Columna de Marcelo Mena: Remediación ambiental: el statu quo no sirve a nadie

PAÑO LAS SALINAS
Paño Las Salinas, en Viña del Mar EXTERRENO DE LAS PETROLERAS EN EL SECTOR DE LAS SALINAS EN VIÑA DEL MAR. DONDE SE PLAEA CONSTRUIR UN PROYECTO INMOBILIARIO. FOTO: DEDVI MISSENE

El rol de los científicos es hablar claro, en simple y al alcance de todos y todas. Desmitificar, por ejemplo, que el uso de bacterias para el saneamiento de un terreno contaminado por hidrocarburos acarrea otros impactos. La responsabilidad de las comunidades, a su vez, es instalar un debate con la máxima honestidad intelectual y no sobre posverdades, que sólo contribuyen a la inmovilidad.



*Marcelo Mena es exministro de Medio Ambiente, doctor en Ingeniería Ambiental.

Hace poco más de 40 años, Estados Unidos implementó la Ley Integral de Respuesta, Compensación y Responsabilidad Ambiental destinada al cobro de impuestos por contaminar. Las industrias están obligadas a limpiar, sanear y reembolsar al gobierno los costos y, con esos recursos, el Estado garantiza la protección de la salud humana y el medio ambiente en las zonas de sacrificio. Para llegar a esto, fue necesario desenmascarar y asumir el problema, levantar un registro oficial de los miles de sitios dañados, establecer un pacto transversal de diálogo y construir confianzas entre todos los actores involucrados.

Hoy, en Chile, seguimos en la búsqueda de un abordaje para las zonas de Puchuncaví-Quintero, Tocopilla, Huasco, Coronel o Mejillones. La señal del Presidente Gabriel Boric, al anunciar el cierre de la fundición Ventanas, es un positivo paso. Pero aún faltan definiciones por parte del Comité de Ministros, equipo que debe zanjar sobre proyectos pendientes. Tal como la decisión del mandatario, los siguientes pasos también exigen coraje, transparencia y honestidad intelectual.

Nos faltan diagnósticos compartidos, nadie cree en las cifras del otro (a). La desconfianza instalada en muchas comunidades respecto de los intentos de solución medioambiental es una de las principales piedras de tope para avanzar. En mayo, nuestro país concretó otro hito importante al suscribir el Acuerdo de Escazú, cuyo eje central precisamente apunta a fortalecer el acceso a la información y la participación ciudadana en las definiciones ambientales de los países de nuestra región.

Hoy nuestra academia cuenta con innumerables mecanismos de medición de la calidad del aire, las aguas, los suelos, como también de saneamiento, remediación y recuperación de ecosistemas que por décadas estuvieron cercados e inutilizados. Como si esconder la mugre bajo la alfombra fuera a eliminar las tragedias de nuestro territorio. El rol de los científicos es hablar claro, en simple y al alcance de todos y todas. Desmitificar, por ejemplo, que el uso de bacterias para el saneamiento de un terreno contaminado por hidrocarburos acarrea otros impactos.

La responsabilidad de las comunidades, a su vez, es instalar un debate con la máxima honestidad intelectual y no sobre posverdades, que sólo contribuyen a la inmovilidad.

En el caso de la discusión del terreno de Las Salinas, en Viña del Mar, la biorremediación es una técnica que acelera y aprovecha un proceso que es natural y hoy es una solución efectiva para la recuperación de suelos. En Las Salinas ya está dando resultados en un proceso hecho con rigor científico y seguridad. Sin embargo, el rechazo a un posible proyecto urbano posterior se ha convertido en un obstáculo para la remediación. Cual sea el destino de la zona en unos años -sin duda una discusión importante que debe darse después- no puede impedir la recuperación de suelos, flora y fauna, que hoy son el problema urgente. Ahí tenemos un pasivo ambiental que debe ser remediado.

El precedente que puede marcar la institucionalidad ambiental y el Comité de Ministros, cuando le toque resolver técnicamente las reclamaciones de la RCA aprobada sobre biorremediación, no solo impactará este proyecto en particular, sino que fijará el camino para el saneamiento de todos los terrenos en las zonas de sacrificio condición clave para la implementación de la transición socio ecológica justa.

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