Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

Desde que partió en 2014 este restaurante de avenida Vitacura dio que hablar con su propuesta japonesa de exquisita técnica y sabor que también tenía algunos guiños chilenos con el uso de ingredientes como piures o cochayuyo. Por lo mismo su itamae inicial fue muy destacado en su momento, lo mismo su ayudante, que tomó las riendas de la cocina cuando el primero salió de Naoki. Ahora no está ninguno de los dos, por lo que tenía curiosidad por ir a ver cómo seguía todo en este lugar.

Llegué un viernes a la hora de almuerzo a un local repleto, por lo que tuve que sentarme en la barra. Ahí pedí un agua sin gas ($5.300), la que llegó junto a una cortesía de la casa, una de esas pequeñas cucharitas con -en este caso- un corte de pescado blanco más un alga crocante, todo bañado en una exquisita salsa semidulce. Luego, quise recordar antiguas visitas, por lo que pedí un shot de piures ($9.000) que tuve que esperar algunos minutos. Pero vaya que valió la pena, porque estaba simplemente espectacular. Un vaso pequeño tipo tequila con una buena cantidad de trozos de piure bien limpios, bien aliñados con sésamo, cebollín, caldo de pescado, soya y algunas cosas más; lo que al final lo dejaba con una mezcla perfecta de dulce, salado y ácido. Un verdadero placer.

Para seguir quise apartarme de los hoy muy usados foie gras, aceite de trufa y el soplete; por lo que opté por un simple yakitori ($9.800) que también hizo valer su espera. Se trataba de tres pinchos con delgados trozos de pollo intercalados con láminas de hongo shitake, todo bañado en una exquisita salsa agridulce y un toque de sésamo. Realmente bueno. Crujiente por fuera pero aún tierno en su interior y con un sabor más que reconfortante. Nada quedó en el plato, ni la base de hojas verdes. Para cerrar opté por algo que no había probado nunca: el risotto ikura frío ($12.900). Armado justo al frente mío, consistía en un bowl con arroz frío más algo de salmón en láminas muy delgadas más ikura (caviar rojo) y un aderezo en base a wasabi. Para coronar por encima, un poco de textura crocante que parecía ser katsoubushi. Es decir, pescado ahumado y deshidratado. Una vez más, una preparación redonda como todo el resto del almuerzo.

Da gusto comprobar que un restaurante con casi una década de funcionamiento y marcado en sus inicios profundamente por un cocinero haya podido mantenerse en su excelencia a pesar de los cambios (y la pandemia). Además, con una atención de lujo.

CONSUMO TOTAL:

$37.000

DIRECCIÓN:

Av. Vitacura 3875, teléfono 222566281, Vutacura.

HORARIO:

Lunes a sábado 12:30 a 17 hrs. y 18 a 23:30 hrs. Domingo 12:30 A 16:30 hrs.

ESTACIONAMIENTO:

En Plaza Lo Castillo (pagado).

PÚBLICO:

Adulto.

EVALUACIÓN:

✮✮✮✮

Calificaciones:

✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver