Álvaro Peralta Sáinz
Cronista gastronómico.

Crítica gastronómica de Don Tinto: Rienda Suelta, sólo falta el vino

19 oct 2024 06:00 AM

Crítica gastronómica de Don Tinto: Rienda Suelta, sólo falta el vino. Foto: Instagram Rienda Suelta.

Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.

Por diversas razones me ha tocado visitar el Mercado Urbano Tobalaba (MUT) en repetidas ocasiones durante los últimos meses. Y claro, su oferta gastronómica -además de variada- no está nada de mal. Uno de sus puntos altos es Rienda Suelta, una carnicería que partió hace algunos años en la calle Amapolas y que acá en el MUT -desde junio pasado- continúa con su habitual venta de carne pero sumó también un “Meat Bar”, es decir, un servicio al paso con algunos cortes que se asan al momento y se pueden degustar en las mesas comunes que hay en su área.

Así las cosas, hace algunos días volví a visitar este lugar y partimos con un Lomo Vetado Argentino Angus de 250 grs. ($12.990), el que se pidió jugoso y así llegó, además acompañado de una pequeña ensalada verde que ayudaba a refrescar el paladar y unas papas fritas que, a pesar de ser de las congeladas, estaban bastante bien. Finitas y crocantes pero sin por eso estar secas.

¿Y la carne? Tierna, sabrosa y con buena infiltración de grasa. Para seguir compartimos una Picaña Argentina de 250 grs. ($11.990) que venía con los mismos acompañamientos del lomo y que una vez más llegó en el punto solicitado -bien jugosa- y que estuvo bastante bien se sabor y textura. También probamos una costilla de vacuno de 400 grs. de procedencia estadounidense ($14.990), sabrosa y blanda y que se repetía con las papas fritas y la pequeña ensalada.

Para cerrar compartimos un clásico ya del local: el Barros Lujo ($11.990), que obviamente se trata de un Barros Luco hecho con 300 gramos de filete más una buena cantidad de queso mantecoso, todo esto dentro de una gloriosa marraqueta de la vecina Pan León, una muy buena y antigua panadería de Macul que también se instaló en el MUT. ¿Qué tal? Muy bueno. Para beber tuvimos que conformarnos con una bebida y dos aguas minerales ($2.000 cada una), porque como es sabido, a los restaurantes de este centro comercial las patentes de alcohol aún no llegan. Una vez más, la ley de alcoholes vigente no da el ancho.

A pesar que en la carta se ofrecen varios otros cortes además de hamburguesas (muy buenas) e incluso mollejas, la verdad es que no se pudo más. En resumen, se trata de un lugar donde se puede comer buena carne a la parrilla por un precio prácticamente sin competencia en la ciudad. Además, es posible comprar cualquier corte de los probados para llevar a casa. Al final, un formato único en Chile (pero sí presente en otros países) que me da la impresión funcionará muy bien. Y aunque aún falta el vino, siempre hay astutos que compran cerveza en un local cercano a Rienda Suelta para así degustar de mejor forma sus carnes. El que sabe, sabe.

CONSUMO TOTAL: $57.960