Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico
Perdido a media tarde por la Avenida Padre Hurtado y con mucha hambre, de pronto en una esquina me encontré con lo que alguna vez fue una casa, transformada ahora en una especie de cafetería donde se ofrecen distintas preparaciones -para servir y llevar- de la cocina argentina. La verdad es que había escuchado mucho sobre Gregoria Cocina, pero no había tenido la oportunidad de visitar el lugar. Así las cosas, había que aprovechar la oportunidad.
Me instalé en la terraza del local, revisé la carta y noté que tenían chipás, esas masitas horneadas elaboradas en base a queso y mandioca, originarias de Paraguay pero que en Argentina se comen mucho. Jamás las había encontrado en Chile así que valía la pena probarlas. Pedí una porción ($3.000) y un agua mineral sin gas ($1.600). La mesera, muy atenta, me explicó que los chipá se hacían al momento así que demorarían un poco. Al final no fue tanto y llegaron, seis unidades, con la forma y gusto característicos de los chipás. Es decir, con una corteza durita y bien esponjosos en su interior. Solo les faltó un poco más de generosidad con el queso para estar perfectos.
Para seguir me tenté con una empanada de carne picante ($2.300), la que pedí para esperar una milanesa con papas fritas ($9.100) que ordené como plato de fondo. Vamos por la empanada: de tamaño pequeño y clásico argentino, horneada y con una masa un pelín gruesa para mi gusto. Sin embargo, su interior era puro sabor, con una carne picada a cuchillo más cebolla, cebollín, comino y un buen toque de ají picante. Picaba lo justo, estaba sabrosa y además bien jugosa. Aprobada.
Luego vendría la milanesa. Bien grande, tanto así que se extendía por buena parte del plato, ni muy gruesa ni muy fina, con un batido compacto bastante cargado al ajo y el perejil. Muy pero muy rica. ¿Las papas fritas? Decepcionantes, eran de esas de bolsa que venden congeladas en el supermercado. Debería haber pedido la ensalada.
En resumen, aunque con algunos bemoles, la comida en Gregoria Cocina estuvo bien de sabor y bastante cercana a lo que uno suele comer al otro lado de la cordillera. También hubo buenos detalles, como la atención sobresaliente de la mesera y ver al dueño siempre atento, supervisando el funcionamiento de su negocio. Algo muy argentino también, lo mismo que su música ambiental cien por ciento transandina. Antes de retirarme aproveché de comprar dos medialunas ($2.600) y tres alfajores de maicena ($2.300), los que comí más tarde en casa y que estaban realmente buenos. Al final, solo faltó una Quilmes de litro para acompañar la milanesa.
CONSUMO TOTAL: $20.900
DIRECCIÓN: Avenida Padre Hurtado norte 1376, teléfono 232649002, Las Condes.
HORARIO: Martes a sábado 10 a 19 hrs. Domingo 11 a 14 hrs.
ESTACIONAMIENTO: Propio (aunque pequeño)
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver