Fuera de libreto
Cuando pase el libreto de instalación --aquel de los tiempos mejores, el crecimiento y la unidad-- vendrán necesariamente los detalles de las promesas. Y allí se verá realmente cuál es el famoso relato.
El gobierno del Presidente Piñera tiene un libreto, pero no tiene relato. Sus propios intelectuales así lo admiten. La falta de relato fue, quizás, la principal causa de las zozobras de su primer gobierno. ¿De qué se trató Piñera Uno? Crecimiento económico, empleo en la primera mitad de su mandato, y no tanto más. ¿Qué reformas memorables? ¿Qué obras de envergadura? ¿Qué giro estratégico? Sencillamente no había relato. Gobernar era administrar.
¿De qué se tratará el segundo gobierno de Piñera? Aun no lo sabemos. Ciertamente existe un libreto, es decir, un guión político que el Presidente y los ministros de La Moneda repiten con eficiencia y disciplina, y que dice básicamente lo siguiente: arriba los corazones, que vienen tiempos mejores, porque el gobierno anterior lo hacía mal, y nosotros podemos hacerlo mejor. Vamos a mejorar las tasas de crecimiento y el empleo, y pondremos mano dura en el orden público. Y todo lo haremos construyendo grandes acuerdos.
El libreto ha funcionado bien hasta ahora. La tole-tole opositora que se armó con ocasión de las comisiones de infancia y seguridad, tiene su origen en el eficaz libreto del gobierno. Piñera sabe que si la oposición sigue dividida entre la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio, la derecha puede ganar elección tras elección. Pero no por eso el libreto se transformará en relato.
El problema surge cuando algunos de sus ministros sectoriales se salen de libreto. Y no solo porque al hacerlo se pierde el foco comunicacional. El problema surge porque en aquellas salidas de libreto, los ministros han traslucido el verdadero relato que el gobierno no quiere verbalizar: la segunda administración del Presidente Piñera se trata de retrotraer. Por más que el candidato Piñera antes de la segunda vuelta prometiera gratuidad o AFP estatal, lo cierto es que el verdadero relato de muchos en la derecha, es poner marcha atrás en las reformas y acelerar el motor neoliberal.
¿Cómo no explicar así las salidas de libreto del Ministro de Educación? Al Ministro Varela le carga la gratuidad, la halla cara, injusta y regresiva. El lucro en la educación lo encuentra sano, competitivo y eficiente. La desmunicipalización le da lo mismo. Las nuevas universidades estatales probablemente ni las conoce. Pero nada de esto está en el libreto. Por eso su sarcasmo y su desgano.
¿Cómo explicar, si no de esta forma, que al Ministro de Justicia se le ocurra señalar que su gobierno dejará de lado la carrera y el mérito en la judicatura, y "neteará" –tal cual, "neteará"-- la selección de jueces para poner más gente de derecha? El libreto dice que los Ministros de Justicia deben respetar al Poder Judicial. Pero internamente, en la derecha siguen pensando que, por ejemplo, los escándalos Penta o Corpesca son producto de una confabulación de fiscales y jueces izquierdistas.
¿Y las declaraciones de Juan Andrés Fontaine y aquello de que es bueno que se atochen las carreteras porque eso demuestra dinamismo económico? ¿O el Ministro Valente, que trató de mentirosa a la ex Presidenta?
¿Y qué tal la salida de libreto del Ministro de Salud y el decretismo con que operó para, en los hechos, permitir la más amplia objeción de conciencia institucional? Allí la salida de libreto fue mayúscula: ni siquiera le avisaron al Presidente. Pero en la derecha genuinamente prefieren que no existiera la ley de aborto en tres causales.
En definitiva, las salidas de libreto no son casuales, son verdaderos actos fallidos de parte de las autoridades. Y son muy ilustrativas a un mes de comenzado el gobierno. Cuando pase el libreto de instalación --aquel de los tiempos mejores, el crecimiento y la unidad-- vendrán necesariamente los detalles de las promesas. Y allí se verá realmente cuál es el famoso relato.
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