Álvaro Peralta Sáinz
Cronista gastronómico.

Crítica gastronómica de Don Tinto: Puelo Café, para quedarse un buen rato

26 may 2023 09:58 PM

Café Puelo

Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

Hacía algún tiempo que no pasaba por este café ubicado en una pequeña calle de Vitacura, el que también ofrece servicio de brunch y platos para almorzar o comer, además de -muy importante- tener ahora patente para la venta de alcohol. Por todo lo anterior, ameritaba una visita y así fue que llegamos justo a la hora de almuerzo de un muy frío día.

Nos instalamos en lo que fue el patio de la casa -que comparten con una tienda de anteojos- y que ha sido decorada con mucho gusto y -se agradece- estaba muy bien calefaccionada. Una vez ubicados en una pequeña mesa nos atendió una diligente mesera que nos pidió la orden mientras ajustaba las patas de la mesa para que no cojeara. Partimos pidiendo un mocktail, es decir un coctel sin alcohol (alguien tenía que manejar) llamado Cold Brew Orange Tonic ($5.000) y una copa de Sauvignon Blanc Casa Marín ($5.000) para quien escribe.

Para comer decidimos compartir un Tiradito Trufado del Puelo ($9.500) y un Tártaro Benedictino ($10.000). Los líquidos llegaron pronto y el mocktail combinaba café frío más jugo de naranja y agua tónica. No estaba mal. Luego llegaron nuestros platos. Partimos por el tártaro, que venía muy bien picado a cuchillo -como debe ser, con un aliño levemente picante muy agradable y servido sobre un brioche con betarraga. Todo esto, coronado con un impecable huevo benedictino, generoso en salsa holandesa. Obviamente procedimos a romper la yema, mezclar todo y listo. Una maravilla de plato y para disfrutarlo a cualquier hora del día. Después probamos el tiradito, que consistía en finos cortes de trucha puestos sobre una cama de pepinos picados en tiras finas más pequeños cubos de pimientos de varios colores y un “caviar” de menta limón más una salsa ponzu trufada. Un plato muy fresco, con variadas texturas y a su vez muy sabroso, aunque la trufa poco se sentía.

Para cerrar nos tentamos con una Bosque Salad ($8.500), que consistía en un mix de hojas verdes (que podrían venir cortadas más pequeñas) con lentejas rojas y trozos de zapallo asado, queso feta, maní garrapiñado y un huevo pochado más un aderezo levemente dulce y muy rico. Una vez más, gran combinación de sabores y texturas.

No nos quedó tiempo para el café así que pedimos la cuenta y nos fuimos, aunque nos habríamos quedado felices un buen rato más, tal como muchos parroquianos lo hacen. Algunos trabajan, otros simplemente disfrutan. En muchos casos acompañados incluso por sus mascotas, que son muy bien recibidas en Café Puelo. Vale la pena volver.

CONSUMO TOTAL: $38.000