Columna de Víctor Hugo Castañeda: Hay que pensar en las próximas eliminatorias
Por Víctor Hugo Castañeda, ex seleccionado nacional y entrenador
Tras la derrota en Lima, será muy difícil que Chile clasifique al Mundial de Qatar. Pero no imposible. Porque estos muchachos, después de todo lo que nos han dado, quieren seguir ganando cosas y ya no juegan por dinero, sino por la gloria. Por lo mismo, el fútbol chileno debe honrarlos buscando un recambio que esté a la altura. Hoy es tiempo de realizar la renovación que no se hizo cuando se tuvo éxito y no volver a cometer el error de Jorge Sampaoli: el técnico de la Selección no solo se debe preocupar de sus números personales, aunque se transforme en el más exitoso de todos los tiempos. También debe pensar en el futuro.
¿Se imaginan si el mismo Guillermo Maripán, por nombrar a uno, hubiese tenido la posibilidad de entrenar y jugar con Alexis, Gary y Vidal en su mejor momento?
Es urgente buscar jóvenes que puedan ser guiados por la Generación Dorada en los partidos que restan, para que desde ya comencemos a prepararnos para el Mundial de 2026. Con ello, no solo se ganará tiempo, sino que también se le podrá entregar un último regalo a estos jugadores que nos llenaron de gloria: la trascendencia.
También se necesita un liderazgo en la ANFP que no transe sus convicciones para caer en populismos y que pida asesoría a diversos directores técnicos para implementar un proyecto que se mantenga firme por los próximos cuatro años. Junto a ello, hay que reformular el trabajo en las selecciones menores para que nunca más un entrenador tome a la Sub 20 sin haber dirigido antes en Primera. Recordemos que hoy no será tan fácil sacar nuevos valores, pues el fútbol joven estuvo parado los dos últimos años por los efectos de la pandemia.
Más complicado aún será mejorar nuestro campeonato. Hoy se juegan 23 minutos promedio por tiempo y a una baja intensidad, por lo que -cuando nos toca competir afuera- siempre pasamos vergüenzas. Y no es solo un problema de dinero, porque se puede tener una competencia rigurosa, exigente y con promedios de 30 minutos de juego efectivo sin tener que gastar en grandes estrellas.
Y si alguien piensa que todo esto es imposible, es porque no ha pensado en que cualquier objetivo es alcanzable si todos los estamentos que giran en torno a esta actividad se unen. Quizás pudimos ir a Qatar y olvidarnos de este mal momento. Pero no habríamos aprendido nada.