Columna de Philipp Adorf: Elecciones en Alemania: el centro se mantiene, por ahora
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Por Philipp Adorf, Universidad de Bonn, Alemania.
Las elecciones de 2025 en Alemania marcaron un momento decisivo. A lo largo de la historia de la República Federal los dos partidos líderes siempre habían sido los demócratas cristianos (CDU) y los socialdemócratas (SPD). Sin embargo, esta vez no fue así. En cambio, el partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD) se aseguró el segundo lugar, duplicando su porcentaje de votos con respecto a 2021 y desplazando al SPD al tercer lugar, con su nivel de apoyo más bajo desde fines del siglo XIX.
Incluso el ganador oficial, Friedrich Merz y su CDU de centroderecha tuvieron pocos motivos para celebrar. Su porcentaje del 28,5% representa el segundo peor resultado del partido en la historia, solo 4,3 puntos más alto que en 2021. Si los eventos se desarrollan como se espera, ahora se formará una coalición entre la centroderecha y la centroizquierda. En el pasado, se les denominó “gran coalición”, pero hoy el término no parece muy adecuado, ya que los dos partidos juntos poseen poco más del 40% de los votos, un marcado contraste con el 70% que tenían hace apenas dos décadas.
Ambos partidos enfrentan ahora el desafío de forjar una coalición a pesar de sus posiciones divergentes sobre cuestiones clave, que van desde la política económica hasta la migración. También son muy conscientes de que los partidos gobernantes han sufrido reveses electorales en los últimos años en la mayoría de las democracias occidentales. La longevidad de una alianza de este tipo sigue siendo incierta, ya que cada partido intentará conservar la lealtad de su electorado principal al tiempo que se ve obligado a hacer concesiones sustanciales.
Los principales beneficiarios de estas elecciones se encuentran en los márgenes ideológicos. Los socialistas de Die Linke protagonizaron una notable recuperación. Hace apenas un mes, parecía que estaban a punto de no alcanzar el umbral del 5% para la representación parlamentaria. Sin embargo, su vigorosa campaña, posicionándose como el único partido dispuesto a enfrentar sin complejos el aumento de la extrema derecha, resultó eficaz, impulsándolo al 9%, casi duplicando su porcentaje de votos anterior.
Pero la estrella de la noche fue Alternativa para Alemania. El partido se ha convertido cada vez más en el punto focal de la política alemana, lo que plantea dudas sobre si puede mantenerse su aislamiento por parte de otros partidos. La esperada coalición CDU-SPD entre los dos poderosos del pasado podría fortalecer aún más las perspectivas de la AfD de emerger como el partido más fuerte de Alemania, ya que Friedrich Merz puede tener dificultades para definir la identidad conservadora de su partido dentro de una coalición que incluye a un socio de izquierda. Considerado durante mucho tiempo un faro de estabilidad, la agitación de la política alemana está destinada a continuar.
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