¿Renovación en el Colegio de Abogados?

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Arturo Alessandri puso a disposición su cargo de presidente del Colegio de Abogados.

Las críticas que se han escuchado en torno a la posible presidencia de Macarena Letelier generan dudas sobre esa revitalización. Se ha dicho que ella es muy joven y que no tiene una trayectoria dentro del Colegio. La gran pregunta es si esas características son algo malo o si, por el contrario, se usan como pretexto para mantener el status quo.



En enero pasado, más de cien abogadas y abogados presentamos una solicitud de reforma a los estatutos del Colegio de Abogados para incluir un criterio de paridad que permitiera integrar mujeres en la conformación de las listas y también en la composición del Consejo. Me atrevo a afirmar que quienes participamos de esta iniciativa jamás dimensionamos cuán potente iba a ser el efecto que generó esta propuesta.

En cuanto a la participación de mujeres, es interesante ver cómo algunas personas han querido descalificar las cuotas diciendo que la fórmula que se aprobó finalmente las perjudicó, porque algunas no pudieron asumir como consejeras a pesar de haber tenido altas mayorías, viéndose forzadas a dejarle un espacio a hombres que habían sido menos votados que ellas. Si pensamos que el Consejo anterior lo integraban sólo tres mujeres consejeras y que en este Consejo ahora somos ocho, es difícil considerar esto como una derrota. Cuando promovimos las cuotas, nunca lo hicimos para generar una guerra de los sexos, ni pretendimos que las mujeres acapararan todos los cargos. Por el contrario, siempre hablamos de la importancia de que hombres y mujeres participaran paritariamente en este espacio gremial.

Por otro lado, sabíamos que con las cuotas íbamos a aumentar la presencia de mujeres, pero creo que nadie esperó que en todas las listas en competencia, sin excepción, las mujeres fueran las más votadas. Y, además, varias de ellas se presentaban por primera vez como candidatas. Esto abrió una nueva discusión sobre quién debía presidir el Colegio de Abogados, en particular sobre la posibilidad de que Macarena Letelier fuera electa presidenta por ser la candidata más votada de la lista de los gremialistas. No es un secreto que los gremialistas tenían la mayoría para elegir al Presidente y que, en lugar de apoyar a Macarena Letelier, optaron por mantener a Arturo Alessandri a la cabeza del colegio (quien ahora puso su cargo a disposición).

La tensión sobre la presidencia del Colegio de Abogados abre una nueva discusión, que creo ya no tiene que ver con las cuotas, sino que con la proyección de futuro de la institución. Las cuotas no sólo incorporaron más mujeres en el Consejo y disminuyeron el promedio de edad de los consejeros, sino que generaron una sensación de revitalización al interior de la institución. Pero las críticas que se han escuchado en torno a la posible presidencia de Macarena Letelier generan dudas sobre esa revitalización. Se ha dicho que ella es muy joven y que no tiene una trayectoria dentro del Colegio. La gran pregunta es si esas características son algo malo, o si, por el contrario, se usan como pretexto para mantener el status quo.

Si queremos que el Colegio retome la importancia que tuvo años atrás, tal vez hay que empezar por hacer las cosas de forma diferente y, en ese contexto, una larga trayectoria al interior de la organización no es necesariamente un factor que beneficia a una institución que no ha destacado el último tiempo. Asimismo, la juventud tampoco debería ser un problema. Basta mirar a la Presidenta del Colegio Médico, la doctora Izkia Siches, quien todavía no cumple 35 años de edad. ¿Se atreverá algún día el Consejo del Colegio de Abogados a tener la audacia de romper sus propios esquemas?

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