El fin de semana pasado, en Renovación Nacional tuvieron que echar pie atrás en más de una decena de invitaciones para una ceremonia que habían preparado hace semanas. El lunes 29 de abril, a casi tres meses de su muerte, el partido bautizaría su sede de calle Antonio Varas con el nombre Sebastián Piñera Echenique, su militante más destacado en sus 37 años de historia.
Cecilia Morel y Magdalena Piñera -la hija mayor del expresidente- ya habían confirmado su asistencia, al igual que la mayoría de sus exministros de RN.
La actividad debió suspenderse debido al duelo nacional decretado por el Presidente Boric, tras el asesinato de tres carabineros en Cañete, crimen que impactó a la opinión pública y cambió la agenda política.
Pero justamente este tema y las diferencias al interior de Chile Vamos en torno al tono a utilizar ante el crítico episodio hicieron añorar en la oposición el rol que tuvo Piñera como su líder en los últimos 12 años, reflotando el debate en torno a si es posible suplir el vacío que dejó el exgobernante.
La discusión ya se había levantado con fuerza semanas antes, a raíz de las públicas descoordinaciones que hubo en la elección de los candidatos para las alcaldías de Las Condes y Santiago. La sorpresiva irrupción de Marcela Cubillos (ind.) en la primera -dejando en el camino a la actual alcaldesa Daniela Peñaloza (UDI), que pretendía ir a la reelección- y el vaivén de nombramientos entre Sebastián Sichel (ind.) y Mario Desbordes (RN) en la comuna capital -que terminó con este último de candidato- provocaron las advertencias de algunas voces de la derecha, acusando falta de liderazgo y un riesgoso triunfalismo en el sector.
Uno de ellos fue el exministro de la Segpres Claudio Alvarado. “El problema es que no existe en Chile Vamos una instancia de coordinación institucional que permita resolver los conflictos”, afirma. “Antes, estaba la tranquilidad de que teníamos al expresidente Piñera que, ante cualquier problema, intercedía, mostraba caminos de solución y con su liderazgo terminaba definiendo una salida al problema. Ese rol hoy corresponde que lo asuma la institucionalidad de Chile Vamos”, advierte.
Sin comodín
Los días posteriores a su funeral fueron varias las voces en la oposición que apuntaron a Andrés Chadwick, su exministro del Interior, como el heredero natural para una suerte de coordinación al interior de Chile Vamos. Sin embargo, el actual decano de Derecho de la Universidad San Sebastián nunca recibió una propuesta formal de las directivas y tempranamente informó que su prioridad estaba en continuar su vida académica -incluso podría pasar a formar parte de la junta directiva de esa casa de estudios en los próximos meses-, y que, a su juicio, las propias características de Piñera lo hacían insustituible.
“A Piñera no se le puede reemplazar”, ha señalado en privado el exministro del Interior a los partidos. Y aunque sigue representando a Chile en el Grupo Libertad y Democracia, en reemplazo del exmandatario, él mismo sugirió el nombre del excanciller Alfredo Moreno para que tomara su lugar, dando cuenta de que tampoco es un espacio que espera seguir ocupando. Chadwick -afirman en Chile Vamos- ya notificó que su decisión es no volver a asumir un rol político.
“Lo que no puede ocurrir es que se quede el sistema a la deriva, porque el líder que acostumbraba a ser la referencia ya no está. Esos espacios se llenan, se reorganizan y se reacomodan”.
Gloria Hutt, presidenta de Evópoli
Por otro lado, la familia Piñera Morel transmitió que se enfocarán en el trabajo de las fundaciones y ninguno de sus miembros va a jugar un rol político, pese a que respaldan la opción presidencial de Matthei.
Aunque al principio hubo la intención de darles continuidad a las reuniones que Piñera sostenía todos los jueves en su oficina ubicada en Vitacura con sus exministros Jaime Bellolio, Juan José Ossa y Rodrigo Delgado, y los exsubsecretarios Alejandro Weber y Máximo Pavez, entre otros, solo se realizaron un par de veces, asegura uno de los participantes.
“Nos juntamos y hablamos cada vez menos”, reconoce otro de los miembros.
Así las cosas, no son pocos los que ven en las descoordinaciones de las directivas de Chile Vamos la falta del rol aglutinador que ejercía Piñera. “En los conflictos, los presidentes de partido sabían que era él quien dirimiría. Hoy no cuentan con ese comodín”, afirman. Incluso, hay quienes hablan desde el plano personal. “En el plano afectivo se echa muy de menos. Su energía, motivación; sus llamadas a deshoras, las reuniones en su oficina y las conversaciones más pausadas en su casa eran claves para aunar posiciones”, recuerda otro exministro.
En la oposición resienten la falta del “liderazgo amplio” del expresidente, que “siempre buscaba activamente analizar en profundidad los temas, anticipar escenarios y proponer líneas de acción”.
También echan en falta su nutrida red de contactos, la que utilizaba para trabajar los temas con distintos puntos de vista.
“Lo que no puede ocurrir es que se quede el sistema a la deriva, porque el líder que acostumbraba a ser la referencia ya no está. Esos espacios se llenan, se reorganizan y se reacomodan, según las personas que estén en el momento. Y lo que no hay que perder de vista es que hay un proyecto colectivo que es el que manda”, dice la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt.
“Más que buscar un reemplazante a la figura del expresidente Piñera, lo que debemos hacer prevalecer es su filosofía de trabajo, que consistía en mucha coordinación, unidad y resolver los problemas en el menor tiempo posible, siempre a favor de la gente”, asegura el exministro Delgado.
“Para él (Piñera), el compromiso de las personas que conformaban su entorno era clave, y en Chile Vamos eso debe estar por sobre cualquier diferencia”, agrega.
Otros dirigentes llaman a mirar el vaso medio lleno, señalando que la ausencia de Piñera ha producido efectos positivos, entre ellos, un rol de mayor responsabilidad de sus dirigentes que, en su mayoría, trabajaron con el exmandatario.
Destacan, además, la decisión de varios de sus exministros de ser candidatos en las próximas elecciones locales, entre ellos Jaime Bellolio (Providencia), Isabel Plá (Gobernación Metropolitana), Karla Rubilar (Puente Alto) y Mario Desbordes (Santiago), a quienes próximamente se podrían sumar Sebastián Sichel y Rodrigo Delgado, entre otros.
Para Piñera, los comicios de octubre eran relevantes para el futuro político del sector y creía que Chile Vamos debía aspirar a una gran alianza desde la derecha republicana a Amarillos, Demócratas e independientes, como lo señaló en este diario en agosto del año pasado.
Aunque su deseo hoy se ve difícil, desde los partidos advierten que quedan tres meses para cerrar las plantillas municipales.
El peso sobre Matthei
Aunque la mayoría de los dirigentes cree que el liderazgo del dos veces Jefe de Estado es irreemplazable -y así lo repiten en público y en privado-, la idea de que Matthei tome las riendas de la centroderecha con más firmeza y decisión y empiece a llenar el vacío dejado por Piñera comienza a ganar fuerza en los partidos.
Ello, incluso, se planteó en las horas posteriores a la muerte de Piñera, sin embargo, la alcaldesa fue enfática en rechazar tomar un lugar en ese momento. “No estoy dispuesta a hablar de liderazgos. Es el momento del Presidente Piñera, de su familia”, dijo el 9 de febrero.
Pero la tesis se ha ido asentando, e incluso en el núcleo más cercano al expresidente plantean que la también exministra “tiene que contribuir a ordenar cuando haya que ordenar. Es lógico que siendo candidata no se exponga, pero que cuando se produzca un punto de discusión, zanje o al menos dé una dirección”.
La misma fuente agrega que los partidos -con cuyas directivas se reúne semanalmente- debieran “permitir que ella corte y defina, y que al mismo tiempo desarrolle su mirada de país, que tiene que ser amplia”.
Cuánto y cómo debe involucrarse Matthei en los conflictos de la coalición -partiendo por los últimos nudos de la negociación municipal- es un debate abierto hoy en la oposición.
“Soy de la tesis de que Matthei debe asumir el liderazgo de Chile Vamos, le guste o no le guste. Eso significa al menos dos cosas: dedicar tiempo en coordinar a los parlamentarios para que, en definiciones claves, tengan una sola posición, y construir una propuesta programática propia en seguridad, reactivación económica y seguridad social”, afirma un influyente parlamentario del sector.
Desde el entorno de la alcaldesa, sin embargo, son partidarios de que ella continúe ejerciendo su rol de alcaldesa, en un ciento por ciento. Recuerdan la derrota de Joaquín Lavín en las elecciones primarias de 2021. Un candidato que estuvo siempre arriba en las encuestas, pero que al dejar la alcaldía de Las Condes y ponerse el traje presidencial de forma anticipada lo expuso y fue derrotado sorpresivamente por Sichel.
Un miembro de su equipo municipal explica que la imagen que los chilenos tienen de Matthei, según señalan distintas encuestas, es la de “una mujer trabajadora”, “que hace la pega”, atributo con el que hoy cuentan muy pocos políticos y que no se puede poner en riesgo por ningún motivo.
Su rol de alcaldesa de una comuna como Providencia -agregan- le permite seguir luciendo su capacidad de gestión y en temas de seguridad ciudadana, la principal preocupación de los chilenos.
Un expresidente de la UDI plantea otro punto: que Piñera y Matthei son personas con características y atributos diferentes. Y que su presencia y su actividad pública tienen que ver con ser una alternativa de gobernabilidad, no con ser una persona que resuelva conflictos.
Esta semana, la economista estuvo en varias ciudades de Estados Unidos analizando el manejo del orden público. En Washington, se reunió con William Brownfield, subsecretario para Asuntos de Narcotráfico Internacional y con Nathalie Alvarado, coordinadora de seguridad ciudadana del BID, entre otros.
“Por si tienen alguna duda, voy a estar al pie del cañón hasta el 6 de diciembre (día en que deja su cargo)”, dijo la edil la noche del martes 23 de abril, al terminar su última cuenta pública en el Teatro Oriente, marcada por un emotivo tono de despedida y agradecimientos.
Al interior de Chile Vamos tampoco hay consenso en torno al rol que la alcaldesa debe jugar en la negociación y posterior campaña municipal.
A mediados de marzo, cuando la directiva de Javier Macaya intentaba resistir la embestida de Cubillos en contra de Peñaloza, en Las Condes, en su entorno no fue bien evaluada la intervención de Matthei.
“Las elecciones que vienen no son nada de fáciles y, por lo tanto, los mejores nombres tienen que estar disponibles a ir a los lugares más difíciles”, dijo en esa oportunidad. Sin embargo, terminó siendo Cubillos la abanderada.
Semanas más tarde, tampoco fue visto como algo positivo que se involucrara en la bajada de Sichel en Santiago y en la nominación de Desbordes, aunque hay voces que relevan que ahí fue ella quien dirimió un conflicto en ciernes.
Su intervención molestó especialmente al grupo de exalcaldes de Santiago -entre los que están Jaime Ravinet, Raúl Alcaíno, Joaquín Lavín y Pablo Zalaquett- que habían impulsado la opción de Sichel.
“La alta valoración de Evelyn Matthei que arrojan las encuestas es por su sobresaliente trabajo como alcaldesa. De ahí que su rol debe ser la transmisión de sus ideas y gestión comunal a todos los candidatos a alcaldes. Las negociaciones se deben centrar en los partidos”, sentencia el presidente RN, Rodrigo Galilea.
Sin embargo, hay otro sector que cree que la selección del elenco municipal es una tarea muy importante, en la que ella debe intervenir, ya que un mal resultado electoral en octubre puede tener efectos en la opinión pública.
El ofrecimiento programático que no se concretó
Piñera veía con preocupación la falta de un trabajo programático en Chile Vamos, de cara a las presidenciales de 2025. Incluso, había conversado el tema con Matthei y ofrecido la colaboración de sus equipos, que mantenía activos.
Pero en el entorno de la alcaldesa temían que el expresidente -que había vuelto a recuperar la popularidad que tenía antes del estallido social- podría entusiasmarse con una tercera candidatura a La Moneda y preferían separar aguas.
Fue así como Matthei le encargó al historiador Juan Luis Ossa iniciar el trabajo programático. Hoy, sin embargo, los partidos comienzan a inquietarse ante la ausencia de ideas propias que enfrenten una nueva embestida de José Antonio Kast por la derecha, que ha dejado entrever tras sus viajes a El Salvador, Hungría y próximamente a Italia.
En Chile Vamos también está vivo el recuerdo de lo ocurrido con Sichel en la pasada primera vuelta presidencial, quien, al transformarse en la carta única de la coalición, no logró conquistar con sus propuestas a candidatos parlamentarios y sectores de la UDI y RN que terminaron apoyando a José Antonio Kast.
En el círculo de Matthei responden que el hecho de que hoy ella sea la candidata proclamada por la UDI le impide convocar a equipos más amplios con representantes de RN y Evópoli, a menos que cuente con la venia de ambos partidos para hacerlo y de sus respectivos centros de estudio.
“Muchos coincidimos, y tengo claro que ella también, en que tenemos que presentarle al país un proyecto de sociedad con vocación de mayoría, que le dé gobernabilidad al país y sea una alternativa a la izquierda que quiso refundar nuestra sociedad”, afirma el diputado Diego Schalper (RN).