La montonera: FA vs. PC, un adelanto del próximo gobierno
En el próximo gobierno la lucha entre el Frente Amplio y el Partido Comunista será brutal. La ilusión infantil del presidente electo Gabriel Boric de que al PC lo trataría como un partido más de su coalición resulta a todas luces insostenible.
Las “Montoneras” fueron una triste creación latinoamericana. En medio de las luchas por la independencia de América, grupos sin orden ni objetivos, unidos exclusivamente por la ambición de obtener una tajada del botín, solían aparecer sorpresivamente en medio de los montes, para después dispersarse una vez conseguido el objetivo.
Las Montoneras son un buen ejemplo para describir las fuerzas políticas que apoyan al próximo gobierno (PS, FA, PC, independientes no neutrales, Organizaciones Sociales y escaños reservados) y cuya naturaleza ha quedado demostrada, una vez más, a propósito de la votación por la presidencia de la Convención Constituyente.
Fuerzas políticas que ante las necesidades electorales de la segunda vuelta presidencial lograron mantener una fachada de armonía, que a su vez hizo creíble la operación de cambio de imagen del presidente electo Gabriel Boric, terminaron, una vez obtenido el triunfo y disipado el temor al enemigo común, dispersándose en todas direcciones, dejando al descubierto las profundas diferencias que existen dentro de la izquierda chilena.
Cabe recordar que la izquierda en la Convención Constituyente tiene los votos suficientes para tomar decisiones y acuerdos sin necesidad de consultarlo con otro sector político, lo que hace que sea aún más bochornoso el hecho de requerir nueve votaciones para lograr la elección de una nueva mesa directiva.
El martes 4 de enero se realizaron ocho votaciones sin resultado positivo. Primero fue Ramona Reyes del PS, la que lideró las dos primeras votaciones con el apoyo de FA, PS e independientes no neutrales. La caída de Reyes puso en competencia a Cristina Dorador, la que tampoco prosperó, a pesar de alcanzar la expectante suma de 72 votos.
A Cristina Dorador le siguió la candidatura de Patricia Politzer, Patricio Fernández y Benito Baranda, ninguno de los cuales alcanzó el apoyo necesario. Por fin, al segundo día y en la novena votación resultó electa la constituyente María Elisa Quinteros proveniente de los movimientos sociales.
El resultado fue: María Elisa Quinteros 78, apoyada por el PC y sus aliados; Felipe Mena 35, de la centroderecha; Beatriz Sánchez 15, apoyada por el Frente Amplio; Roberto Celedón 14, apoyado por el Colectivo Socialista y Agustín Squella 11, por independientes no neutrales y otros.
Dichos resultados, si bien lograron generar un acuerdo para definir la nueva mesa de la Convención Constituyente, dejaron al descubierto las tensiones entre el conglomerado político del presidente electo Gabriel Boric y el Partido Comunista y la mayor capacidad de este último para aglutinar a los dispersos referentes de la nueva izquierda radical que ha surgido en el país en los últimos años.
En el próximo gobierno la lucha entre el Frente Amplio y el Partido Comunista será brutal. La ilusión infantil del presidente electo Gabriel Boric de que al PC lo trataría como un partido más de su coalición resulta a todas luces insostenible.
Gabriel Boric deberá someterse al mismo desafío de Salvador Allende, dirigir una Montonera como lo fue la UP, con un sector institucional y otro extremo, para el cual las instituciones de la democracia burguesa son un mero obstáculo que superar para implementar su hegemonía ideológica.
Un sombrío panorama se vislumbra en el futuro cercano del país a pesar del optimismo de algunos ingenuos que aún siguen en modo “negación” después de la derrota electoral del 19 de diciembre de 2021.