“La vida es muy corta y frágil para no invertir en seguridad”. Esas fueron las razones que esgrimió una mujer en TikTok para contratar un guardaespaldas para ir a comprar a la Vega Monumental de Concepción.
Y es que mediciones como la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) revelan que cerca del 90,6% de los chilenos percibe que la delincuencia aumentó en el país, lo que ha generado que servicios como los de escolta hayan tenido un importante crecimiento.
Casos como el de la mujer de Concepción se repiten cada vez más, según detalla Marco Price, representante de Defense Security Chile, quien describe que antes estos eran servicios “muy poco comunes porque la gente no sentía la necesidad. Hoy lo es”.
En ese sentido, el experto en seguridad detalla que los escoltas, o comúnmente conocidos como “guardaespaldas”, son requeridos, en general, por empresas extranjeras para que se proteja a sus trabajadores en sus traslados en el país. Sin embargo, recientemente se les ha fichado para proteger a hijos de diplomáticos en trayectos al colegio, así como también cuando las personas van a realizar retiros de dineros, traslado de especie de valor o, incluso, al concurrir a tribunales.
Karim Zahri, jefe de escoltas All Vip, explica que en el último año se ha incrementado en un 150% la prestación del servicio de guardaespaldas, e incluso un poco más. “La gente se ha dado cuenta que es mejor prevenir que lamentar; antes siempre nos contrataban cuando a la persona ya le había pasado algo”, dice.
Una advertencia eso sí que hacen desde la industria es que estos servicios, que en el caso de All Vip pueden partir en los $100 mil, no se pueden prestar por hora. Zahri explica que el paquete de seguridad contempla la creación de rutas para el traslado, la planificación de vías de escape e incluso “el escolta debe saber dónde están los hospitales más cercanos”.
Si bien las empresas reconocen que no pueden cargar armas debido a la legislación, el jefe de escoltas de All Vip sostiene que los guardaespaldas “han hecho cursos en el extranjero y otros han sido parte de las Fuerzas Armadas. No podemos portar armas, pero si hay que poner ‘el pecho a las balas’ por la persona que estamos cuidando, efectivamente lo vamos a hacer”.
El subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, advierte que actualmente la actividad de escoltas “no solo no está regulada, sino que además cae en un mercado sin normas, que no asegura ningún estándar de calidad, ni cursos de capacitación, ni protocolos de actuación, ni requisitos mínimos de quienes ofician como tales”.
Seguridad blindada
Otro de los servicios que también han experimentado un crecimiento, aunque más controlado, es el blindaje de vehículos. Según detalla Sebastián Chadwick, gerente general de App Blindajes Chile, antes tenían cinco requerimientos al mes; sin embargo, desde este año la demanda aumentó en diez al mes, incrementándose sobre todo este segundo semestre.
El gerente explica que hasta hace algunos años “los requerimientos de este tipo de trabajos eran bastante bajos”, pero actualmente el aumento de encerronas y portonazos ha generado que las personas quieran proteger sus vehículos de balas y ataques.
Estos servicios parten desde los $14 millones. El alto costo, sin embargo, se puede enfrentar -dicen- con programas de financiamiento. Los clientes principales que concurren a blindar sus autos son empresarios, así como también ejecutivos del mundo corporativo. “Empresas multinacionales, corporaciones, bancos, empresas de seguridad y municipios están blindando sus autos”, sostienen.
Además de protección para los vehículos, empresas como Blindajes Chile también ofrecen el trabajo de “blindaje inmobiliario”, el cual según explica su representante, Francisco Fuentes, es un servicio que también va al alza. “Hay más personas interesadas de las que creímos, entre ellas ciudadanos comunes y corrientes, empresarios e instituciones públicas”, detalla.
Trabajos como este en una casa de dos pisos pueden partir en los $20 millones, generando un cambio estético menor. Lo que se hace, explican desde la empresa, es “reforzar los ventanales con un marco que no se nota a simple vista, más el reforzado de pared, el cual va a depender del requerimiento del cliente y lo que esté dispuesto a invertir. Ese será el trabajo final”.
La seguridad privada
Las empresas de seguridad privada también han tenido cambios en el último tiempo. Hugo Ibaceta, presidente de la Asociación de Empresas de Seguridad Privada y de Transporte de Valores (Aseva), asegura que los servicios “han tenido un aumento más o menos del 15% durante el último año”. En esto, los equipos tecnológicos y los guardias de reacción -que cuentan con un fuerte equipamiento de protección tipo Robocop- son los más apetecidos.
Con todo, este mercado próximamente tendrá cambios. Y es que tras 14 años de legislación, recientemente se aprobó la ley que regula la seguridad privada, en la que no se incluyen servicios como el de escolta. Pese a eso, el subsecretario Vergara explica que “esta ley busca la profesionalización de quienes trabajan en el sector, en una ley marco que supere la dispersión normativa actual, que se encuentra obsoleta”.