Crítica gastronómica de Don Tinto: Quel Bravo Ragazzo, el producto manda
Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico
Donde alguna vez funcionó una muy buena barra nikkei existe ahora -desde inicios del año pasado- un local especializado en los famosos panini italianos. Es decir, sandwichs al estilo itálico y ojalá con productos provenientes del país de la bota. El lugar es pequeñísimo y suele tener una buena afluencia de público, por lo que conseguir mesas en la terraza no es fácil y muchas veces no queda otra que instalarse en su barra interior, heredada del negocio anterior.
Justamente eso fue lo que me pasó la semana pasada, por lo que tuve que acomodarme en la barra e inspeccionar la carta. Me fui a la segura y pedí un Panini de verduras, queso y mortadela ($8.900) más una bebida ($2.500), ya que -lastimosamente- no tienen patente para la venta de alcohol. Mención aparte merece la chica que atiende la barra y prepara los panini de todo el local (además de saludar a los clientes que entra y salen). Primero, porque me preguntó si conocía la mortadela italiana que usan. Le dije que sí y me contó que prefiere preguntar porque muchas veces hay gente que se sorprende cuando le llega el sándwich. Además, me dio a probar su exquisito speck (jamón crudo ahumado italiano) e hizo un breve resumen de toda la carta del local. También me dio a probar la mayonesa que usaría para el sándwich, ya que es bien particular: de elaboración propia y levemente ácida, muy rica.
Tras todo esto llegó el panini. En un pan de masa madre tibio y crocante, llevaba una buena cantidad de mortadela más tomates secos hidratados en aceite de oliva, rúcula, albahaca y bastante queso pecorino recién rallado más la ya mencionada mayonesa de la casa. En resumen, una combinación que funciona muy bien. El pan tibio hace sudar la mortadela que a su vez prácticamente se pega a las verduras más el queso y la mayonesa. Una belleza de panini. Para cerrar mi visita pedí una Bombetta Nutella ($2.200) y un Espresso ($1.500). La bombetta es un pequeño pan redondo bien esponjoso, que viene relleno en este caso con bastante nutella. Un pencazo de dulce que se suaviza en algo con la masa de la bombetta. Y el café, servido con su correspondiente vaso de agua al lado, resultó ideal para cambiar el sabor de boca y conservarlo durante la tarde.
Al final, un lugar sencillo pero muy bien atendido y con un producto de calidad que de verdad manda y hace que la performance de una carta simple se disfrute de principio a fin. Una vez más, aquí solo faltan cerveza y vinos. Pero claro, no es culpa de ellos si no que de la gente que se dedica a hacer leyes.
CONSUMO TOTAL: $15.100
DIRECCIÓN: Lastarria 53, Santiago.
HORARIO: Martes a domingo 11:30 a 22 hrs.
ESTACIONAMIENTO: Subterráneo en Villavicencio 354 (pagado).
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver