Beneficios concentrados, costos dispersos
"Mal que mal, existen muchos mecanismos alternativos en materia de pensiones y, en muchos de ellos, cabe la capitalización individual. Pero la estrategia actual de la oposición es, lamentablemente, la que más daño le hace a Chile".
Al observar el actuar de muchos parlamentarios de oposición da la impresión de que están decididos a terminar con las AFP del modo más costoso posible. Muchos de ellos han admitido que el fin de las Administradoras de Fondos es el objetivo real de los retiros de fondos, por lo que sería obstinadamente ingenuo asumir que no saben lo que hacen. Ahora bien, terminar con las AFP puede ser una idea razonable. Mal que mal, existen muchos mecanismos alternativos en materia de pensiones y, en muchos de ellos, cabe la capitalización individual. Pero la estrategia actual de la oposición es, lamentablemente, la que más daño le hace a Chile.
Existen, grosso modo, dos formas de terminar con las AFP. La primera implicaría presentar al país un proyecto alternativo y someterlo a la deliberación democrática. La otra alternativa consiste en aprovecharse de la coyuntura política y social, y apostar a desangrar el sistema por dentro a punta de reformas constitucionales. No es novedad que la segunda estrategia genera altos costos para la ciudadanía.
Los efectos negativos de los retiros de fondos han sido advertidos por analistas de diversas tendencias. Estos van desde el aumento de las presiones inflacionarias, hasta el efecto que los retiros pueden tener en las tasas de interés de largo plazo, lo que incluye los créditos hipotecarios. A estos costos ahora se suma una amenaza importante a la estabilidad del sistema financiero.
Sobre este último punto, el reciente informe de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) es preocupante. La entidad regulatoria advirtió sobre los posibles efectos de una indicación al proyecto del cuarto retiro de fondos presentada por diputados del Frente Amplio (incluido su candidato presidencial), en la que se abre la puerta a un nuevo anticipo de rentas vitalicias. El análisis de la CMF señala que la forma en que esta está planteada podría, eventualmente, llevar a la insolvencia financiera a nueve aseguradoras.
Si es cuestionable poner en dicha situación a las aseguradoras, es a lo menos temerario aceptar una indicación que puede afectar al sistema financiero en general de manera significativa. Este tipo de mercados son altamente complejos y quienes operan en ellos exhiben altos grados de interdependencia. La insolvencia de un puñado de aseguradoras es algo que afecta a todos.
Con todo, es probable que quienes apoyan el cuarto retiro se defiendan apelando al “Cuco”, es decir, nos recuerden que cuando se tramitó el primero de ellos, algunos economistas vaticinaron una serie de efectos negativos que no ocurrieron. Así, las advertencias de los reguladores y de varios analistas no serían más que un intento de infundir miedo, sin fundamento real. Sin embargo, dicho argumento hoy no funciona. Las presiones inflacionarias son reales y las alzas en las tasas de interés también, como ya lo estamos experimentando. Nos guste o no, la inflación es un fenómeno eminentemente monetario.
¿Quién pagará los costos de la estrategia opositora? El pueblo, el mismo a quien dicen representar. ¿Y cómo pueden salirse con la suya? Porque los efectos negativos de los retiros están muy dispersos y son poco visibles, pero letales. Mientras, lamentablemente, una minoría se beneficia electoralmente con dicha estrategia.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.