Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico
Supe de un colega, eterno habitante de la comuna de Santiago, que asegura -medio en broma, medio en serio- que por estos días el centro está tan peligroso que “hasta a Rambo le da miedo visitarlo”. La verdad, yo creo que no es para tanto. De hecho, si me apuran, diría que el gran problema de las peatonales de la comuna hoy es que ya no tienen el flujo de antaño. ¿Comercio ambulante? Algo hay, pero nada como el año pasado o incluso antes.
Todo esto lo pude comprobar caminando por el centro durante la semana, donde aproveché de almorzar en Fresa Salvaje, una fuente de soda que funciona en Huérfanos -entre Teatinos y Amunátegui- desde hace unos siete meses y que me habían recomendado mucho. En su menú destacan churrascos, hamburguesas, completos y una variedad de buenos platos. Sin embargo, dicen que su almuerzo del día ($9.800) es algo que vale la pena probar. Así que justamente eso fue lo que pedí.
Recién instalado en una pequeña mesa con vista a la calle, como todo el local, llegó un jugo de pera (para qué vamos a hablar una vez más de lo mala que es nuestra ley de alcoholes que le quita valor a tantos locales privándolos de la oportunidad de tener una patente), una mini marraqueta calentita y una especie de pebre muy rico que en vez de tomate llevaba manzana verde picada bien pequeña. Luego llegó la entrada: una empanada -en masa de sopaipilla- con dulce de membrillo (de elaboración propia) y queso de cabra. Una combinación que no se lee tan apetitosa pero que lo cierto es que resultó increíble, con gran equilibrio entre lo dulce y lo salado de su interior más un toque apenas dulzón de la masa que a ratos recordaba a una salteña. Para pedir una docena y llevarlas a casa.
Luego vino el fondo. Un charquicán “veggie”. Es decir, sin nada de carne pero con un huevo de fritura perfecta y borde quemadito encima. La verdad es que resultó una delicia, con todos sus ingredientes picados bien pequeños, bien cremoso pero a su vez rústico y con ese aliño pasadito a comino tan chileno y tan rico. Al final, no se extrañó la carne. De postre un “carrot cake” también de elaboración propia, dulce y fresco, aunque tal vez habría sido mejor ir por la opción del café.
En resumen, salvo por la falta de una copa de vino, un almuerzo perfecto. Muy rico, contundente y a buen precio. Me comentan que la dueña de Fresa Salvaje es una joven cocinera que apostó por este céntrico local. En buena hora, porque cada vez que los cocineros escapan de las apuestas seguras y toman un riesgo eso se nota -para bien- en sus platos.
CONSUMO TOTAL: $9.800
DIRECCIÓN: Huérfanos 1359, teléfono 982997393, Santiago.
HORARIO: Lunes a viernes 9 a 18 hrs.
ESTACIONAMIENTO: No tiene.
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver