Exclusión escolar: más de 18 mil niños llevan dos años sin volver un solo día a su colegio o jardín infantil

CONCEPCION: Colegios sin clases

Hay 220 escuelas que no han reabierto sus aulas desde el inicio de la pandemia y expertas reiteran la importancia de que los escolares puedan volver a sus espacios. Un estudio de la Universidad de Chile advierte que uno de cada cinco niños presenta hoy por primera vez un síntoma de daño a su salud mental, con un fuerte aumento de la tristeza.


A menos de un mes de reiniciarse el año escolar, se ha reinstalado el debate sobre la pertinencia de enviar a los niños al colegio, considerando que las escuelas de todo el mundo tendrán que ajustarse por tercer año consecutivo a las exigencias de la pandemia.

El presidente del Colegio de Profesores, Carlos Díaz, afirmó que “no están las condiciones para volver a clases presenciales” y el próximo ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, le respondió que “la presencialidad debe ser la regla” este año.

Más allá de la polémica, lo cierto es que la gran mayoría de los colegios reabrió sus aulas durante 2021, excepto un grupo de establecimientos que no ha reiniciado sus actividades presenciales desde el 15 de marzo de 2020, cuando se instruyó de forma inédita suspender las clases en todo el país.

Según datos del Ministerio de Educación, son 220 escuelas y jardines infantiles, que reúnen a 18.232 estudiantes, los que están en esta situación. Principalmente se trata de recintos de educación parvularia (151), que se ubican sobre todo en las regiones del Biobío y La Araucanía.

Ese volumen de niños equivale a la población escolar de toda la comuna de Vitacura, o de Cerro Navia, y es alarmante si se considera que solo entre 2020 y 2021 se registraron 40 mil alumnos desertores, principalmente por el impacto económico que tuvo la pandemia en sus familias.

Reapertura imprescindible

María Teresa Rojas, doctora en Ciencias de la Educación y académica de la Universidad Alberto Hurtado, dice que está totalmente de acuerdo con la frase que dice que los colegios deben ser los primeros en abrir y los últimos en cerrar.

“Si algo hemos aprendido en estos últimos 30 años, es que las escuelas son fundamentales, no solo para el desarrollo cognitivo y socioemocional de los niños, sino que, además, para que funcione la dinámica laboral y familiar de un país”, explica.

“Es fundamental, imprescindible y urgente que todas las escuelas de nuestro país abran. Sin duda, el problema es que aquellas que son más vulnerables y están en condiciones más precarias no han contado con las condiciones sanitarias para poder hacerlo y eso es urgente reparar”, añade.

Rojas plantea que el nuevo gobierno tiene que “focalizar la ayuda en ese grupo de escuelas que no han podido abrir, fundamentalmente municipales, y poner todos los recursos materiales”, como elementos de protección personal, para que retomen sus actividades de forma presencial.

¿Qué impacto tendría una continuidad de la educación a distancia en estos 18 mil niños? Ruth Arce, directora de Pedagogía Media de la Universidad Diego Portales, afirma que, de seguir sin clases presenciales, la primera misión que tendrían esos colegios sería la de renovar sus estrategias de clases remotas, porque no podrían ser las mismas que en 2020 y 2021.

En cuanto a los niños, habría que hacerles entender que “lo remoto también tiene normas y estructuras, que tienen que cumplir con códigos en el conjunto de actividades que tienen que desarrollar, y así continuar con sus procesos de aprendizaje”.

Sin embargo, recalca que lo prioritario es abrir las escuelas. En el caso de los 18 mil alumnos que llevan dos años sin verse cara a cara, Arce explica que los establecimientos tienen que hacer un trabajo de socialización.

“En las dos primeras semanas, el foco debe estar en fortalecer la vida social de los alumnos con sus compañeros, para que vean que no están solos, que puedan compartir sus incertidumbres con otros”, señala. Esto es importante para luego retomar las materias, porque “el conocimiento se aprende con otros, la interacción cara a cara es fundamental”.

Y Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, plantea que “volver a postergar la vuelta a clases cuando las restricciones sanitarias son mínimas, la vacunación es muy alta y los malls y playas están abiertos es impresentable. El gobierno entrante no puede dejarse derrotar antes de empezar”.

Según datos de la Unicef, actualmente solo seis países del mundo mantienen cerradas las escuelas, afectando el aprendizaje de 43 millones de niños. El más grande es Filipinas, con 27 millones de escolares sin ir a clases.

Francisca Morales, oficial de Educación de Unicef en Chile, dice que “lo virtual no reemplaza lo presencial, porque la parte más importante del proceso educativo se da en la interacción” con otros alumnos y con profesores adultos. “Hemos visto que los niños más pequeños están teniendo dificultades de aprendizaje y de escritura, por lo que nuestra preocupación es colaborar para recuperar esos aprendizajes”, afirma.

En el caso de los 220 establecimientos sin abrir, Morales recomienda que las autoridades activen las redes de protección social y municipal para permitir que vuelvan a funcionar. “En estos dos años hemos visto modelos para reabrir, como la asistencia en días diferidos, y si Chile es uno de los países con más niños vacunados, no debiera haber dificultades para atenderlos en clases”, dice.

Pero también hay familias que no envían a clases a sus hijos, pese a que los colegios están abiertos. En ese caso, la encargada plantea que los establecimientos deben contactarse con esas familias para conocer sus realidades y apoyarlas.

El colegio, “un agente social protector”

Un reciente estudio, realizado por la Universidad de Chile y titulado Impacto de la Pandemia por Covid-19 en la Salud Mental de Preescolares y Escolares en Chile, midió los efectos socioemocionales de la pandemia en estudiantes de prekínder a cuarto básico de 46 establecimientos de la educación pública, pertenecientes a las comunas de Pudahuel, Cerro Navia y Lo Prado, las más vulnerables de la Región Metropolitana.

En este, se entrevistó a los apoderados de 4.772 alumnos, demostrando cómo se vieron afectados los que enfrentan los primeros años de estudio. Uno de los hallazgos más relevantes fue que uno de cada cinco niños (20,6%) presentó por primera vez un síntoma relacionado con la salud mental durante la pandemia.

“Todos los síntomas pesquisados aumentaron, pero los que presentaron un aumento más significativo fueron ‘estar triste’, en un 24,6%; ‘falta de ganas, incluso para hacer actividades que le gustan’, en un 29,5%; ‘cambios en el apetito, ya sea comiendo más o menos que antes”, en un 26,4%, y “problemas para dormir’, ya sea que no quiere acostarse, le cuesta conciliar el sueño, despierta en la noche o tiene mucho sueño durante el día, en un 26,4%”, explicó la psiquiatra Marcela Larraguibel, una de las médicas a cargo del estudio.

Entre los síntomas más frecuentes, la “irritabilidad, mal genio” (71,9%; aumento de 15,9%), “no obedecer” (70,7%; 13,4% más) y “cambios en el apetito” (72,8%; 21,5% más), son los que más se han repetido.

Para la doctora, jefa de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital Clínico de la U. de Chile, los aumentos en la sintomatología en cuarentena pueden deberse al “miedo a infectarse o morir él o sus familiares, el cambio de las rutinas, la disminución o desaparición de las interacciones sociales con sus familiares y pares, la falta de ejercicio y actividades al aire libre y el cambio en la metodología de aprendizaje académico”.

Además, para la profesional, el cambio de humor en los padres o apoderados también es un factor que influye en el detrimento de la salud mental en los niños. “Los papás pueden estar estresados o irritables por las pérdidas económicas, familiares y laborales, además de ver disminuidas sus habilidades parentales por el teletrabajo. Cualquiera de estos factores u otros pueden estar presentes, lo que favorece la expresión de síntomas en la esfera de la salud mental en los niños”.

“Por eso, es muy importante que los niños puedan volver a clases, el colegio es un agente social muy protector para la salud mental”, dice la psicóloga infantil María Elena Montt, una de las ideólogas del estudio.

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