solo Chile. Un grupo relevante de países, quizás la mayoría, abogaron por una cumbre sin exclusiones que es una tradición americanista y tiene que ver con que este debiera ser un espacio de encuentro. Eso es muy coherente con un compromiso por la democracia de los derechos humanos y, además, pragmáticamente más útil.
-¿Usted cree que le suma a su liderazgo defender esa posición? El Presidente fue crítico con Estados Unidos e incluso lo acusó de un doble estándar en la materia, habló del apoyo a Arabia Saudita y de la ocupación de Israel en Palestina.
-Son temas que están fuera de mi región los que usted menciona, pero su respeto por la democracia y los derechos humanos es constitutivo del reconocimiento que tiene de la región y de sus pares.
-Llamó la atención que no condenara en su discurso de manera específica a Venezuela. Pidió la liberación de los presos políticos en Nicaragua, habló del bloqueo en Cuba, pero no menciona al régimen de Maduro, ¿por qué?
-Es muy conocida su posición respecto a Venezuela y tiene que ver con lo que es el Presidente Boric: defensa de la democracia y defensa de los derechos humanos en todo contexto y lugar.
-¿No tensiona en algún grado la relación con Estados Unidos esta postura antiexclusiones?
-Los hechos hablan por sí solos y el hecho de que el Presidente Biden se reúna en privado con el Presidente Boric, que hablen de este grupo de trabajo para enfrentar el alza del costo de la vida, es muy elocuente. Más allá de alguna diferencia política, se valora y reconoce su liderazgo.
-¿Cómo vio el episodio de John Kerry?
-Un error menor, corregido.
-¿Fue un lapsus, no lo conocía, no lo vio?
-No lo sé, fue un error corregido, y cuando uno ve cómo lo tratan los medios internacionales y uno ve lo que se habla acá, el tema relevante no es ese.
-Argentina acusó a la OEA de ser parte de un intento de golpe en Bolivia. ¿Cómo lo ve?
-Es un tema que polariza a la OEA, pero es vital que se discuta, que se entregue toda información, que se aclare para que podamos trabajar en lo que estamos de acuerdo. La OEA debe ser un espacio de encuentro, no un polemizante más.
-La canciller Urrejola ha dicho que ha habido muchas críticas respecto de la OEA. ¿Cómo se dota de mayor influencia?
-Como dice el Presidente, nuestros humildes esfuerzos están en dirección de facilitar el diálogo, acercar posiciones, encontrar el acuerdo y hacer que desde ahí se construya la relevancia.
-El Presidente destacó el proceso constituyente en la Cumbre. Sin embargo, en Chile el Rechazo sube.
-Insisto en el punto; Chile tiene antecedentes suficientes para ser muy prudente con lo que dicen las encuestas. Pero lo que uno ve conversando con representantes de la región de todos los colores políticos, es que la dificultad es bien natural en estos procesos.
-De ganar el Rechazo, ¿cree que eso podría afectar la imagen internacional de Chile?
-Creo que se valora el proceso en su conjunto, más allá del resultado de una elección.