De entrada comenta que ha tenido una agenda apretada. El ministro del Interior, Víctor Pérez, estuvo miércoles y jueves visitando La Araucanía, lo que se ha transformado en una de las prioridades de su gestión. Pérez cumple mañana dos meses desde que arribó al gobierno y su foco ha estado en el orden público. A menos de un mes de que se cumpla un año del estallido social, el secretario de Estado defiende el rol de Carabineros y recalca que son los tribunales de justicia los que tienen que determinar si cometieron o no violaciones a los derechos humanos durante las movilizaciones sociales. “Yo no he visto ninguna sentencia en esa dirección”, asegura, al tiempo que destaca que el legado del Presidente Sebastián Piñera será el plebiscito y haber impulsado una solución institucional a los conflictos.
Este lunes cumplirá dos meses como ministro del Interior y -como se sabe- usted no es cercano al Presidente Piñera. ¿Cómo ha sido su relación con él?
Efectivamente, no soy amigo del Presidente, ni he estado en su círculo cercano, pero el Presidente me dio la confianza en Interior y, hasta ahora, lo que he sentido es apoyo, comprensión y un acompañamiento. Hemos tenido un trabajo muy intenso en estos casi 60 días.
Uno de sus objetivos al llegar a Interior fue reforzar el respaldo a Carabineros en medio de los cuestionamientos a la institución. ¿Por qué?
Creo que la democracia no funciona sin orden público. Nosotros tenemos todo el derecho a disentir, a pensar distinto, a manifestarnos pacíficamente, a discutir las políticas públicas, pero si no hay orden público ese disenso democrático, el espíritu emprendedor en la vida cotidiana de las personas se va destruyendo y cuando se va destruyendo esa capacidad cotidiana de vivir en el país empieza a menoscabarse lo que es la democracia (...). Para resolver los problemas que tenemos, creo que el orden público es una prioridad democrática que tenemos que cuidar. Y las policías, particularmente Carabineros y la PDI juegan un rol fundamental y, por lo tanto, un respaldo a una acción enmarcada en la ley a mí me parece que es verdaderamente una tarea primordial de todos los chilenos, que no debiera ser solo del gobierno.
¿Cómo se compatibiliza este respaldo a la institución con el desprestigio de Carabineros? Por ejemplo, bajaron las postulaciones...
Eso lo vinculo más bien a que la labor de Carabineros es extraordinariamente difícil, exigente. Carabineros tiene jornadas extenuantes, ha tenido que enfrentar la violencia, ha sido víctima de violencia, ha sido víctima de campañas de desprestigio. Ha tenido, además, que asumir mucha responsabilidad, no solamente en el orden público, sino que en la pandemia. Hay un nivel de exigencia, una sobredemanda de Carabineros. Y creo que mucha gente que ve que a lo mejor ese trabajo no es valorado puede restar a personas valiosas, a chilenos y chilenas íntegros que ingresen a las filas. Nuestra tarea es superar esa situación para que esas personas de bien ingresen a Carabineros. No hay duda que Carabineros ha tenido dificultades. En el gobierno anterior tanto el fraude como Huracán y en nuestro gobierno el caso Catrillanca.
Se lo pregunto porque estamos a menos de un mes del 18 de octubre, el primer aniversario del estallido social y aún hay sumarios e investigaciones pendientes por acusaciones de violaciones a los derechos humanos cometidas por Carabineros. ¿Cuál es su diagnóstico?
Notablemente, el 18 de octubre es el día de mi cumpleaños, fue un día complejo y que, al igual que el inicio de la pandemia, en un país que no estaba preparado para enfrentar un nivel de violencia como el que vivimos. Una cosa son las manifestaciones pacíficas, las manifestaciones que son absolutamente legítimas y otro es el nivel de violencia, el nivel de destrucción de nuestra ciudades, el nivel de odiosidad en la calle, el nivel de ataque, que hizo que el país cambiara radicalmente. Y nadie estaba preparado para eso. El Estado no tenía a sus instituciones preparadas para enfrentar una situación de esa naturaleza.
¿Carabineros tampoco?
