Columna de Felipe Retamal: La revuelta de Los Tres, con mi voz de plata haré temblar

Por Felipe Retamal, subeditor de Culto de La Tercera

En su momento, el gran plus de Los Tres era su capacidad para hacer música de vocación popular, sustentada en la competencia de sus músicos. Entendían que el truco es poner su técnica al servicio de las canciones, no al revés. Por eso es que el regreso de su formación original tras 23 años, incluyendo al baterista Francisco “Pancho” Molina, era imperdible. En su Concepción natal, el grupo dejó en claro su calado como fenómeno de la música popular chilena.

En la tarde del jueves el cuarteto convocó a una audiencia transversal en la Plaza de la Independencia; muchachos que probablemente no nacían cuando el grupo descollaba en los 90′, familias completas, oficinistas, curiosos, escolares cimarreros y hasta una anciana en silla de ruedas que junto a su prole se ubicó a un costado de la mesa de sonido. Todos fueron remecidos por la calidad musical del grupo, intacta y con una sorprendente garra. Alguno hasta derramó una discreta lágrima. Más tarde, la organización estimó una asistencia cercana a las 20 mil personas. El lleno en la plaza era tal que moverse era complejo.

Hace unos días, Kevin Martin, el líder de los estadounidenses Candlebox, me decía que en su opinión, hoy las bandas de rock suenan iguales. Comparto su apreciación, extensiva al pop y a la música urbana. Por ello es que es tan importante el regreso de Los Tres, un grupo que pese a su evidente fibra retro, sí logró consolidar una propuesta original y totalmente chilena.

Se hace necesario, entonces, redondear este regreso con material nuevo. En la conferencia de prensa posterior ratificaron que vienen novedades. Y aunque la lamentable coincidencia de sus shows en el Movistar con las fechas con Los Bunkers en el Nacional, a primera vista puede leerse como una encrucijada difícil de soslayar, marca el interés del público por propuestas ricas en calidad musical y de tono criollo.