Columna de Raúl Celis: Transparentar los compromisos
*Raúl Celis es abogado y fue convencional constituyente por Renovación Nacional.
El 26 de octubre de 2020, en el contexto del plebiscito de entrada, el Presidente del Consejo Directivo del Servel, anunció, con evidente satisfacción, que estábamos frente a la mayor votación de la historia de Chile, en términos de votos absolutos; y que se había alcanzado una barrera no superada desde 2012, esta vez con voto voluntario. Más allá de tales cifras, lo relevante del resultado fue el triunfo abrumador que obtuvo la opción Apruebo (78,28%).
En ese momento muchos pensaron que se trataba del punto de partida para poner fin a la severa crisis política e institucional que estalló en octubre de 2019. También es posible que esas mismas personas concluyeran que el Acuerdo por la Paz Social y una Nueva Constitución, del 15 de noviembre del mismo año, comenzaba a rendir frutos.
Los hechos ocurridos con posterioridad, en especial los relacionados con el funcionamiento de la Convención Constitucional y su propuesta de Constitución, sin embargo, están muy lejos de haber alcanzado ese consenso y optimismo. Así lo han dejado de manifiesto numerosos estudios de opinión.
En este escenario, ¿tendremos la capacidad de retomar un camino que permita recuperar la confianza en el país mediante la suscripción de grandes acuerdos?
La respuesta a esta pregunta requiere de un alto grado de generosidad y madurez política. En efecto, vivimos desde hace tiempo en un ambiente de generalizada incertidumbre política y económica, a las cuales hoy se suma un tercer elemento: la incertidumbre jurídica que genera la eventual aprobación o rechazo de un texto que, mayoritariamente, tanto sus partidarios como detractores llaman a reformar, mejorar, rehacer o reemplazar.
Durante las últimas semanas los partidarios del Rechazo han dado pasos categóricos en dirección a otorgar certezas. Así ocurre con la rebaja del quórum a 4/7 para modificar la Constitución vigente, el proyecto de llamado a un nuevo plebiscito de entrada presentado recientemente y los 10 compromisos suscritos por Chile Vamos para ser incorporados en una nueva Constitución, en caso que triunfe el rechazo. Es de esperar que esta tendencia continúe.
En tanto, quienes respaldan la opción Apruebo, incluyendo al Presidente Boric, han observado un comportamiento contradictorio: para algunos nada hay que reformar, simplemente es necesario dotar de contenido a los “titulares” del texto, otros sostienen que los cambios, sin precisar de cuáles se trata, deben producirse después de la eventual victoria del Apruebo y, finalmente, son varios los que llaman a acelerar los acuerdos en forma previa al plebiscito, sin duda la posición más razonable de esta alternativa en la transmisión de señales de estabilidad.
La generosidad y madurez política aconsejan mitigar los riesgos asociados a los citados niveles de incertidumbre. Para tener éxito, será indispensable que los partidarios del Apruebo y del Rechazo no solo continúen con la búsqueda de acuerdos y consensos, sino que, además, ratifiquen de modo expreso sus compromisos antes del próximo 4 de septiembre.
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