Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.
En ciudades como Buenos Aires, Madrid e incluso algunos sectores de Lima uno puede darse el lujo de parar a almorzar en cualquier boliche que encuentre por ahí y la verdad es que las posibilidades de que uno coma relativamente bien -o incluso bastante bien- son altas. En Santiago, la verdad es que eso cuesta mucho. Primero, porque hay vastas zonas de la ciudad donde no hay un mísero local de comida y segundo porque el nivel en general es bajo.
Por todo lo anterior, da mucho gusto cuando uno se encuentra en una calle cualquiera un restaurante cualquiera -y desconocido- donde se puede comer de manera satisfactoria. Eso fue precisamente lo que me pasó hace algunos días con Raffaella, en la calle Nuestra Señora del Rosario, casi esquina con Avenida Las Condes.
Instalado en el jardín en modo terraza de una casa de este sector residencial, este restaurante ofrece una cocina de claros tintes italianos –”cocina napolitana”, reza su cartel- en base a antipastos, pizzas -tienen un horno napolitano a la vista- y pastas. Así las cosas, para comenzar pedí una Stracciatella & Melanzane ($9.990) más una caña de cerveza italiana Peroni ($3.990); todo lo cual llegó a una velocidad sorprendente. El antipasto consistía en una especie de milhojas de berenjenas asadas con un poco de stracciatella encima más trozos de alcachofas grilladas y pistachos más un toque de aceite de pepperoncino. Realmente exquisito. Un plato fresco y sabroso que me invitó a repasar el plato con un trozo de pan.
Para seguir opté por un plato clásico para tomarle el pulso a las pastas de una cocina: Spaghetti alla Carbonara ($13.990) más una copa de vino tinto de la casa, en este caso Carmenere U de Undurraga, ($3.990) que llegó rápidamente a la mesa y -al poco rato- pasó lo mismo con la pasta. Se trataba de una porción medianamente abundante de spaghetti en su punto preciso de cocción más una buena cantidad de esa cremita que se forma con el huevo batido y el queso pecorino además del guanciale crocante y una buena cantidad de pimienta. Es decir, el plato venía tal como debe ser y estaba muy bueno.
Obviamente no quedó espacio para probar alguna de las pizzas de Raffaella, que se veían bastante bien al pasar y tampoco probé su Tiramisú, que días después de mi visita alguien me comentó que está muy bueno. Todo eso quedará para una próxima oportunidad. De esta forma, cerré el almuerzo con un buen Espresso ($2.490). Al final, se trató de un muy buen almuerzo, muy bien atendido y por un precio acotado en relación a las locuras que se están cobrando en otras partes.
CONSUMO TOTAL: $34.450
DIRECCIÓN: Nuestra Seora del Rosario 21, teléfono 940186723, Las Condes.
HORARIO: Lunes a sábado 12:45 a 23:30 hrs. Domingo 12:45 a 22 hrs.
ESTACIONAMIENTO: No tiene.
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver