Alerta a los partidos

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Las nuevas fundaciones y movimientos parecen dar cuenta de eso que nos cuesta decir, eso que los actos públicos no quieren reconocer: Los partidos políticos tradicionales no son un espacio para desarrollar liderazgos que vayan más allá del Congreso.


Estos últimos meses han sido movidos en el sistema político chileno. En la centro-izquierda, centros de pensamiento, corporaciones y fundaciones han desarrollado actividades de reflexión sobre la derrota electoral y los desafíos futuros del sector. Los partidos políticos más importantes han buscado ajustar sus programas al contexto social y político actual. Hasta acá, el típico escenario post derrota electoral. No obstante, la posible división del Partido Radical, los problemas en el PPD, y, el surgimiento de nuevos espacios políticos creados por militantes de partidos políticos tradicionales, dan cuenta de que algo más está pasando, y no solamente en esta ala política. En la derecha, ahora fragmentada en varios partidos, el conservadurismo nacionalista y el pinochetismo que no tenía espacio formal, hoy tienen el movimiento Acción Republicana.

La proliferación de estos espacios políticos da cuenta de que el sistema político atraviesa un momento difícil. La ciencia política chilena viene reflexionando sobre ello. Los y las académicas de esa disciplina hemos dicho, en distintas oportunidades, que la estabilidad política del país es más aparente que real, que el sistema político tiene más falencias de las que nos gusta ver y asumir, que el personalismo es un riesgo latente que amenaza la institucionalización de varios partidos.

Las nuevas fundaciones y movimientos parecen dar cuenta de eso que nos cuesta decir, eso que los actos públicos no quieren reconocer: Los partidos políticos tradicionales no son un espacio para desarrollar liderazgos que vayan más allá del Congreso. Los partidos tienden a estar "parlamentarizados", perdiendo desde esa institución la vinculación al interior de los territorios (las excepciones parecen estar en el Frente Amplio). Como alternativa, para conectar con lo social, los militantes de partidos tradicionales necesitarían instancias más ciudadanas y menos políticas. Por ello, fundaciones, corporaciones y movimientos se han ido diferenciando de los partidos. El debate se traslada a estos espacios que no presentarían problemas de legitimidad ¿es el inicio de la despolitización de los partidos políticos?

Los centros de pensamiento se han dedicado a generar contenidos para sus respectivas bancadas parlamentarias. Las nuevas organizaciones se han dedicado a desarrollar espacios para la convergencia de ideas. Los movimientos han sido creados para vincularse con las personas. Los centros de pensamiento y fundaciones, debiesen ser un complemento de los partidos y no un sustituto para la promoción de ideas y por qué no decirlo, de liderazgos.

Cuando un expresidente (que ha militado casi toda su vida política) cree que el mejor espacio para el debate es crear una fundación (Avanza Chile, Horizonte Ciudadano) quiere decir que los partidos no están cumpliendo su rol. Al crear tantas organizaciones paralelas, estos militantes están reconociendo implícitamente la crisis del sistema político. Otra alerta más para los partidos.

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