Columna de María Teresa Ruiz: Artemis ya va camino a la Luna
Por María Teresa Ruiz, astrónoma Universidad de Chile
¡Bravo, ya era hora! Como humanidad debemos intentar dar un nuevo pequeño paso en la exploración de nuestra vecina más cercana, la Luna. Ya pasó medio siglo desde las misiones Apollo y hoy la tecnología ha avanzado a niveles inimaginables en la era de esas extraordinarias misiones que nos abrieron el camino a soñar con explorar en persona nuestro Universo, al menos nuestro Sistema Solar. Hoy se discute y planifica viajar a Marte, incluso el establecerse allí, un desafío no menor que requiere que nos pongamos en marcha nuevamente y similar a lo que le ocurre a una persona postrada por un largo tiempo que necesita aprender nuevamente a dar sus primeros pasos, así Artemis inicia su misión de explorar la Luna en etapas.
Primero se lanzó Artemis I, en que se prueba la nueva tecnología, el software y en general todos los sistemas que llevarán a seres humanos a la Luna sin riesgos para sus vidas, para ello usaran muñecos similares a un ser humano con sensores que indiquen el estrés al cual están siendo sometidos, parecido a lo que se hace para probar la seguridad de distintos modelos de automóviles. El vehículo con los maniquíes dará una vuelta a la Luna para después regresar a la Tierra descendiendo en el océano ayudado por grandes paracaídas.
Después de analizar los resultados y asegurarse del buen funcionamiento del equipo y que los muñecos hicieron el viaje sin sufrir daños que pudieran afectar a una persona de carne y hueso, se iniciaría una segunda misión esta vez tripulada por astronautas humanos que darán unas vueltas a la Luna, probando distintos equipos para regresar a la Tierra amarizando, como ya es costumbre en las misiones de la Nasa. Si todo sale bien será recién en la tercera misión Artemis, proyectada para aproximadamente cuatro años más, en que la tripulación descenderá en la superficie lunar. Este nuevo gran paso para la humanidad se logrará gracias a los avances en ciencia y tecnología de las últimas décadas. Debido a que hoy tenemos una humanidad diversa, mucho más que hace 50 años, los nuevos pasos que quedarán plasmados en la Luna serán de distintos géneros y razas, representando así a toda la humanidad e inspirando con ello a niños y niñas a soñar con ser astronautas.
Después de este primer gran hito, en que los y las astronautas harán experimentos y estudios durante algunos días, con el objeto de preparar lo que se espera ocurra en una serie de futuras misiones Artemis, se proyecta construir en la Luna un lugar donde los seres humanos puedan vivir y trabajar. El objetivo de estas misiones será la construcción de la infraestructura que pueda ser usada en un futuro viaje tripulado al planeta Marte.
Otra muestra de cuánto ha cambiado el mundo es que estas misiones Artemis se realizan con el aporte y colaboración de más de 30 países así como de entidades privadas. Este plan de “urbanizar” la Luna es un desafío enorme el que sin duda nos abrirá nuevas puertas al desarrollo tecnológico por el bien de toda la humanidad, ¡es muy emocionante!
Si, muy emocionante, pero guardo la secreta esperanza de que durante los trabajos que se realicen en la Luna por seres humanos y por casualidad, se pueda encontrar una pista del origen de nuestro misterioso satélite natural, la existencia de la Luna es una anomalía. De acuerdo con las teorías de la formación del Sistema Solar, los planetas más cercanos al Sol, que tienen superficies sólidas como son Mercurio, Venus, la Tierra y Marte, no deberían tener satélites.
Fobos y Deimos, que orbitan el planeta Marte, son asteroides atrapados por la fuerza de gravedad marciana, posterior a su formación como planeta. El origen de la Luna es incierto, se postula que fue fruto de un encuentro muy violento entre la Tierra ya casi sólida con otro planeta más pequeño, las simulaciones numéricas de una colisión como esa muestran que el corazón de ese planeta pequeño en el que se encontraban todos los minerales más pesados, como el cobre, el oro, la plata, etc. Quedó plasmado en la corteza terrestre sin posibilidad de sumergirse hacia el centro de la Tierra. Por otro lado las rocas más livianas de la superficie del pequeño planeta formaron un disco de escombros que en unos cien millones de años se aglutinaron para formar la Luna.
Hoy la vida florece en la Tierra gracias a estos minerales que están en la superficie, elementos que además tienen un papel esencial en nuestro desarrollo tecnológico. Ojalá se pudiera encontrar en la Luna vestigios que puedan confirmar este escenario tan sorprendente. Artemis llegará a la Luna equipada con el instrumento más sofisticado para explorar lo desconocido: el ser humano. Nos esperan descubrimientos que ni siquiera imaginamos.
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