Álvaro Peralta Sáinz
Cronista gastronómico.

Crítica gastronómica de Don Tinto: Ambrosía Bistro, ¡no se vayan!

7 jun 2024 08:47 PM

Foto: Instagram Ambrosía Bistro

Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.

Hacía bastante tiempo que no visitaba este pequeño restaurante dirigido por Carolina Bazán y Rosario Onetto, así que en la semana aproveché que andaba con tiempo y que el local estaba a medio ocupar, para sentarme en su barra a almorzar.

Ubicado justo en una esquina y con una visión perfecta tanto de la calle, como del salón y la cocina; revisé la carta y me tenté para partir con un Antipasti (sic) de Alcachofas ($8.000) y una copa de Cinsault Wildmakers Brisas de Guarilihue 2019, Itata ($6.000), más algo de agua con hielo para aplacar la sed inicial.

Tras un poco de demora llegó el antipasto y la verdad es que el tiempo transcurrido valió la pena, porque lo que tuve ante mí fue un plato perfecto. Se trataba de corazones de alcachofas previamente salteados con anchoas y alcaparras, pero servidos ya fríos, acompañados de una gruesa tostada de un pan hecho en el local y -según explicaron- con un fermento natural, apenas bañado con un poco de grasa de pato. Además, por encima de las alcachofas iba una buena cantidad de lascas de queso Grana Padano. La verdad es que tanto en conjunto como cada ingrediente por separado, esta preparación estaba perfecta. Una mezcla de ácido con salado más suavidad y crocancia que hacía el terminar el plato una combinación de placer y tristeza… ¡porque se acababa!

Para pasar las penas decidí pedir el Pecho de Cerdo ($18.000), el que demoró mucho menos que la entrada y consistía -obviamente- en un trozo de pecho de chancho cocinado por largas horas al vacío, servido sobre un muy suave puré de membrillo más habas y algunos trozos de betarraga y zanahoria confitados. Por encima alguna semilla de mostaza y algo de verde para dar frescor. Una vez más se trató de un plato perfecto. Una carne suave, sabrosa y con una exquisita capa de grasa que contrastaba con un puré agradablemente ácido y que cortaba justamente esa grasa, más las zanahorias y betarragas que aportaban un leve dulzor. ¿Las habas? Tiernísimas y en su punto justo de cocción. Al final, un plato de temporada en perfecta armonía. Y como guinda de la torta vale pena mencionar que el Cinsault estaba muy bien.

A pesar de alguna demora debo decir que este almuerzo fue, vuelvo a usar la palabra, perfecto. Porque a todo lo descrito hay que agregar un servicio de primera tanto en la atención en mesa como en la presentación y explicación de los platos. ¿Algo más? El lugar, tan agradable como siempre. Tan pequeño, tan de peatón, tan de Providencia. Leí por ahí que abren un nuevo Ambrosía en el MUT, más grande, y que tal vez se acabe este local. Ojalá que no, sería una pena. Dicen que han tenido problemas con la alcaldesa. Pero bueno, ella ya se va. Ojalá que Ambrosía se quede.

CONSUMO TOTAL: $32.500