En una columna de opinión publicada en el diario The New York Times luego de la segunda vuelta presidencial del 6 de junio en Perú, el profesor de gobierno en la Universidad de Harvard y coautor del libro Cómo mueren las democracias (2018), Steven Levitsky, advertía sobre los riesgos que enfrentaba la democracia en ese país. Así, acusó a la candidata derechista Keiko Fujimori de lanzar “una campaña de desinformación estilo Trump” con el propósito de deslegitimar las elecciones y crear una atmósfera de temor e incertidumbre.
Al contrincante de Fujimori, el abanderado de izquierda Pedro Castillo, en tanto, Levitsky le dirigió un mensaje contundente. “Debe reconocer que no resultó electo debido a sus ideas radicales, sino a pesar de ellas. Los peruanos lo consideraron el menor de dos males. Para gobernar, debe construir puentes con las fuerzas centristas y de la centroizquierda. Si no lo hace, su presidencia (y la democracia de Perú) estará en peligro”, advirtió entonces el politólogo estadounidense y director del Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard, quien conoce como pocos la región, en especial Perú.
A pesar de toda la crisis existente en Perú, Levitsky ha reconocido que es “algo profundamente democrático” lo que está ocurriendo en el país. “¿En cuántas democracias del mundo podría un tipo como Pedro Castillo, un maestro provincial, que no pudo ganar ni la alcaldía de su pueblo, llegar a la presidencia? En muy pocos países. En el mío sería imposible y también en la mayoría de los latinoamericanos”, comentó en una reciente entrevista con Infobae.
Pero, al mismo tiempo, Levitsky ha expresado sus dudas con un gobierno de Castillo. Así lo dejó de manifiesto en mayo, en una entrevista con el diario limeño El Comercio. “Castillo y Perú Libre no son solamente chavistas, sino pro Maduro, y son muy poco tolerantes con las instituciones independientes. Le pueden hacer también mucho daño a la democracia. También veo la posibilidad de que (un eventual) gobierno de Castillo sea muy débil, porque no tiene mayoría en el Congreso, no tiene apoyo de los medios nacionales, tampoco del sector privado y no cuenta con capacidad de movilización. No es Evo Morales (y Perú Libre) no es el MAS. Y no tiene el apoyo de las Fuerzas Armadas, así que una cosa es querer seguir la ruta bolivariana y no dudo que Castillo y, sobre todo, Perú Libre quieran seguir ese camino, otra cosa es poder hacerlo. De eso no estoy tan seguro (...) La única esperanza que tenemos los demócratas es la debilidad de Castillo”.
Ahora que el profesor de izquierda ya está instalado en la presidencia, Levitsky mantiene gran parte de sus comentarios. “Su debilidad es bastante evidente”, comenta sobre Castillo. “Yo estaré un poco sorprendido si llega a 2026”, reconoce el politólogo en esta entrevista con La Tercera.
Usted ha dicho que “Pedro Castillo va a ser un presidente débil y no tan difícil de moderar”. ¿Qué hechos le permiten tener esta opinión del nuevo presidente de Perú?
No había “hechos” hasta hoy, solo especulación. Pero su debilidad es bastante evidente. No tiene experiencia. No tiene equipo. Su partido es chiquito y débil, y el líder de su partido, Vladimir Cerrón, es tóxico. Es probable que haya conflicto y quizás división dentro de la coalición de gobierno. Castillo no tiene mayoría en el Congreso, tiene al empresariado y casi todos los medios en su contra, y tiene pocos amigos en el Estado, el Poder Judicial, y las Fuerzas Armadas. Además, su nivel de aprobación inicial (53%) está lejos de lo que tenía Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales cuando lanzaron sus proyectos “bolivarianos”. En términos de poder, Castillo se parece mucho más a Manuel Zelaya y Fernando Lugo que Chávez, Correa o Morales.
¿Cómo vislumbra la gobernabilidad con Castillo, considerando que la mesa directiva del Congreso es de oposición y que el partido oficialista, Perú Libre, solo cuenta con 37 escaños?
Lamentablemente, lo más probable es que haya más conflicto entre los poderes, como en el período anterior. Podría haber más crisis institucionales, como en 2016-2021, y no hay que descartar una vacancia. Yo estaré un poco sorprendido si Castillo llega a 2026. Pero dicho eso, Castillo parece darse cuenta de su debilidad, y hay partidos del centro en el Congreso con los que podría tejer alianzas y así asegurar la gobernabilidad. Construir una amplia coalición de centroizquierda sería difícil, pero no imposible.
Castillo ha dicho que al líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, “no lo van a ver ni siquiera de portero en ninguna de las instituciones del Estado”. Sin embargo, el médico marxista formado en Cuba ha advertido que “si el gobierno se desvía, es el partido quien tiene que rectificar la vía”. ¿Hasta qué punto el nuevo presidente puede prescindir de la influencia de Cerrón, que es su padrino político, teniendo en cuenta que un 85% de los peruanos no quiere que participe en el gobierno, según una encuesta del diario La República?
No va a ser muy difícil romper con Cerrón, si eso es lo que Castillo decide. Castillo tiene la presidencia y todos los recursos que vienen con la presidencia. Castillo tiene los votos. Es mucho más popular que Cerrón. ¿Qué tiene Cerrón? Un partido pequeño y hartos problemas judiciales. Cerrón podría ser un dolor de cabeza para Castillo, y podría ser fuente de división dentro de la coalición de gobierno. Pero no creo que tenga mucha influencia. Y si Castillo decide formar un gobierno de izquierda, de Perú Libre, como quiere Cerrón, no duraría mucho en el poder.
Una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución fue una de las principales propuestas en la campaña de Castillo. Sin embargo, solo el 23% de los peruanos quiere una nueva Carta Magna, mientras que un 58% opta por modificaciones a la actual Constitución. ¿Cuánto pesa el factor de la Asamblea Constituyente en su gobierno?
Es un tema muy importante para la izquierda, pero la izquierda no parece tener un plan para llegar allí. Hasta ahora han sido más palabras que acción. No existe hoy en día el amplio consenso social que existía, por ejemplo, en Chile. Y la derecha está aterrorizada con la mera mención de la palabra Constituyente. El gobierno tiene que hacer el intento, tiene que cumplir con sus promesas. Pero es probable que no prospere, y si el gobierno insiste, podría provocar una seria crisis y hasta un golpe.
En un país donde tres de cada 10 personas viven en la pobreza y más del 70% de los trabajadores pertenecen al mercado informal, Castillo propone una “economía popular con mercados”. ¿Hasta dónde puede llegar Castillo con sus reformas, considerando que el 61% de la población espera que mantenga modelo económico, pero con cambios?
No soy economista, pero la reforma radical siempre es difícil, y dudo que haya reforma radical en el Perú. En el mejor de los casos, el gobierno dará unos pasos pequeños, pero concretos hacia una sociedad más inclusiva. El gasto social es muy bajo en Perú. Hay poquísima redistribución. El Estado suele reproducir y no combatir las desigualdades sociales y regionales. Hay mucho que se puede hacer dentro de una economía capitalista.
“Nuestra lucha por la libertad no ha terminado”, escribió Keiko Fujimori después de su derrota ante Castillo en la segunda vuelta. ¿Cuánto daño le puede hacer Fuerza Popular al nuevo gobierno?
Creo que Keiko Fujimori y su partido están llegando a su fin. Keiko ha sido una política espectacularmente fracasada, y hoy en día es la política menos popular en el Perú. Pero la derecha iliberal/antiliberal sigue siendo fuerte, en los medios y en varios partidos. Renovación Popular (Jorge Montoya, Rafael López Aliaga), el ala derecha de Acción Popular (que controla el Congreso), lo que queda del fujimorismo y otros grupos de derecha sí podrían hacerle difícil la vida a este gobierno.
Castillo ha rechazado que su gobierno vaya a traer “algunos modelos de otros países”, asegurando que “no somos chavistas, no somos comunistas”. ¿Cómo ve la relación de Perú con Venezuela y Cuba bajo la administración del mandatario de izquierda?
Difícil saber. Podría haber cierta amistad entre el gobierno de Castillo y estos gobiernos, pero Venezuela y Cuba enfrentan serios problemas domésticos, así que no espero que jueguen un rol muy activo en el Perú. Las alianzas internacionales (económicas, militares, diplomáticas, políticas) suelen ser bastante robustas. No creo que Castillo cambie de una manera dramática la política exterior del Perú.