Por Álvaro Peralta Sáinz, cronosta gastronómica.

Estamos más o menos de acuerdo que en la capital existe un puñado de muy buenos restaurantes peruanos que, aunque algo caros, lo dejan a uno muchas veces con los ojitos blancos tras disfrutar de sus preparaciones. Sin embargo, en el día a día uno suele visitar otro tipo de recintos peruanos, que son más accesibles y que están por casi todas las esquinas de la ciudad. Y ahí la cosa cambia. Primero, porque todos tienen prácticamente la misma oferta y segundo, lo más grave, han perdido ese sabor intenso traído desde el vecino país y que hace unas décadas nos conquistó a los chilenos.

Así, a ratos estos restaurantes peruanos me recuerdan a los cientos de comedores chinos que tenemos en Santiago y que también parecieran navegar con piloto automático y poco nervio en la cocina.

¿Por qué este largo preámbulo? Porque durante la semana justamente almorcé en un restaurante peruano cualquiera. En este caso, La Casa del Chef de calle Rancagua, justo en el límite entre Providencia y Santiago. Hacía prácticamente una década que no visitaba este lugar así que tenía la duda si seguirían con los buenos sabores de siempre o los habrían perdido, como tanto otros.

Instalado en su soleada terraza opté por un Ceviche Mixto ($13.800) y aunque me ofrecieron un pisco sour -tan comentado por estos días- preferí un Schop ($4.100), el que llegó a la mesa junto a unos pequeños pancitos que untados en un par de salsas picantes que también llegaron se transformaron en una adicción. Luego pude probar el ceviche, que aunque fue con reineta (el único pescado que parecieran manejar este tipo de boliches), ésta estaba buena y se complementaba muy bien con algunos calamares, ostiones y trocitos de pulpo más el tradicional mix de cebolla morada, choclo y camote. Bien aliñado, con el toque justo de limón, la verdad es que el ceviche se disfrutó.

Y aunque la entrada fue contundente seguimos con un Anticucho de Corazón ($11.500), que no demoró mucho y que consistía en dos brochetas con trozos de corazón de vacuno, bien dorados y bien salseados, realmente exquisitos; acompañados de papas doradas y salsa criolla.

No hubo postre esta vez pero sí satisfacción por ver a este restaurante conservando sus muy buenos sabores a lo largo de los años. En una zona que aún muestra las heridas de tiempos pasados revueltos y confusos, es bueno encontrarse con puntos altos que lo invitan a uno a volver y, sobre todo, a tener algo de esperanza en días tan grises como los actuales.

CONSUMO TOTAL: $29.400

DIRECCIÓN: Rancagua 43, teléfono 226651161, Providencia.

HORARIO: Lunes a sábado 12:30 a medianoche. Domingo 12:30 a 17 hrs.

ESTACIONAMIENTO: No tiene.

PÚBLICO: Todo público.

EVALUACIÓN: ✮✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver