El jurista y politólogo “internacionalista” -como se define en sus redes sociales- se convirtió en el principal fichaje del cambio de gabinete adoptado ayer por el Presidente Gabriel Boric.

La nominación de Alberto van Klaveren (cercano al PPD) en Relaciones Exteriores, la cartera que sufrió la mayor reestructuración de todo el cambio de gabinete, fue acompañada con la designación de Gloria de la Fuente (PS) en la Subsecretaría de RR.EE. y el enroque de Claudia Sanhueza (RD), quien pasó de la Subsecretaría de Hacienda a la de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei).

Todos estos nombramientos fueron una señal del Presidente para dar un remezón a la Cancillería, que hasta ayer era conducida por Antonia Urrejola (independiente PS), quien no logró establecer una adecuada sintonía con los anteriores subsecretarios: José Miguel Ahumada (Subrei) y Ximena Fuentes (RR.EE.).

Es la primera vez, desde 1990, que esta cartera enfrenta una renovación completa de su plana mayor en medio de un gobierno.

En el último año, la Cancillería estuvo sometida a una constante tensión, debido a que allí se manifestó en forma más cruda el choque de las dos almas de la alianza gubernamental. Por un lado estaba Urrejola, quien era representante del Socialismo Democrático y heredera del pensamiento de la Concertación. Por su parte, sus subsecretarios, que tienen domicilio en el Frente Amplio, eran más cercanos a una mirada revisionista.

Además, se sumaron episodios como la filtración de un audio con una conversación privada del equipo de Urrejola, donde la misma exministra y sus asesores denostaban al embajador de Argentina, Rafael Bielsa, y se referían en términos críticos al senador PPD Jaime Quintana (presidente de la Comisión de RR.EE.) y a la misma exsubsecretaria Fuentes.

Los errores del propio Boric en materia internacional (lo que revelaba una falta de control, asesoría e incidencia de la Cancillería en las acciones del Presidente) y la conflictiva estrategia para aprobar el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP11) -tema defendido por Urrejola, pero resistido especialmente por Ahumada- añadieron más elementos al actual momento crítico de la política exterior.

Precisamente, una de las tareas de Van Klaveren (74 años), quien ya fue subsecretario de RR.EE., embajador y además agente de Chile ante La Haya, será poner su experiencia para tratar de encauzar el trabajo de la Cancillería luego de este período de tensiones y polémicas.

Al ser consultado ayer respecto de si mantendrá algunas definiciones de su antecesora, como la política exterior feminista y “turquesa” (respetuosa del medioambiente), ratificó que esos principios serán parte de su gestión.

“En la política exterior siempre hay elementos de continuidad y elementos de cambio, y justamente el encargo que nos ha hecho el Presidente es potenciar los elementos de continuidad que en realidad reflejan el alma de la política exterior chilena, me refiero a nuestras relaciones vecinales, me refiero a nuestro respeto al Derecho Internacional. Me refiero al respeto irrestricto a los derechos humanos, un tema de continuidad en Chile a partir del año 1990, y también a la tradición multilateral de Chile, una tradición de la que todos estamos orgullosos y a la que todos y todas han contribuido”, dijo.

“Hay también elementos de cambio. Efectivamente, el tema de una política exterior feminista es un tema que llegó para quedarse. La paridad es un objetivo de todo el gobierno y también de la Cancillería. Y lo mismo puedo decir respecto de los temas de medioambiente, lo que es cambio climático y la protección de nuestros océanos, un tema que está de gran actualidad y en el cual Chile, a través de mis predecesores y predecesoras, realmente ha estado en primera línea. Así que sí, son elementos de cambio, pero que se combinan con los elementos de continuidad”, añadió el canciller.

Si bien la implementación del TPP11 ya superó su tramitación ante el Congreso y su fase más crítica -luego de que el Frente Amplio y el PC cuestionaran que no era parte del programa de gobierno-, Van Klaveren siempre fue partidario de este tratado.

“El TPP11 es un instrumento importante en la inserción internacional de Chile”, dijo en diciembre de 2021 a The Clinic.

El diplomático -quien habla inglés, francés y neerlandés- nació en Amsterdam, Países Bajos, en 1948. Hijo de padres judíos, quienes sobrevivieron a la persecución nazi y a la Segunda Guerra Mundial, Albert van Klaveren Stork llegó a Chile a los dos años.

Con el tiempo adoptó el nombre Alberto y estudió en la Universidad de Chile, donde obtuvo distinción máxima como Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Tras egresar de la Casa de Bello, realizó un Master of Arts en Relaciones Internacionales en la Universidad de Denver y un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Leiden.

Fue embajador ante la Unión Europea durante el gobierno de Ricardo Lagos y luego subsecretario de RR.EE. en el primer gobierno de Michelle Bachelet.

Posteriormente asumió como agente de Chile ante la Corte de La Haya frente a la demanda marítima de Perú. En noviembre de 2009 renunció al cargo de subsecretario para asumir exclusivamente como agente y encabezar la defensa de Chile en el diferendo marítimo. Al asumir Sebastián Piñera en la Presidencia de la República, en su primer mandato, en 2010, fue ratificado en su tarea ante La Haya, en la que se mantuvo hasta 2014.

Hasta antes de su nombramiento se desempeñaba como director de la Unidad Académica Relaciones Jurídicas y Económicas Internacionales del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, establecimiento donde ha ejercido durante décadas como docente.

Su nominación fue valorada en la oposición.

“Es una señal positiva. Su trayectoria política, diplomática y académica estará a la altura para conducir los intereses y desafíos globales de Chile”, dijo Issa Kort (UDI), exdiputado y exembajador ante la OEA.

Diego Schalper, diputado y secretario general de RN, señaló que era “una buena noticia que haya hecho una modificación sustantiva” en la Cancillería.