Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.
En uno de los pocos episodios de su programa No Reservations que Anthony Bourdain dedicó a su ciudad, Nueva York, comentaba que a pesar de no vivir demasiado lejos, jamás visitaba Brooklyn. Me pasa parecido con Ñuñoa, que la tengo a no muchas estaciones de Metro desde Providencia, pero la verdad es que me cuesta visitarla. Más aún en estos tiempos, que tan poco fútbol se juega en el Estadio Nacional. Aunque no llego a tanto como un amigo escritor, también vecino de Providencia, que alguna vez me confesó que cuando visitaba Ñuñoa sencilla e inexplicablemente se deprimía.
¿A qué viene todo esto? A que hace algunos días la rutina me acercó hasta esta comuna, más específicamente hasta la tradicional Plaza Ñuñoa junto a mi hijo. Y ya que estaba ahí me pareció que era una buena oportunidad para visitar el boliche más tradicional del sector y la comuna: Las Lanzas.
El local estaba repleto, así que alcanzamos a ocupar la última mesa de la terraza, casi en la calle misma. Para partir pedimos un Barros Luco ($4.500) y un plato clásico del local, sus Choros Maltones ($6.000) más una bebida ($2.800) y un Schop Escudo ($4.500). Los bebestibles llegaron rápido pero hubo que esperar un poco por la comida, se notaba que estaban algo apanados con tanta gente. Por lo mismo, una vez que llegaron los alimentos, atacamos. Los maltones eran diez unidades, grandotes y aún tibios. Venían acompañados de un poco de caldo de cocción aunque creo que con salsa verde quedarían mejor. Aún así estaban muy sabrosos.
¿El Barros Luco? En marraqueta y ni tan grande, pero con una buena cantidad de carne y queso. De hecho fue un éxito, por lo que se pidió otro más, además de otra ronda de líquidos y una Vienesa Italiana ($3.700) para mí. Ahora la espera fue menor y debo decir que mi italiano, aunque algo compacto, estaba exquisito. Todo lo anterior, en una terraza llena de gente comiendo y circulando, además de artistas callejeros y personajes varios. Todo en una armonía y buena onda que me recordó a la calle Pio Nono en el Barrio Bellavista, claro está, en las noches de los años 90, cuando aún se podía visitar.
Antes de irnos pasamos al baño y notamos que al interior del local ya no está ese letrero que decía “Aquí fumamos todos” y obviamente ya no está Don Manuel en la caja ni el Negro Jorquera en su mesa de siempre. Aún así pareciera que en Las Lanzas el tiempo se detuvo y para bien, porque más allá del ejercicio de nostalgia que puede significar visitar este lugar, todo lo comido y bebido confirman que vive un muy buen presente. Al final, la mejor razón para volver a Ñuñoa.
CONSUMO TOTAL: $33.300
DIRECCIÓN: Humberto Trucco 25, teléfono 222255589, Ñuñoa.
HORARIO: Lunes a viernes 13 a 22 hrs. Sábado 13 a 20 hrs.
ESTACIONAMIENTO: No tiene.
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver