Uno se desempeña como Presidente de su país desde mayo de 2019, mientras que el otro ha estado en el poder desde 1999. El primero, estudió Leyes, pero trabajó como actor y guionista antes de iniciar una carrera política. El segundo, ejerció como oficial de inteligencia exterior del KGB durante 16 años, ascendiendo al rango de teniente coronel. En el primer caso, se trata del Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y en el segundo, de su par ruso, Vladimir Putin, las dos figuras de la política internacional que se encuentran enfrentadas luego de la invasión rusa contra el vecino país, el 24 de febrero pasado.

Ahora ambos líderes se enfrentarán en las librerías debido a dos nuevas biografías que saldrán a la venta este mes. Una es la del periodista ucraniano y comentarista de política, Serhii Rudenko, y la otra del periodista británico Philip Short. Ambas entregan detalles hasta ahora desconocidos de los dos mandatarios.

Cuando el entonces actor cómico Volodymir Zelensky anunció su candidatura presidencial en la víspera de Año Nuevo de 2018, muchos pensaron que se trataba de una broma. Incluso, al final de la campaña, escribe Rudenko, todavía “no existía Zelensky como político”. A juicio del escritor, solo era un comediante al frente de un movimiento esencialmente virtual, sin miembros formales y poca ideología, más allá de apelar a la exasperación de los ucranianos con la corrupción. “No soy tu oponente, soy tu veredicto”, le dijo memorablemente al entonces mandatario ucraniano, Petro Poroshenko, durante un debate televisivo.

En esta foto de archivo tomada el 20 de marzo de 2022 en esta imagen distribuida por la Oficina de Prensa de la Presidencia de Ucrania, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky pronuncia un discurso en video en Kiev. Foto: Archivo

Hijo de padres judíos, Zelensky nació en 1978, en Kryvyi Rih, en el centro sur de Ucrania, una “ciudad de mineros y metalúrgicos” y, en ese momento, uno de los lugares más contaminados de la Unión Soviética. Su padre quería que sobresaliera en ciencias: una calificación de “B” en matemáticas para Zelensky era “un día de luto” en su hogar. Pero, según cuenta Rudenko, todos sus profesores, “sin excepción, mencionan a Zelensky como un niño diligente e inteligente, cuya ambición era estar en el escenario”. Estudió Derecho, pero deslumbró en los campeonatos KVK, un popular concurso de comedia y canto de la televisión rusa.

Al igual que el maestro de escuela convertido en presidente que una vez interpretó en la pantalla, Zelensky llegó al poder prometiendo un “no al nepotismo y a los amigos en el poder”. Pero los kumy, o amigos cercanos, pronto aparecieron en todas partes, entre los que estaba el personal de la productora de Zelensky , dice el periodista ucraniano. “Un año después de la elección (de Zelensky), la familia Poroshenko fue reemplazada por la familia Zelensky o, más precisamente, por Kvartal 95 Studio”.

Y no se trataba solo de los tipos talentosos de la televisión. El canal 1+1 que transmitió el primer discurso de campaña electoral de Zelensky en la víspera de Año Nuevo estaba controlado por Ihor Kolomoyskyi, uno de los oligarcas más ricos de Ucrania, que financió un ejército privado para luchar en el Donbás, en el este de Ucrania, cuando los separatistas respaldados por Rusia se tomaron el territorio en 2014. Rudenko plantea la pregunta si acaso Kolomoyskyi (que resultó ser el némesis de Poroshenko) y Zelensky lanzaron la serie de televisión Siervo del Pueblo como ensayo del verdadero partido político que finalmente surgió, tomando el mismo nombre.

Rudenko retrata a un líder que no es perfecto. Destaca su inexperiencia en las primeros tratativas con Vladimir Putin o en política económica. Si bien prometió terminar con el clientelismo, sus amigos aparecen en distintos puestos, surgen escándalos al comienzo de su gobierno. Y es así como muchos ucranianos se sienten desilusionados. Pero todo cambia el 24 de febrero, cuando Rusia invade el país.

En la parte final del libro, de 200 páginas, se relata cómo el día antes de la invasión de Rusia, Zelensky reunió a 50 de los ciudadanos más prósperos de Ucrania para instarlos a desempeñar su papel en el conflicto que se avecinaba. No fue una tarea fácil. Habían estado librando otra batalla desde septiembre de 2021, cuando el Parlamento de Ucrania aprobó una ley dirigida a ellos. Rudenko detalla cómo el equipo de Zelensky intentó en repetidas ocasiones enviar a Poroshenko a la cárcel, pero concluye que “existen dudas considerables sobre si Zelensky realmente quiere poner a Poroshenko tras las rejas”.

Rudenko revela que, en 2019, “Zelensky creía sinceramente que, si miraba a los ojos al Presidente ruso, al menos vería algún signo de tristeza por los 14.000 muertos en el Donbás”. Incluso, “parecía convencido de que el carisma y el encanto único de su actor harían maravillas”.

Sin embargo, el primer y único encuentro entre ambos, en el que Zelensky tuvo la oportunidad de mirar a Putin a los ojos, se produjo en las conversaciones del llamado Formato de Normandía, de diciembre de 2019 en París, que agruparon a Ucrania, Rusia, Francia y Alemania. Sin embargo, dice, cuando llegó el fatídico momento, el mandatario ucraniano “estaba notablemente nervioso”.

La biografía de Putin

Pese a que la vida del Presidente ruso, Vladimir Putin, ha sido plasmada en diferentes libros desde que llegó al poder en 1999, son pocos los que poseen detalles sobre su vida antes de convertirse en líder del Kremlin.

Tal es el caso de la biografía escrita por Philip Short. En ella se cuenta que la impresión de que el mandatario es una persona de carácter duro no es una farsa. “Él no era el más fuerte de nuestra clase”, recuerda un compañero de la escuela, “pero en una pelea podía vencer a cualquiera, porque se ponía frenético y luchaba hasta el final... Obligarlo a hacer algo a la fuerza era simplemente imposible. La única persona que realmente podía influir en él era él mismo”, indica en la biografía.

A pesar de su físico delgado cuando era más joven, Putin se convirtió en campeón de sambo, un arte marcial ruso que significa defensa personal sin armas. Posteriormente llevaría esta dureza a su política. Cuando era primer ministro (2008-2012), por ejemplo, prometió “eliminar a los bandidos en la casa de porquería” durante la segunda guerra chechena.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, se dirige a los participantes del IX Foro de Regiones de Rusia y Bielorrusia, a través de un enlace de video en Moscú, Rusia, el 1 de julio de 2022. Foto: Reuters

En la extensa biografía de 864 páginas, que tomó ocho años de investigación, se señala que el mandatario ruso es una persona profundamente aburrida, que evita ir a fiestas o encuentros sociales. “Él siempre intentaba escapar de la parte social de un evento”, dijo un periodista citado en el libro. “Intentó evitar todo contacto”. Lo mejor que su esposa Lyudmila, exazafata de Aeroflot, pudo decir sobre él fue: “Él no bebe y no me pega”. En este sentido, Short revela que su éxito podría deberse justamente a esta falta de carisma.

Después de una carrera en el KGB, se desempeñó como mediador de dos figuras de la política rusa: primero Anatoly Sobchak, alcalde de San Petersburgo, y luego Boris Yeltsin, Presidente de Rusia. Nunca les robó protagonismo y con el tiempo se transformó en la carta segura para suceder a Yeltsin en el Kremlin.

El ascenso de Putin al poder se deriva de su capacidad para hacerse indispensable para sus jefes, “posicionándose discretamente, de modo que si surgía una vacante, él era la opción obvia, de hecho, la única, para llenarla”. El libro también le recuerda al lector que Putin ha cambiado: el tipo ingenioso y sin pretensiones que los interlocutores recuerdan de décadas pasadas se sienta extrañamente con la figura despotricante y de cara hinchada que vemos hoy.

Short da cuenta de los eventos políticos claves de los últimos 30 años de la carrera de Putin. El periodista entrega luces sobre cómo ve a su gran adversario, Estados Unidos. En su libro recuerda que “el secretario de Estado norteamericano, James Baker, le había dicho a Gorbachov en febrero de 1990, en el contexto de la reunificación alemana, que ni una pulgada de la actual jurisdicción militar de la OTAN se extendería en dirección este”. Y, sin embargo, solo cuatro años después, el Presidente Bill Clinton lo contradijo directamente al decir: “La pregunta ya no es si la OTAN aceptará nuevos miembros, sino cuándo y cómo”. Por lo tanto, Putin piensa por qué los estadounidenses cambiaron su política y que tiene razón sobre el tema de la expansión de la OTAN.

Al discutir la cuestión de la OTAN, Short escribe: “Es necesario preguntarse si algún presidente estadounidense se arriesgaría a una guerra nuclear con Rusia para defender a Letonia o Estonia (que ahora son miembros de la OTAN)”. Y concluye: “Estados Unidos no entró en la Primera Guerra Mundial hasta 1917, cuando ya estaba claro que Alemania perdía, y se mantuvo al margen de la Segunda Guerra Mundial hasta que fue atacado en diciembre de 1941. No había por qué pensar que en un nuevo conflicto Estados Unidos se comportaría de manera diferente”.

Al mismo tiempo, señala que Putin desprecia a los británicos. “Para Moscú, Gran Bretaña se convirtió en una piedra de toque, un lugar para sondear las intenciones y reacciones de Estados Unidos a las iniciativas rusas sin poner en peligro la relación central con el propio Estados Unidos”, indicó Short en el libro.

La biografía también considera cómo se vería Rusia una vez que Putin deje el cargo, pero advierte que no habrá cambios importantes. “No hay razón para pensar que cuando Putin abandone la escena, los problemas de Occidente habrán terminado. Quienquiera que lo suceda, ya sea un líder individual o colectivo, es poco probable que ponga a Rusia en un curso fundamentalmente diferente, ya sea en casa o en el extranjero”, concluye Short.

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