El Estado no estaba preparado (…). Carabineros, a pesar de todas las dificultades que tenía, la falta de adecuación a esa nueva realidad, enfrentó eso con mucha dedicación y creo que es un baluarte. Uno de los baluartes en el tema de la defensa del Estado de derecho como muchas personas que hicieron una colaboración a ellos, como pueden ser el acuerdo del 15 noviembre que, sin duda, es un aporte importante a la mantención del Estado de derecho y de la estabilidad institucional. Y, en ese marco, no hay duda es que hubo denuncias, hasta ahora no hay ninguna condena a Carabineros por derechos humanos, hay procesos en curso. Carabineros muchas veces expuso los antecedentes ante la justicia. Chile es un país democrático, por lo tanto, tiene instituciones autónomas que investigan y otras instituciones como el Poder Judicial que sancionan. Y esos son los que verdaderamente garantizan el orden institucional. (Hubo) diversas organizaciones que pudieron entrar al país a verificar la situación. Y yo me quedo con la declaración del Instituto de Derechos Humanos de que en Chile no hubo una violación sistemática de derechos humanos.
Dice que no hubo violación sistemática a los derechos humanos, pero sí que hubo violaciones a los derechos humanos...
No he visto ninguna sentencia en esa dirección. Y creo que en democracia uno tiene que estar sujeto a la sentencia de los tribunales. Llamaría a todos a someternos a las reglas del Estado de derecho y las reglas del Estado de derecho es que los que sancionan son los tribunales, los que investigan es el Ministerio Público.
Pero hay casos concretos como el de Gustavo Gatica, entre otros...
Por cierto, y están en plena investigación y son hechos que ojalá no hubieran sucedido. Pero a mí también me tocó visitar a las carabineras quemadas en la Plaza Italia cuando no hay ningún detenido. Personas, mujeres de trabajo, de esfuerzo, jóvenes de 20 o 25 años que fueron quemadas. Nadie debe justificar la violencia por ningún lado y todos debemos condenarla, pero nadie creo que en Chile se puede atribuir la superioridad moral de condenar a otro, sino que son los tribunales.
Al gobierno siempre se le ha enrostrado respaldar más a Carabineros que a las víctimas de violaciones a los derechos humanos. ¿Ha habido un desequilibrio?
Carabineros forma parte de una institución fundamental para la mantención del orden público. Y las víctimas cualquiera de ellas sea, sin duda, requieren nuestro respeto y nuestra preocupación. Y el gobierno en esa época, yo no estaba en el gobierno, formó y estructuró programas de apoyo que están en plena ejecución.
Recién esta semana, casi un año después, el Minsal presentó el plan de reparación al INDH para las víctimas. Hay postergación...
No creo eso. Son procesos complejos y difíciles. El Minsal ha tenido muchas preocupaciones también durante el presente año. Por lo tanto, han trabajado también intensamente en eso. No creo que ha habido postergaciones y, a veces, los tiempos son absolutamente necesarios para que las políticas sean eficaces.
¿Usted ha instado a Carabineros para que resuelvan con celeridad los sumarios?
Todos los sumarios tienen plazos, tienen normas internas que hay que cumplir y también debo reconocer que Carabineros ha estado muy sobredemandado no solamente por los temas de orden público, sino que también por la pandemia. Pero aún así, creo que ha avanzando a una velocidad adecuada.
¿Cree que se ha hecho lo suficiente?
Se está haciendo lo suficiente. Siempre uno puede hacer las cosas mejor, pero cuando tenemos que salir a fiscalizar también los temas sanitarios, tenemos que controlar el toque de queda, proteger a las personas, combatir al narcotráfico (…), claro, es fácil decir que no se ha hecho lo suficiente.
¿Cómo toma la formulación de cargos que hizo la Contraloría a generales de Carabineros? Algunos en el oficialismo dicen que no le corresponde hacer eso.
Esto es un sumario administrativo. Y yo tengo la convicción de que los tribunales van a desvirtuar los cargos y, en el tema de fondo, me quedo con una opinión muy acertada que dio el excontralor general de la República, que fue publicada en un diario de circulación nacional, donde expresó con toda claridad que la fiscalización y las auditorías que hace la Contraloría jamás deben estar destinadas al mérito, a las políticas que efectúan los distintos órganos del Estado.
¿Cree que habrá un estallido social 2.0?
Espero que prime la sensatez y por eso hago un llamado a la gente a privilegiar la unidad nacional, la tranquilidad de los ciudadanos, a que nuestras diferencias permitan transformar y mejorar el país a través de los canales de la democracia. Por eso hubo un acuerdo político para establecer un plebiscito que se va a hacer a pesar de todas las restricciones sanitarias que tenemos, porque hay una expresión de voluntad democrática por parte del Presidente Piñera para llevarlo adelante. Todos estamos haciendo una tarea para que ese sea el camino, no la violencia. Por lo tanto, los que auguran, llaman (a un nuevo estallido), mi pregunta es ¿qué pretenden? ¿Que no sea el plebiscito el que resuelva la voluntad de los ciudadanos el camino de Chile? ¿Que sean los violentos? Y, por lo tanto, yo estimo que los chilenos y chilenas son los que tienen que definir.
