Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.

Siempre me gustó el restaurante Miraolas del Paseo El Mañío en Vitacura. Por lo mismo, cuando supe el pasado mes de marzo que ahora pasaba a llamarse Cala temí lo peor. Es decir, que los cambios fueran poco afortunados y que nos quedáramos sin el antiguo local y con una deficiente nueva propuesta. Sin embargo, los comentarios sobre Cala por parte de algunas pocas personas que respeto en esto de la comida fueron positivos y me empujaron a pasar a tasar este viejo/nuevo lugar, cosa que hice hace algunas semanas.

Para partir decidí probar algo frito, porque siempre es bueno saber cómo anda la fritanga en una cocina ya que es un buen indicador en general de cómo se está trabajando en los fogones. Entonces, me decidí por los Dados de Congrio Fritos ($18.800) más una copa de Sauvignon Blanc ($4.200). En la carta se indicaba que se trataba de un plato para compartir y -aunque olvidé contarlos al llegar a la mesa- debo dar fe que eran muchos los dados de congrio y estaban fritos a la perfección. Es decir, tenían esa corteza crocante y bien sequita por fuera, pero un interior con la carne del congrio bien tierna. Y con la deliciosa salsa tártara que los acompañaba, quedaban aún mejores.

Mucho me habían hablado también acerca de que en Cala tienen machas crudas, algo poco visto en Santiago, así que decidí pedirlas ($16.800). Llegaron rápidamente y deben haber sido más o menos una docena. Venían con un sutil agregado de cebolla morada, limón y aceite. Sencillamente maravillosas, me hicieron recordar al Unicornio de Maitencillo. “Están vivas, más que frescas”, me dijo alguien. Esto, porque en Cala los mariscos se conservan en piscinas y se abren al momento de ser llevados a la mesa. Para cerrar opté por el Spaghetti con Almejas ($16.800), un plato que cumplía con la vieja máxima de menos es más, porque era pasta bien cocinada más almejas pequeñas, algo de ajo y perejil más el infaltable aceite de oliva. Todo en su justa medida. Impecable.

Me comentaron que los postres también andan bien en Cala, pero la verdad es que no quedaba tiempo, estómago ni presupuesto para seguir comiendo. Porque claro, aquí los precios no son de picada pero hay que reconocer que lo que se comió valió cada peso. Y ojo, quedaron varias cosas más por probar. Canapés, empanadas, ceviches, chupes, mariscales y más. Casi todo en clave chilena, pero con una vuelta de tuerca que juega con la simpleza y -por supuesto- la calidad de los productos. Así las cosas, no quedará otra que recuperar el bolsillo y volver.

CONSUMO TOTAL: $56.600

DIRECCIÓN: Av. Vitacura 3859, teléfono 998209480, Vitacura.

HORARIO: Lunes a sábado 12 a 23 hrs.

ESTACIONAMIENTO: Subterráneo (pagado).

PÚBLICO: Todo público.

EVALUACIÓN: ✮✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver