El camino que debe tomar Christian Garin para vencer a sus fantasmas: “Su caso se parece al de Simone Biles”
La rotunda caída frente a Norbert Gombos (6-0 y 6-1), en el segundo duelo por la Copa Davis frente a Eslovaquia y la posterior confesión del actual número 17 del ranking mundial, reabren la discusión respecto de la importancia del factor mental en el deporte de máximo nivel, un fenómeno que graficó la gimnasta estadounidense en los Juegos Olímpicos. Especialistas aconsejan al Tanque.
Christian Garin cae frente a Norbert Gombos en su segundo singles en la serie frente a Eslovaquia y lanza un llamado de alerta. Su autocrítica se mezcla con una confesión. El 17º del ranking mundial, y mejor chileno en el escalafón de la ATP, no lo está pasando bien. No solo por lo que le sucedió en la rapídisima carpeta de Bratislava. También por lo que está viviendo en las últimas semanas en el circuito profesional. Gago lo está pasando mal y, en alguna medida, hace catarsis. “Es una derrota muy dura, me pegó muy fuerte. Hay que hacer cambios en mí, tengo que ver las cosas un poco distinto. Hay que salir adelante”, parte diciendo el ariqueño. “Son cosas personales. Tengo que ser menos autocrítico y ponerme menos presión. Hay veces que me cuesta llevar todo eso. Lo vengo diciendo hace un tiempo que han sido tiempos difíciles”, grafica, quizás intentando liberar algo del estado anímico que lo consume.
Su caso viene a sumarse al largo listado de deportistas de alto rendimiento que han acusado las consecuencias de la presión. “Su caso se parece al de Simone Biles en el sentido de las expectativas sobre su trabajo. Eso lo está complicando”, afirma el sicólogo deportivo Alexi Ponce. En plenos Juegos Olímpicos, la gran estrella de la gimnasia mundial colapsó entre las expectativas que generaba su presentación en el máximo evento del deporte mundial y una traumática hoja de vida. “Hay un ámbito menos visible que es la parte mental y va en esa línea y por suerte se está visibilizando. Acá podemos intervenir. No vamos a descubrir hoy que el deporte de alto rendimiento es presionante, pero sí que hoy hay maneras de trabajar. Él espera ratificar ciertas cosas y a veces no lo podrá hacer. Hay que ajustar las expectativas y buscar que no se desespere por cosas que pasan. En el tenis, el ránking es un número que se tiene que ratificar todas las semanas. Lo que debe buscar Garin es la estabilidad. Y en eso le resultará muy útil el apoyo de un profesional de la sicología del deporte”, apunta el especialista.
Su colega Enrique Aguayo asiente. “Cuando él señala que hay temas personales y que tiene que ponerse menos presión, habla de características que tienen muchos deportistas en el alto rendimiento verdadero. Garin es parte de él. En ese nivel, es muy habitual encontrar altos niveles de exigencia, de perfeccionismo, que juegan malas pasadas. Se ponen mucha presión buscando la perfección, que nunca se logra, porque no existe. Por eso en el tenis existen los errores nos forzados y todos los cometen. Y, entonces, o se quedan pegados o no le dan mayor bola y sacar partidos adelante. Garin, aún siendo autocrítico, tiene que ponerse menos presión. El tenista sabe cuándo se equivoca o incluso cuándo gana el punto no de la forma en que quería. Debe tener ojo con la diferencia entre la autocrítica y la presión desmedida. Y lo digo tomando sus palabras. Tiene que encontrar el equilibrio entre la autocrítica y la presión desmedida”, plantea.
En ese contexto, Aguayo le sugiere una estrategia. “Debe darle un valor distinto. Cuando ha obtenido sus mejores logros, también han sentido presión. Hay que revisar qué hay detrás, qué siente. Hago la analogía con saltar en bungee o tirarse en las principales montañas rusas. Es imposible saltar relajado o ir relajado. Se va altamente tensionado y eso se disfruta. El deporte de alto nivel de competencia es así. El deportista tiene que aprender a disfrutar la presión”, compara.
La visión de los pares
A Hans Gildemeister y Sergio Cortés les tocó enfrentar un nivel de presión similar a la que soportó Garin el último fin de semana. Ambos jugaron la Copa Davis y ambos, también, cargaron con la responsabilidad de ser los primeros singlistas del equipo nacional, con la dosis de obligación que conlleva. Desde esa perspectiva, intentan explicar qué pasa por la cabeza del Tanque. “El viernes lo vi bastante bien en la parte corporal, se mostró bastante positivo y eso le ayudó en su juego. El sábado el eslovaco tiraba winners por los dos lados. Pasó por el principio del partido. Garin nunca le pudo poner presión a Gombos”, apunta el Biónico, quien justamente tuvo actuar como comentarista de TVN, canal oficial del certamen por la ensaladera para Chile.
El exjugador y capitán de Copa Davis reconoce las dificultades extras que presenta esta competencia. “Se juega por el país, todo el mundo espera que ganes. Por lógica debió ganar los dos partidos, pero en esta competencia no hay lógica. Le vi poco en la parte movilidad. Le afectó mucho. No tenía los apoyos. Su biomecánica no fue buena, no terminaba los golpes. Los nervios pueden influir y Christian lo reconoció. Pero esto es pasajero. Si llegó a ser 17 del mundo es por algo. Tiene que empezar a ganar partidos en el ATP para llegar a febrero en el mejor nivel. Tiene mucho talento. En el primer partido tiró muchos winners de revés paralelo, en el segundo, ninguno. La presión afecta”, recalca Gildemeister
El antofagastino Cortés compara las exigencias de la Copa Davis y del circuito. “Son dos temas muy distintos. Jugar Copa Davis y ser número uno tiene una presión adicional. Sobre todo porque, con el ranking que tiene Garin, uno asume que debe ganar sus puntos. La presión le jugó mal. Él tiene tenis. La presión de los torneos es más controlada, porque él puede jugar un campeonato hoy y si le va mal juega el próximo. La Copa Davis se juega una vez o dos veces al año, hay un país detrás. La presión lo consumió, lo bloqueó. Era difícil”, repasa.
En ese contexto, Cortés se detiene en las señales que da el Tanque durante sus partidos. “A veces lo ves un poco más animado, pero no es una característica. La presión se lo come de forma interna. Se frustra, se enoja, empieza a hablar. Y ahí uno dice ‘ya está’. Se nota cuando juega. Empieza a reclamar. Transmite que no está sintiendo el juego que él quiere. Eso le sucedió el fin de semana”, apunta. Eso sí, sostiene que el túnel tiene salida. “Le falta sacar adelante un par de partidos en que esté jugando muy mal. Eso lo haría crecer. Lo fortalecería”, enfatiza.
Gildemeister le aconseja pedir respaldo. “No sé la interna, pero tendrá que apoyarse en el equipo técnico. En su entrenador, en la gente que trabaja a diario con él. Incluso Nicolás (Massú) le puede apoyar mucho. Y empezar a jugar y dar vuelta la página. Con un par de resultados buenos mejorará todo, pero para eso tiene que trabajar”, sentencia.
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