Sergio Bitar cuenta que hace unas semanas la ministra de Cultura, Julieta Brodsky, lo invitó a su despacho para conversar sobre los 50 años del Golpe Militar y conocer su opinión sobre el tono y énfasis que debería dar el gobierno a esta conmemoración.
Aparte de haber sido parte del gabinete del expresidente Salvador Allende, Bitar compartió sus años en el exilio en Venezuela con el abuelo de la joven ministra, el médico comunista Moisés Brodsky, por lo que la conversación se alargó más de lo esperado, y a ratos devino en la situación actual del gobierno de Gabriel Boric, que el exsenador ve con preocupación.
-¿Qué le aconsejó a la ministra sobre el aniversario del 11 de septiembre?
-Que debe entenderse que no hay una historia, sino múltiples historias, y que este periodo no puede ser juzgado desde un punto de vista de ganadores o perdedores. Que el mensaje o interrogante debiese ser si en estos 50 años fuimos capaces como país de crear una cultura inquebrantable por la democracia y por los derechos humanos y una sana convivencia.
Bitar cree que no. Que aún falta una pieza clave: la redacción de una nueva Constitución, que deje atrás la de 1980. De ahí su decisión de ser candidato al nuevo Consejo Constitucional -por la Región de Tarapacá- en la lista Todo por Chile, que reúne a su partido con la Democracia Cristiana y los radicales.
-Aparte de usted, ¿cuántos ministros de Allende se encuentran vivos?- le preguntó Brodsky al final de la conversación. “Siete u ocho...”, le respondió Bitar sin mucha certeza. “Pero lo más probable es que en 10 años más no haya ninguno, y por eso es importante cómo se construye la memoria y cómo se transmite a las nuevas generaciones que miran lo ocurrido en 1973 con mucha distancia”, agregó.
-¿Esta efeméride influyó en su decisión de ser candidato a consejero constitucional?
-Por cierto. Después del Golpe Militar me llevaron a Isla Dawson junto a otros ministros de Allende. Al llegar a Punta Arenas nos subieron encapuchados a una tanqueta sin saber a dónde íbamos. En un momento a un soldado se le escapó una bala que pegó en el techo del vehículo y se clavó en la mano de Daniel Vergara, que estaba a mi lado. En ese momento sentí que iba a morir, hice una prospectiva de mi vida y concluí que mi único sentido político de vivir hacia adelante era luchar por la democracia. Esos hechos te marcan la vida y tu personalidad. Yo eduqué a mis hijos pensando que podría volver a suceder lo que yo viví y los orienté a una formación en ciencias y matemáticas mayor, que tuviera un valor universal, que aprendieran inglés para manejarse en cualquier parte del mundo, y capacidad física y deporte para mantener la integridad y la seguridad en sí mismos. El domingo pasado tomé esta decisión (ser candidato constituyente), porque creo que hoy es crucial para el país contar con una nueva Constitución que nos guíe para los próximos 50 años y fortalezca la democracia chilena. Sentí que éticamente debía hacer un esfuerzo personal y así se lo dije a mi esposa.
-Muchos cuestionaron que antiguos políticos como usted vayan de candidatos.
-Este no es un tema de edad. Mi reacción es admirar a personas como Ricardo Núñez, Carmen Frei, Miguel Littin y Andrés Zaldívar, que también van de candidatos. Sé cuánto cuesta a estas alturas de la vida dar un paso más, sabiendo que puede haber incomprensión, pero con la confianza de que puede haber sabiduría al servicio de los demás. Y someterse a la voluntad ciudadana.
Histórico quiebre PS-PPD
El exministro de Lagos y Bachelet cree que de no haber pronto un reforzamiento de los equipos del gobierno y una redefinición del programa, la derecha seguirá pavimentando una oportunidad inmejorable para ganar la elección presidencial de 2025. Recuerda que los años pasan volando y que el reciente quiebre en el Socialismo Democrático -al enfrentar separados la elección de constituyentes del próximo 7 de mayo- acrecienta aún más esa opción.
“La derecha tiene una oportunidad no menor de ganar la próxima elección presidencial. Por lo tanto, la centroizquierda tiene que ofrecer a los chilenos una propuesta más atractiva, que garantice bienestar, democracia y futuro… En ese sentido, exister un ánimo creciente de articulación de nuevas agrupaciones y fuerzas de centroizquierda y el Socialismo Democrático era un primer esbozo de ello. Ahora dependerá de nosotros que ello pueda acentuarse y ampliarse o descomponerse”, advierte Bitar con un tono de preocupación.
-Lo real es que hoy hay una fractura entre el PS (que se fue con el PC y el Frente Amplio) y el PPD, que pactó con el PR y la DC.
-No puedo negar que eso me preocupa. Mi convicción es que no hay cambio y justicia social sin democracia, y no hay democracia sin mayorías. Y, por lo tanto, la tarea de un socialismo democrático, progresismo o social democracia, como se quiera llamar, es asegurar la mayoría y tener buen gobierno. En la medida en que haya conciencia de que sin una gran alianza de centroizquierda no hay transformación, creo que el Socialismo Democrático se tiene que restaurar.
-¿Sería partidario por ejemplo de revivir una alianza política desde el PC a la DC?
-Se verá de acuerdo a las circunstancias de cada momento. Yo creo que para tener una centroizquierda que tenga fuerza, tiene que ser claramente democrática y entender que necesita estar con el centro. Recuperar lo que fue esa Concertación como un período excepcional de nuestra historia reciente, incluyendo a la Nueva Mayoría que sumó a los comunistas. Estamos viviendo un proceso de cambio de la composición de las estructuras políticas de izquierdas, derechas y centros, que ninguno de nosotros puede atisbar bien.
-¿Cree que esta división en dos listas constituyentes afecté la marcha del gobierno?
-Estas listas son una competencia para hacer una nueva Constitución, no tienen que ver con la gestión del gobierno. La misión del Presidente es gobernar y no la construcción de la nueva Constitución. Son dos cosas distintas. Los gobernantes están enfrentados al futuro y miran al país como un todo. La Concertación acordó que sus gobiernos eran suprapartidarios y que el Presidente tenía la facultad total para formar sus equipos y nadie lo podía cuestionar. No para satisfacer intereses de grupos, sino para tener un estándar de calidad en la gestión del gobierno y obtener resultados y beneficios a la gente. Ese criterio y experiencia sería hoy muy útil y necesario. Mi opinión es que hay fortalecer la experiencia de gobierno, porque la gente comienza a pedir resultados con más fuerza que antes, focalizar los esfuerzos y no desperdigar la acción.
Campaña cuesta arriba
El fundador y expresidente del PPD por varios periodos dice que esta será una campaña constituyente corta, pero cuesta arriba para todos los candidatos.
“Hay un agotamiento de la gente dado por el drama de lo cotidiano. A mí me costó (requerido por los medios) mucho hablar esta semana de mi candidatura en medio de los incendios y del sufrimiento de la gente. El fin de semana pasado fui a Alto Hospicio, y al ver el hacinamiento más dramático que he apreciado desde mis tiempos de estudiante universitario, me costó hablar del tema constitucional con la gente. El gran desafío de quienes hagamos campaña es conectar lo cotidiano con la Constitución y con el futuro”.
-¿Se encontró con un Iquique muy diferentes al que usted representó en el Senado entre 1994 y 2002?
-La sociedad chilena entera ha cambiado mucho en los últimos 20 años. Hay un surgimiento de sectores muy amplios de clases medias que para ellos lo primordial es el orden público y la posibilidad de desarrollarse, tener una base de igualdad de oportunidades para disminuir los riesgos de caerse. Pero en todo Tarapacá hay un gigantesco problema de inseguridad y crimen. Por eso la nueva Constitución es fundamental y siento que estamos descuidando los riesgos que puede tener este nuevo proceso.
-¿Qué riesgos advierte?
-La legitimidad ciudadana no está asegurada. Es un proceso muy cerrado, con muchos expertos que determinarán el 80% de lo que va a salir y pocos consejeros elegidos, cuya capacidad de decisión será muy limitada. Ello puede crearnos un problema a los que creemos que esta Constitución tiene que contar con el 80% de apoyo ciudadano. Ese tema no se puede dejar de lado.
-Pero las cartas ya están echadas, el 6 de marzo se constituye la comisión de 24 expertos, se conforma el comité técnico integrado por 14 juristas y ya están inscritos los candidatos a los 50 asientos (25 mujeres y 25 hombres) del Consejo Constitucional.
-Cierto, pero quienes estén trabajando en esto, expertos en la primera etapa, y consejeros en la segunda, tienen que tener el foco en la legitimidad. Tiene que haber consultas, información, explicación y un llamado permanente a que la gente tome conciencia de la importancia de esto y vote. El tema de la mujer no puede ser disminuido, y sería preocupante que este nuevo grupo de 50 termine sin ningún integrante de pueblos originarios que alcancen la alta votación requerida.
-Según varios expertos electorales es probable que ocurra eso.
-Pero siempre se pueden arreglar las cosas. Habrá que hacer un esfuerzo de todos para que no pase eso y hay que advertirlo ahora. Estamos a tiempo para apoyar la organización de las comunidades que tienen que patrocinar a los pueblos indígenas para que estén presentes y no aplastarlos.