Columna de Gabriel Gaspar: El soldado Vargas y la relación civil-militar

Por Gabriel Gaspar, cientista politico, ex subsecretario de Guerra, FF.AA. y Defensa

El lamentable y triste fallecimiento del soldado Vargas sigue en la palestra. Debe ser así hasta que no se esclarezcan plenamente las causas de su muerte y se definan las responsabilidades. Para ello debemos dejar actuar a la justicia y que avancen las pericias que corresponden. Allí tenemos una aleccionadora noticia: la ministra en visita, Jenny Book, en menos de 24 horas tras ser designada, se constituyó en Putre, subió a más de 4.300 metros hasta el campamento Pacollo, conoció en terreno el lugar de los hechos, e interrogó al personal. Luego hizo lo mismo en Putre. Mis respetos a la señora ministra, es el tipo de magistradas que los chilenos necesitamos para estos casos.

Con esa conducta, confío plenamente en que dirigirá con rigor profesional la investigación. Desgraciadamente su rapidez y presencia en el terreno no ha sido la misma de otras autoridades civiles, a más de dos semanas de los hechos. Por cierto, lamentable que las primeras versiones entregadas por el Ejército hayan sido criticadas por su propio comandante en jefe, una vez que el mismo se apersonara en terreno.

Existen versiones encontradas. Para dilucidarlas están las investigaciones. Pero ayuda poco una cierta polarización que vemos en torno al tratamiento del tema por algunos sectores. La legitima conmoción por la muerte del soldado Vargas vuelve a enfrentar visiones polarizadas en la civilidad. Por un lado emerge un rechazo profundo al mundo castrense, probablemente heredado de nuestra historia reciente, y por otro, se reactualiza ese concepto de “los nuestros” que se cultivó en los 17 años.

Lo que necesitamos es una revisión del Servicio Militar, parte integrante de la política de defensa, en cuya actualización estamos atrasados. La Defensa Nacional lo requiere. Esa era la vocación del soldado Vargas, quien se presentó voluntariamente. Que su muerte no sea factor de división, sino de un salto adelante para modernizar la Defensa que Chile necesita. Recuperemos la conducción político estratégica de la Defensa Nacional.