Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

Dicen que lo mejor tras una noche de fiesta es al otro día almorzar algo potente, ojalá frito, para componer un poco el cuerpo. Me acordé de esto a mediados de semana cuando caminaba por Colón a la altura del condominio Imago Mundi y a pasos de la Rotonda Atenas -lugares que jamás aparecerán en una postal de Santiago- más o menos a la hora de almuerzo y me encontré con Mei, un restaurante chino de barrio que tiempo atrás me habían recomendado. Y como justo andaba algo resentido por algunas vicisitudes de la noche anterior, me pareció que era una feliz coincidencia que valía la pena aprovechar.

De esta forma, me ubiqué en un rincón de un salón semivacío y con vestigios de un pasado mejor, hasta donde rápidamente llegó una señora de rasgos orientales que las oficiaba de garzona y también cajera. Tras revisar la carta opté por un menú clásico. Es decir, una porción de wantanes más una carne mongoliana extra ají y un arroz chaufa (todo por $11.900) más una porción extra de arrollados primavera ($3.500) y un agua mineral ($1.900) que llegó inmediatamente.

Pocos minutos después ya estaban en la mesa los wantanes, los arrollados primavera, la carne mongoliana y el arroz. Lo primero, hubo que descartar los wantanes porque no es que trajeran poca carne, si no que simplemente no traían nada, eran solo unos cuadrados de masa fritos. ¿Los arrollados? Espectaculares (5), de masa levemente gruesa, rellenos de verdura, crocantes por fuera y húmedos en su interior; con ese sabor característico que se encuentra siempre en este tipo de locales y que solo mejora con la salsa soya. Por su parte la carne mongoliana cumplía en lo de extra ají y las delgadas tiras de carne estaban blandas y ganaban mucho al comerse junto a la espesa salsa de la preparación. Lo mismo pasaba con el arroz chaufán. Es decir, una combinación clásica y ganadora que tantas veces hemos disfrutado en algún restaurante chino capitalino.

Algo tienen todos estos restaurantes desperdigados por la ciudad que, sin tener mayor relación entre ellos cumplen con un estándar de sabor al que nos hemos acostumbrado y por lo mismo no nos generan falsa expectativas.

Esto pasa justamente en Mei, un boliche que jamás aparecerá en un ranking, recibirá premios u organizará una cena a cuatro manos con un chef famoso. Pero aquí comen a diario cientos de santiaguinos de a pie que saben a lo que vienen y nunca se van decepcionados. Y si todo esto ayuda a componer el cuerpo tras una noche agitada, mucho mejor.

CONSUMO TOTAL: $17.300

DIRECCIÓN: Cristóbal Colón 7203, teléfono 222452556, Las Condes.

HORARIO: Lunes a domingo 11:30 a medianoche.

ESTACIONAMIENTO: Tiene (pequeño).

PÚBLICO: Todo público.

EVALUACIÓN: ✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver