Máximo Pacheco o el regreso del Partido del Orden

La primera semana post 11 de marzo, la atención se concentró en el despliegue inicial del gobierno. Foco en la infancia, golpe de timón en Carabineros y el debut del ministro Blumel en el Congreso marcaron la pauta.

La siguiente semana, la recién pasada, los ojos pasaron a la oposición. ¿Cuál oposición? Hay varias en proceso de reagrupación y ajuste, pero concentrados en dos grupos principales: la continuación de la Nueva Mayoría y el debutante Frente Amplio.

La Nueva Mayoría está buscando el rumbo. El reciente anuncio del interés presidencial del ex Ministro Máximo Pacheco es un ejemplo de ello. Pareciera que el denominado partido del orden está intentando reagruparse tras el fallido intento de rescatar el liderazgo de Ricardo Lagos Escobar durante el año 2017. El problema, a mi juicio, es que más allá de los posibles méritos del ex ministro, no existen voces ni en su partido ni en la ciudadanía que levanten con fuerza su opción como una alternativa convocante y de futuro. Está por verse si se trata de un emprendimiento individual o de una iniciativa colectiva, coordinada para producir un efecto político, y con bases sólidas.  Mientras tanto, en la otra vereda de la coalición, el Partido Comunista sigue defendiendo regímenes que violan hoy los derechos humanos, y la tensión con la Democracia Cristiana sigue latente como antaño. Queda la sensación ambiente que la Nueva Mayoría (incluida la ex – Concertación) está llegando tarde a los debates, y no logra aún definir un perfil con el cual ejercerá el rol opositor.

Distinta ha sido la situación del Frente Amplio. Su debut ha estado marcado por su posición en dos temas coyunturales complejos: el conflicto Chile-Bolivia en La Haya, y la violencia agresión al ex candidato presidencial José Antonio Kast. En ambos casos, el Frente Amplio ha equivocado el camino. En el caso del conflicto con Bolivia, la actitud ha sido equívoca, en una de las pocas materias donde la unidad nacional suele darse por descontada. Así, ha abierto la puerta a la división de posiciones ante el conflicto, lo que dificulta la estrategia nacional ante un problema que se prolongará más allá del litigio en la tribunal internacional. En el caso de la agresión a José Antonio Kast, la actitud del Frente Amplio fue incómoda y errática. Incómoda porque no esconden que no toleran las opiniones y posiciones del ex candidato presidencial, y errática porque les costó condenar ordenada y sistemáticamente la violencia. No existió desde el inicio del tema una unidad de posición en el conglomerado para responder tajantemente con un no a la violencia. Hubo mucho "sí, pero…..".

Después de esta segunda semana de gobierno, y coincidente con el desempeño de la oposición, la evaluación del gobierno mejoró –aunque marginalmente- según la encuesta Cadem ¿Qué viene hacia el futuro?

El gobierno ha convocado a todos los sectores políticos a trabajar en comisiones para construir acuerdos más allá del Congreso en 5 temas prioritarios. En esto la convocatoria incluye tanto a la ex Nueva Mayoría como al Frente Amplio. Las oposiciones aún no toman posición nítida sobre cómo actuarán ante este llamado. ¿Participar? ¿Restarse? ¿Sumarse parcialmente? Ya veremos qué sucede. Esta decisión marcará en parte la hoja de ruta del futuro, y es relevante tener presente que la tarea de la oposición, junto con definir cómo responderle al gobierno de turno, consiste en ofrecer alternativas a los ciudadanos. Por ahora, eso aún está pendiente.