Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico
Roberto Merino en su libro Santiago de Memoria reflexiona en torno a la figura del General Holley, que peleó contra Balmaceda en 1891, en relación a que “nunca habría imaginado que cien años después su nombre se asociaría a faldas plisadas, canesúes y mangas tipo murciélago”. Claro, el texto es de 1997, cuando aún quedaban boutiques y casas de confección en la zona. Más tarde vendría la destrucción del barrio a punta de locales de happy hours para llegar a lo que es ahora, una zona en transición que -curiosamente- alberga a una buena cantidad de concurridos locales de ramen, kebabs, rolls y delicias orientales en general. Todos estos, muy visitados por una siempre joven clientela.
Justo al final de esta calle, ya en Avenida Los Leones, funciona uno de los boliches más nuevos y renombrados del barrio: Guksi, especializado en comida coreana y que cuenta con el aval que su -a estas alturas famoso- chef era hasta hace no mucho el cocinero de la embajada coreana en Santiago. Razón no menor como para pasar a probar su propuesta e instalarme en su pequeño comedor de mesas continuas en el que -curiosamente- no hay cocina alguna, porque esta se encuentra en el local del lado.
Como la carta es breve y se revisa rápidamente pedí todo de una sola vez. Un Guksi Bibim ($10.000) y una porción pequeña de pollo frito ($4.000). Quise agregar una porción de Kimchi a mi almuerzo, pero no tenían. ¿Un restaurante coreano sin kimchi? Es como una fuente de soda sin completos. Pero bueno, ya está. También quise tomarme una kombucha pero tampoco había, así que opté por una bebida ($2.000). Al poco rato llegó todo lo pedido. El Guksi Bibim es un plato tradicional coreano en base a fideos de trigo artesanal cocinados en un caldo de pollo concentrado. En esta versión van fríos y servidos con una pasta de ajo molida más salsa de maní, además de una salda de carne de chancho con un huevo pochado encima. Todo frío y bien mezclado, la verdad es que tenía un muy buen sabor, aunque apenas picantito. Sin embargo, la salsa de maní resultó demasiado espesa, lo que hizo imposible terminar el plato. ¿El pollo frito? Muy bueno. Eran unos seis trozos de pechuga con una fritura muy crocante y que combinaban muy bien con la espesa salsa agridulce que fueron servidos. Sin duda, lo mejor del almuerzo.
Tal vez al leer tantas reseñas y hasta entrevistas al cocinero me hice demasiadas expectativas con Guksi pero la verdad es que me faltó -además del kimchi- un poco más de potencia en los sabores. Tal vez les falta más rodaje, solo llevan unos meses. Bueno, quién me manda a ir a un restaurante nuevo.
CONSUMO TOTAL: $16.000
DIRECCIÓN: Nueva Los Leones 0140, Providencia.
HORARIO: Lunes a sábado 12 a 20 hrs.
ESTACIONAMIENTO: No tiene.
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver