Columna de Ignacio Walker: Laguismo

Por Ignacio Walker, ex canciller

El laguismo es la socialdemocracia, la Concertación, la centroizquierda, la República, el camino de la reforma y no de la revolución o la refundación. Eso es el laguismo. Ricardo Lagos fue el primer Presidente socialista en entrar a La Moneda después de Salvador Allende. Su principal misión consistía en demostrar que el socialismo en el poder -con la DC en la Concertación- era capaz de gobernar, y de gobernar bien. Lagos terminó con un 72% de aprobación y con la economía recuperando un ritmo de crecimiento de 5% anual, reduciendo la pobreza y la desigualdad.

Sin embargo, el PS, su partido, le hizo la desconocida en 2017, al desechar su candidatura presidencial y preferir a Alejandro Guillier, quien aparentemente estaba algunos puntos más arriba en las encuestas.

Luego, el Socialismo Democrático cruzó a la vereda de enfrente para aliarse con el PC y el Frente Amplio. Con ello la centroizquierda quedó como un casillero vacío. Lo hizo, a pesar de que su candidata, Paula Narváez, cuando fue a proponer una primaria conjunta, y recibir un portazo en las narices, dijo ante todo el país: “El PC y el Frente Amplio no son garantía de gobernabilidad”.

Tras el triunfo de Gabriel Boric se incorporó al gobierno, en segunda fila (conforme a la teoría de los anillos, en virtud de la cual hay accionistas clase A, el PC y el Frente Amplio, y accionistas clase B, el Socialismo Democrático).

Luego, el PS y el PPD se sumaron con todo a la campaña del Apruebo, desoyendo el sabio consejo de Lagos de que un texto constitucional requiere de un acuerdo amplio. ¡Cómo lo trataron! El secretario general del PS dijo públicamente que Lagos tenía que “rectificar”. No lo hizo, y se mantuvo en una postura de Estado.

Lo que plantea la reestructuración del gabinete, con la incorporación del PS y el PPD a la primera fila, es la posibilidad de un nuevo equilibrio. ¿El Laguismo al poder? No todavía, para ello el Socialismo Democrático tendría que reconciliarse con Lagos.