El laberinto de Mario Salas

Mario Salas en conferencia de prensa

En serio, si Salas cree que no se puede jugar así, que no juegue. Que dé un paso al costado y le entregue la dirección técnica a alguno que no se sienta sobrepasado en el camarín y en la cancha. Al final, el ataque cobarde de los barrabravas desnudó el vacío de liderazgo y la confusión que reina en la banca y el plantel.



En la opereta que se vivió el domingo pasado en el Monumental vimos un episodio tan absurdo y sorprendente que en otras circunstancias parecería imposible, pero que en esa mascarada tragicómica cabía perfecto: tras la suspensión del partido, los hinchas estaban más indignados con Mario Salas que con la treintena de barrabravas profesionales que atacaron a sus propios jugadores con fuegos artificiales con el argumento falaz de reivindicaciones sociales.

Más que preocuparse de Nicolás Blandi con tajos en las piernas y trauma acústico, y el hecho de no poder terminar de ver un partido por el que se pagó una entrada muy cara, los seguidores albos exigían a los gritos que el entrenador renunciara como hecho prioritario. Por ahí no les molestó tanto que el partido se cortara, más allá de la forma criminal en que se hizo: en los 20 minutos restantes, Católica podía sumar varios goles. Colo Colo estaba grogui y contra las cuerdas.

En esos momentos, y frente a los micrófonos, el mismo Salas emitía una serie de conceptos tan confusos como el propio juego del equipo que dirige. De entrada, y esto es inentendible, no fue capaz de condenar a los malandras que apuntaron bengalas en contra de sus jugadores. Tanto les teme. Y después dijo algo que puede ser objeto de múltiples interpretaciones: "No se puede seguir jugando así".

A ver, ¿Colo Colo no puede seguir jugando así de mal? ¿El equipo no puede seguir jugando con un plantel distante del entrenador? ¿No se puede jugar con 30 pelafustanes disparando bengalas contra los jugadores? ¿Qué es "así"?

Faltó profundizar, pero ahí está la zona pantanosa para Salas, lo que diga le explota en la cara. El equipo juega, para el plantel que tiene, condenadamente mal. No hay excusa para estar nueve puntos atrás de Universidad Católica con apenas cuatro fechas. Dos o tres derrotas más, y Colo Colo queda fuera de la lucha por el título. Y eso que estamos en febrero recién.

Vuelvo a preguntar: ¿Qué quiso decir Mario Salas? ¿Colo Colo debe retirarse de la competencia? ¿Renunciar a la Copa Libertadores? ¿Entregarle el club a un grupo de transformistas ideológicos que imponen sus condiciones a punta de bengalazos? En serio, si Salas cree que no se puede jugar así, que no juegue. Que dé un paso al costado y le entregue la dirección técnica a alguno que no se sienta sobrepasado en el camarín y en la cancha. Al final, el ataque cobarde de los barrabravas desnudó el vacío de liderazgo y la confusión que reina en la banca y el plantel. Un autogol por todas partes.

PD: De los ocho barrabravas a los cuales Colo Colo les aplicará admisión de por vida, hay 20 identificados, la mitad ya tenía prohibición de ingreso por incidentes anteriores al 19 de octubre. Se habían colado reventando un torniquete y fueron directo a tirar bengalas. En resumen, fueron violentos antes por motivos diversos y ahora aprovecharon la cobertura del estallido social para seguir en sus andanzas. Es tan fácil desnudar las imposturas.

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