¿Están más preparados en el gobierno para enfrentar una situación como la de octubre de 2019?
Indudablemente hubo que hacer un esfuerzo, a pesar de todas las restricciones económicas que ha tenido el país con la pandemia, para mejorar los instrumentos tecnológicos de Carabineros, de tener cámaras, de posibilidades de enfrentarse adecuadamente a turbas violentas. Espero que no sea necesario utilizarlo.
¿Espera que posplebiscito Chile Vamos esté alineado?
Estamos construyendo ese alineamiento, estamos construyendo esa unidad. Y, sin duda, el 26 de octubre Chile Vamos tiene la gran oportunidad de demostrar una potente señal de unidad. En primer lugar, por una razón obvia: tiene desafíos electorales que tienen que superar casi inmediatamente el 26 de octubre (…). Segundo, porque a mi juicio, la fortaleza de Chile Vamos va a permitir generar espacio a los moderados, al centro político más moderado que diría prácticamente ha desaparecido de la escena nacional. Lo que hemos construido en estos casi 60 días es dar espacio a esos moderados que son fundamentales para el debate político que se vive, que no sea la izquierda radical la que marque la pauta ante la vida política nacional.
¿Le causa preocupación que la izquierda marque la pauta?
Creo que eso es malo para un país. Claramente, la izquierda tiene un rol que jugar en una democracia, pero la izquierda radical es la que ha marcado la pauta en el último tiempo y ha sido más bien para generar intolerancia, para generar división y así no resolvemos los problemas.
En el bloque ya comenzó el debate sobre el reglamento del plebiscito. El gobierno ha dicho que deben garantizarse los 2/3. ¿Cómo ve ese debate?
El acuerdo del 15 de noviembre, a nuestro juicio, es clave en esta materia y, por lo tanto, debemos respetarlo. Y yo espero en la eventualidad que gane el Apruebo y que se forme la comisión constituyente, que el debate del reglamento no sea el que agote la discusión política, sino que sean reglas claras para discutir el tema de fondo. El Presidente ha puesto sobre la mesa propuestas constitucionales que no han tenido respuesta de alternativas, sino que solo críticas y descalificaciones. Espero que el acuerdo del 15 de noviembre del año pasado sea respetado íntegramente.
Pero el problema es que hay varias interpretaciones...
Está absolutamente claro. El reglamento tiene que aprobarse, la discusión de contenido y después un plebiscito ratificatorio. Está absolutamente claro y creo que en un lenguaje que no da mucha luz para interpretaciones (…). Las normas, por lo menos que yo leo ahí, significa que tenemos que aprobar en caso que gane el Apruebo, el reglamento por un determinado porcentaje y después cada una de las normas, como también el conjunto de las normas de una Constitución. Yo diría que quienes quieran aprovecharse de ciertos vacíos, indudablemente desconocen cómo se generó ese acuerdo en un momento de mucha tensión en el país.
¿Cree que la oposición está intentando aprovecharse?
Yo espero que no, espero que al final triunfe la sensatez.
¿Cuál cree que va a ser el legado del Presidente Piñera?
Creo que el legado, a mi juicio, tendría que ser un camino institucional para resolver las diferencias legítimas que entre los chilenos y que se hizo en paz y en democracia. Creo que eso es una contribución relevante cuando hubo un sector muy minoritario que quiso transformar el país a través de la violencia y muchos sectores democráticos mantuvieron silencio ante ellos. Mantenerse firme en esa situación tiene un valor democrático importante.
¿Dice que el plebiscito podría ser el legado?
El plebiscito y el camino futuro. El plebiscito es un hito, pero es solo un hito, tiene que caminar hacia adelante, tiene que avanzar, lo importante de avanzar es resolver los problemas en democracia. Eso va a ser una contribución muy significativa.
¿Y se puede capitalizar un plebiscito que en un inicio el gobierno no impulsó?
El gobierno acordó ese 15 de noviembre un plebiscito de esa naturaleza. De hecho, la acusación es que entregó la Constitución para algunos. Por lo tanto, del acuerdo del 15 de noviembre podría haber opiniones distintas, diferentes, pero en un momento de tensión, en un momento que estaba en riesgo por los grupos violentos la democracia y el Estado de derecho se utilizó un mecanismo que significaba un camino en democracia para resolver los problemas. Y eso, a mi juicio, es un elemento esencial.