Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

Era el último viernes de las vacaciones de septiembre de mi hijo, así que aprovechamos de visitar este local de la avenida Pedro de Valdivia. Llegamos a eso de las cuatro de la tarde y aún había que hacer fila para entrar. Afortunadamente la cosa avanzó rápido y a los pocos minutos estábamos ya instalados en la barra (ahora también hay una terraza exterior con mesas).

Pedimos lo de siempre. Un Barros Luco ($7.500) y una bebida ($1.900) para mi hijo y un Rumano completo ($7.500) más una Garza ($3.400) para mí. Llegaron primero los líquidos, luego el Barros Luco y finalmente el Rumano. Mientras esperaba la comida vi pasar sendos completos -casi cuadrados- que unas adolescentes muy delgadas luego engulleron con verdadera maestría.

¿Cómo estaban nuestros sándwichs? Como siempre, espectaculares. El Barros Luco con carne y queso que se salía por los bordes de ese típico pan que usan en la Fuente Alemana y que está a medio camino entre una frica y un amasado. La carne cortada en trozos pequeños más el abundante queso se fundían perfectamente con el pan, dejando el sándwich prácticamente sellado. Le pedimos a la señora que nos atendió que lo cortara en cuatro (acá los sándwichs se sirven enteros) y lo cierto es que se fue rápidamente. Apenas pude probarlo, para dar fe que estaba muy bueno; incluso mejor que otros que había probado anteriormente en este mismo local. ¿Y el Rumano? De campeonato. Alto e imponente. Con esta bola de carne de chancho y vacuno más ajo y ají bien gordita, con los tradicionales agregados de chucrut, salsa de tomates y esa mayonesa que -insisto- deberían vender en frascos para llevar a casa. Tan grande era el sándwich que el pan de arriba quedaba haciendo equilibrio y seguramente haría enfadar a cierto crítico gastronómico. Pero así son las cosas en la Fuente Alemana (y en buena parte de las fuentes de soda chilenas), por lo que tuve que atacar el sándwich con cuchillo y tenedor, no sin antes agregarle una buena dosis de esa maravillosa mostaza que siempre tienen en este lugar. En resumen, un banquete perfecto.

¿El resto? Todo igual que siempre. La barra llena con abuelas, padres con sus hijos, grupos de amigos y hasta unos amantes por ahí. Las señoras que atienden siempre cordiales y atentas a todo. Los funcionarios varones del local relegados a servir las bebidas y poco más. Los pajarones de siempre preguntando si tienen ketchup y las señoras dichosas diciéndoles que no. Es cierto, hay muchas buenas nuevas sangucherías, pero todavía ninguna puede generar experiencias como la de la Fuente Alemana (y su primo de Plaza Baquedano).

CONSUMO TOTAL: $20.300

DIRECCIÓN: Pedro de Valdivia 210, teléfono 228196825, Providencia.

HORARIO: Lunes a sábado 10 a 21:45 hrs.

ESTACIONAMIENTO: No tiene.

PÚBLICO: Todo público.

EVALUACIÓN: ✮✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver